Una ingrata profesión. Es de los oficios el cual nunca deja contentos a todos, pues se produce la rara dicotomía, que invariablemente la hinchada que queda feliz está en la otra vereda, los que reclaman porque no “fue bueno el arbitraje”
Lustros atrás estaban los comentaristas radiales y televisivos, que colocaban la cordura y a los cuales se les creía su objetividad y neutralismo.
Hoy no sucede así y cada comentario es cuestionado y sobretodo en las redes sociales se les coloca una camiseta determinada a cada uno de ellos lo que les resta (según muchos) credibilidad.
El señor Oscar Fuentes abogado de la ANFP fue el encargado de investigar el caso llamado “Club del Póker”, donde se denunció, por árbitros que fueron exonerados por malas calificaciones, que existían reuniones donde se jugaba póker y que servía entre otras cosas para designar a dedo y entre “curadera” de don Mario Sánchez (jefe encargado de nombramientos) a algunos de sus favoritos.
Oscar Fuentes realizó 17 diligencias, y dijo que “conforme a todos los medios de pruebas allegados, no obtuve la convicción de que existieron los hechos denunciados que contravienen normas reglamentarias, pero es necesario hacer presente que tratándose de una responsabilidad tan delicada, como la de impartir justicia deportiva no tendrán que tener ninguna mácula y deberán de ser correctos, decentes e idóneos.”
Y suspenden a 4 jóvenes árbitros con 8 meses fuera de sus trabajos y eso sería todo.
Dos de ellos Roberto Aranda y Marcelo Barraza tenían su calidad de FIFA que la perdieron de inmediato.
¿Sabe el lector lo que ello significa?
¿Sabe el lector lo que hay tras de ese nombramiento que les fue tan burdamente arrebatado? Años de esfuerzos extraordinarios en la entrega física y concentraciones.
Hay una constante de cuidados en alimentación en excesos, sin carretes. Sin beber, sin fumar. Cuidándose de lesiones. Ganándose el derecho a escalar en base a calificaciones anuales. Involucrando a la familia en pos de una ingrata profesión.
Bueno ello fue borrado de un plumazo y estos trabajadores chilenos quedaron sin su fuente de laboro y me preguntó ¿cuál es la causa? ¿Por qué te suspenden sin remuneración, con escarnio público, con un terrible sepultamiento de imagen y con todo un rigor dictatorial al cual no tienen derecho a apelación?
Fueron castigados porque en este país se corta por el hilo más delgado para no develar ni escarbar en otros hechos, donde podrían encontrarse “peces gordos” que no están haciendo bien las cosas.
Estos árbitros fueron condenados por jugar póker en un ámbito privado y en sus horas libres. ¿Qué es lo que no es decente, ni probo ni correcto? ¿Jugar póker? Entonces habríamos varios que no somos correctos ni decentes.
Es algo obsceno esta condena sin justificación. Don Igor Ochoa en el programa “Al aire libre en Cooperativa” declaró lo injusto de esto, y preguntó ¿a quién apelar? No tienen apelación. El tribunal “bajó” el pulgar y allí terminó todo.
Hoy estos trabajadores están cesantes. Sufriendo sus familias y años de esfuerzo tirados por la borda.
Solo porque en este país hay cercos que resguardan a poderosas instituciones y poderosos personajes. Vacas sagradas, que determinan lo que Ud. y yo debemos hacer, que tienen tejado de vidrio, pero con un cristal blindado.