Cada vez que escribo una columna de opinión trato de ser ecuánime, centrado y responsable de mis apreciaciones y que principalmente no me inunde la pasión en mis expresiones como así en mis actos. Esta vez quiero pedir de antemano disculpas si les parece que la emotividad y la pasión desmedida se toman estas líneas.
Lo vivido el viernes último en el Liceo Carmela Carvajal en la comuna de Providencia no puede más que llenarnos de pesar y una tremenda vergüenza. En todos mis años de juventud cuando participaba activamente en política, ni durante los últimos dos años, me había tocado sentir y vivir lo sentido y vivido ese día.
La frustración e impotencia frente a tamaña injusticia, ver como se detenía y maltrataba a nuestras Carmelianas sin motivo legal alguno, me llenó de desesperación y una tremenda tristeza.
Nunca había visto tanto ensañamiento de las fuerzas policiales en contra de escolares y en especial, de tan corta edad.
Qué delito pudieron haber cometido niñas de entre 12 y 17 años para merecer tamaña represión por parte del personal de FFEE de Carabineros. Qué delito tan grave pueden haber cometido nuestras hijas para que el gobierno y el Alcalde de Providencia hicieran actuar a la policía de esta manera.
Quiero contarles que cuando las FFEE de Carabineros llegaron al Liceo Carmela Carvajal el viernes último la gran mayoría de las casi 200 niñas detenidas se encontraban en un taller de debate sobre la Ley Hinzpeter. No se les dio por parte del oficial a cargo del “operativo” la posibilidad de abandonar por sus propios medios el Liceo.
Quiero contarles también, que eran las 13 hrs y no había autoridad ninguna del Liceo que detuviera tan tremendo acto represivo. Directora, Administrativos, Profesoras y Profesores abandonaron a su suerte a niñas de séptimo y octavo básico, para que fueran vejadas, maltratadas, y violentadas física y psicológicamente por ordenes, una vez más, del mismo Alcalde Labbé, quien hoy es respaldado generosamente desde La Moneda en su actitud inaceptable e inhumana.
Estas niñas, nuestras niñas, ¿cuál es el delito tan grave que cometieron?Simple, estar, dentro de su colegio, en un día de semana, a la una de la tarde, haciendo lo que se suponen que deben hacer los escolares de su edad, participar de una comunidad escolar, informarse, ser críticos de su entorno y de la sociedad en que vivimos.
¿Se puede decir que estas actividades son violentas o delictivas como nos quiere hacer ver este gobierno?
¿Se puede aceptar que niñas inteligentes, estudiosas, extremadamente activas intelectualmente, como los son tanto las niñas de Carmela, como también nuestras hijas del Liceo 7 o los muchachos del Lastarria y del Liceo Alessandri de nuestra comuna sean así tratados?
¿Pueden ser ellos merecedores de tales niveles de represión y violencia desmedida por estar y ser consientes de la realidad que viven y que tratan de cambiar , con esfuerzo, dentro de sus capacidades y medios?
Las tomas de los liceos, son solo una respuesta consciente, de una gran cantidad de jóvenes de nuestra comuna, que siente que pese al tremendo esfuerzo y sacrificio que hicieron el año 2011 por lograr cambios importantes en nuestra sociedad, este gobierno no solo se niega a escucharlos si no que peor aún hace denodados esfuerzos por avanzar exactamente hacía el lado contrario de los que la mayoría de nosotros reclamáramos junto a nuestros hijos el año recién pasado.
Y que además de no obtener las respuestas exigidas de todas las formas posibles hoy se les trata como delincuentes peligrosos merecedores de la actitud más violenta de la cual he sido testigo desde el retorno a la democracia.
Deberemos preguntarnos qué sociedad queremos heredarles a nuestros hijos e hijas.
Deberemos preguntarnos qué clase país es el que estamos construyendo para todos ellos.
Porque si además de heredarles, la segregación, la exclusión, la mala calidad en la educación, y todos los males y vicios del actual sistema educacional chileno, les vamos a enseñar que no deben levantar cabeza para exigir nada ni expresarse de manera libre, entonces el país que estamos construyendo es un país sin futuro.
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