Cuando un Embajador cumple su cometido, como representante de un país, es de la mayor justicia reconocerle sus méritos.
Es el caso del ex Embajador de Chile en Estados Unidos, Arturo Fernandois, quien cumplió impecablemente el desempeño en sus funciones como representante diplomático, manteniendo siempre un comportamiento de abierta colaboración con todos los estamentos nacionales que debieron realizar actividades oficiales en el país del norte, principalmente, en lo que concierne a nuestro Congreso Nacional.
Cuando él aceptó ser embajador lo hizo por un tiempo limitado atendiendo sus múltiples compromisos académicos que es su vocación principal; por lo mismo, al cumplir su misión con el profesionalismo que lo hizo, se valora y reconocen sus gestos republicanos.
El rol de un Embajador es más que ser el agente de un Gobierno, es una función de Estado, y su representación se amplía a encarnar a la nación, al país en su conjunto. De allí lo considerado y intuitivo, que debe ser la figura de un Embajador.
En efecto, en el ejercicio de su cargo el Embajador Fernandois, siempre veló, con máxima preocupación, por cumplir con la misión de acompañar protocolarmente a quienes por diversos motivos debían cumplir compromisos en ese país, junto con las complejas responsabilidades que implica la Embajada en Estados Unidos.
En el plano personal, puedo expresar mi reconocimiento al señor Fernandois, por el gesto humano que lo honra, como es el hecho de haber participado activamente durante su gestión, en la Ceremonia Anual que se realiza en Washington, para conmemorar el atentado que terminó con la vida de mi padre, el ex Canciller Orlando Letelier.
Ese hecho, es muy significativo y demuestra, que más allá de sus convicciones políticas y de sus estrictas responsabilidades diplomáticas, Fernandois se jugó por encarnar valores solidarios y democráticos que lo enaltecen.
Cabe destacar, que el Embajador Arturo Fermandois cuenta con una sobresaliente trayectoria académica y profesional, como profesor de Derecho Constitucional en la Pontificia Universidad Católica de Chile, casa de estudios que le otorgó el Premio a la Excelencia Docente, y ha sido profesor visitante en la Escuela de Derecho de Harvard.
Ha escrito varios libros, entre ellos: Derecho Constitucional Económico y Derecho Constitucional Aplicado y es coautor de Reforma Constitucional 2005, además editor de la selección anual de las decisiones jurídicas más relevantes en Chile de la Corte Suprema y el Tribunal Constitucional.