El Miércoles, 21 de septiembre, en la presentación del libro de mi padre “Orlando Letelier, el que lo advirtió”, tuve ocasión de saludar a José Miguel Varas, a quien agradecí su asistencia a ese acto tan simbólico en el Museo de la Memoria.
Su presencia allí, es una de las tantas facetas soldarías de este gran escritor y periodista que nos dejaría sólo dos días después.
Varas, quien ganó el Premio Nacional de Literatura en 2006, fue uno de esos intelectuales notables que ha producido nuestro país, que a pesar de todos los reconocimientos que obtuvo en su vida, mantuvo siempre un bajo perfil, tanto en su vida pública como en su vida privada, alejado de la grandilocuencia y la pedantería, un hombre que si hubiera que calificarlo, el adjetivo que más le calza es de un humanista a carta cabal.
La literatura estuvo presente en su vida desde su juventud. A los 18 años, publica su primer libro de cuentos “Cahuín”, y desde esa temprana época marcó lo que sería su impronta literaria, escribir y retratar con profundidad, humor y alto sentido crítico, a la gente que lo rodeaba, a su pueblo, sus dolores, anhelos, triunfos y derrotas, pero siempre con un sentido de esperanza.
Recuerdo con especial cariño, su novela “Chacón”, en la que describe con profundidad y simpleza, la vida y las luchas del dirigente campesino, Juan Chacón Corona.
O la Novela “Galvarino y Elena” donde cuenta con humor, ternura y precisión la vida de una sencilla pareja que dedica todos sus afanes al viejo sueño de la conquista de un mundo más justo para todos.
Sus novelas están plagadas de hombres y mujeres que viven experiencias azarosas, cordiales, duras, estimulantes, y que solo poseen su trabajo y sus manos.
Su creatividad no solo estuvo dedicada a la literatura en sentido estricto, ya que como muchos escritores, incursionó en el periodismo, son recordadas sus columnas en la Revista ‘Vistazo’ y en el Diario ‘El Siglo’, del cual llegó a ser su Director.
Pero también ese afán de comunicar, lo conduce a la Radio y con su voz profunda, deleitaba con sus comentarios en Radio Magallanes.
Esa misma necesidad de aportar a su país, lo lleva a asumir como Jefe de Prensa de Televisión Nacional en 1971.
Ese compromiso irrenunciable con su pueblo y con la causa de la justicia social, lo inclinaron también desde muy joven a ingresar al Partido Comunista. Como miles de chilenos, después del Golpe Militar de 1973, tuvo que abandonar la patria y marchar al doloroso exilio.
Pero su destierro, no lo acalló y se transformó en esa voz amiga que desde la lejanía nos hablaba todas las noches, por las ondas de Radio Moscú, manteniendo en alto la moral de los chilenos que luchaban como podían, por conquistar la democracia en nuestro país.
José Miguel Varas, escritor, periodista y locutor, es de esos hombres a los cuales todos los chilenos debemos darle las gracias simplemente por haber existido, por su talento y creatividad, porque nos hacen ser mejores cada día solo con el poder de la palabra.
Varas nos deja un legado imborrable, su vida será ejemplo sobre todo para los jóvenes que en estos días nos remecen y nos hacen revitalizar las necesidades de construir una patria más feliz para todos.