Han pasado 2014 años desde el comienzo de una nueva era, especialmente para el mundo occidental y el medio oriente.
Poco se habla del personaje principal de esta historia.
Navidad, es el nacimiento de Jesucristo, es por definición la conmemoración litúrgica del nacimiento de Jesús en Belén de Judá. Es celebrada por la Iglesia católica con carácter de solemnidad en la noche del 24 al 25 de diciembre. También en la Iglesia anglicana, en algunas comunidadesprotestantes y en la mayoría de las Iglesias ortodoxas.
En la liturgia, la celebración de la Natividad inaugura el llamado tiempo de Navidad.
En Occidente empezó a conmemorarse a mediados del siglo IV y se celebró por primera vez en Constantinopla en el año 379.
En cambio, se festeja el 7 de enero en otras Iglesias ortodoxas como la ortodoxa rusa que no aceptaron la reforma hecha al calendario juliano para pasar al calendario conocido como gregoriano, nombre derivado de su reformador, el Papa Gregorio XIII.
Por estos días más se habla en las familias, en la calle, en la oficinas, en el mundo del trabajo del viejo pascuero. Es cuestión de observar la carrera por comprar de aquellos que atochan los centros comerciales.
El Viejito Pascuero, como se le conoce en Chile, o también Santa Claus, Papá Noel o San Nicolás en otros lugares, es hoy un personaje gordito, de piel rosada y barba larga vestido de rojo, pero no siempre fue así.
Existen diversas teorías y versiones sobre su real origen y una de las más aceptadas data del siglo IV en un lugar que hoy conocemos como Turquía, con una persona llamada Nicolás de Bari.
Nicolás de Bari era una persona de una familia con mucho dinero y acomodada, según dicen, era una persona muy generosa y buena con los niños, pues siempre que tenía la oportunidad de ayudar lo hacía.
Pero el “Santa Claus Moderno” es muy diferente, porque De Bari era delgado y muy alto, mientras que el actual es un personaje inventado por los Estados Unidos como un viejito amable, con anteojos, barba blanca, y muy gordo, acompañado siempre de su trineo con renos.
La imagen del actual también se le atribuye a los norteamericanos, gracias al caricaturista Thomas Nast quien dibujó a Papá Noel en traje rojo y botas negras.
Pero más allá de esta historia que más promueve el mundo de los negocios, está la Natividad, que irradia ciertos valores universales que involucra a cristianos, ateos y agnósticos.
Ojalá exista un momento para entender la Generosidad como un acto de entrega hacia los demás, es donarse cada quien en su máxima expresión de forma desinteresada y amorosa, recibiendo a cambio, la satisfacción que sólo la generosidad puede proporcionar.
La Humildad.
El modesto pesebre donde se originó el nacimiento del Niño Dios, es la principal representación de humildad.
La Solidaridad.
Solidarios como fueron los pastores, los Reyes Magos, quienes dejaron sus quehaceres para custodiar al Niño Dios, José y María en la humilde morada.
La Navidad es sinónimo de solidaridad, de cooperación, de servicio, de sensibilidad ante las necesidades del otro. Ser solidarios con la familia, con quien nos sirve en la tienda, con el compañero de trabajo, con el anciano que cruza la calle, con el desvalido, con el que tiene hambre, con el enfermo y con el que está privado de libertad.
La Paz y reconciliación, en Navidad no hay lugar para el rencor. Es el momento propicio para retractarse por una ofensa, para acercarse a quien se ha agredido, también para perdonar y olvidar a quien nos agravió, para sorprender con un gesto cariñoso, para repartir nuestro amor a todos aquellos que nos rodean.
Del perdón nace la paz, mensaje que anunciaron los ángeles en Belén. La paz es el estado pleno que se vive cuando hay perdón, donación, gratitud y cooperación; es el producto que surge del conjunto de valores.
El nacimiento del Niño Dios es la representación majestuosa del amor, del amor en familia, y de ahí que la Navidad sea la celebración familiar más estupenda del año. En cada hogar de Chile debería nacer también la esperanza y fortaleza.
La Navidad es la ocasión para que aquellas familias que están débiles, se fortalezcan; las que estás apartadas, se unan de nuevo; para las que están heridas, se sanen.
Es la hora de mirar a cada uno de los 17 millones con espíritu bien intencionado. Recoger los valores, implican esta fecha de celebración, un desafío moral y ético para los que poseen riqueza, para los que ostentan el poder.
Hagamos que esta conmemoración tenga sentido. Que el compromiso como seres humanos se proyecte con la fuerza telúrica que nos da el alma y que invada nuestros corazones más allá de lo mundano y lo superficial.
Esta noche es Nochebuena, mañana es Navidad
Paz y amor para los hombres y mujeres de buena voluntad, desde Cooperativa, la radio de siempre de todos los chilenos, porque somos parte de Chile.