Sin bases teológicas que sustenten mi reflexión, quisiera compartirla.
Entiendo que la prohibición religiosa de no comer carne en Viernes Santo obedece a un asunto más de fondo que de forma. O sea, siendo un día de oración y recogimiento para los cristianos, entiendo que el no comer carne es un asunto de austeridad, pues subyace el hecho que, por un lado la carne siempre ha sido cara, y por otra parte el cuerpo humano del creyente debe al menos regocijarse en aras a intentar emular el sufrimiento del Cristo.
Años atrás, quienes practicaban la fe “religiosamente” no sólo no consumían carne, sino ayunaban.
Ceviches, empanadas de mariscos, pescado frito, caldillos de congrio,y otros abundan en las mesas de los creyentes en estas fechas. Al mismo tiempo el sistema económico se retuerce de felicidad por la alta demanda de productos del mar, alzando los precios a niveles estelares y trasgrediendo los íntimos deseos de la espiritualidad que evoca el principio.
Se suma a esto que el fomento comunicacional del consumo de productos del mar es totalmente irracional y contrario al espíritu de la mentada prohibición, pues, no se hace cargo del asunto, cual es justamente la austeridad y no la algarabía culinaria de pescados y mariscos.
Si los creyentes respetaran el espíritu de la acción, estoy seguro que los mercaderes del templo quedarían atochados con sus productos del mar.
Propongo entonces a los creyentes, que en aras de practicar el espíritu de la fecha, preparen unas humildes legumbres, y en algún caso las acompañen de un pedacito de carne, que estoy seguro será más austero que el más barato pescado frito de la fecha.
La religión se practica en el fondo y no en la forma. Si los creyentes no entienden ese principio, entonces tendrán una silla ganada en el infierno o al menos vagarán en el purgatorio por unos buenos años.
Vaya esta reflexión de un ateo, que consume productos del mar habitualmente los fines de semana por un asunto exclusivamente de equilibrio nutricional y de oferta mercantil, pero que en estas fechas religiosas come carne simplemente porque es más barata.