09 abr 2014

¿Qué onda?

¿Acaso nuestro país se encuentra viviendo una crisis terminal, estamos ad portas de algún conflicto bélico; basta pensar distinto para convertir al otro u otra en enemigo; es la política una actividad por sobre otras que se guarda el derecho de burlarse de las personas; hemos probado cómo país que sólo las canas y la fronda pueden gobernar; tenemos sancionado culturalmente que l@smoren@s y de pelo tieso no pueden acceder a los círculos de poder?

Esas preguntas y mil más afloran en las mentes de muchos chilenos y chilenas que hemos visto cómo en el último tiempo se asentó una odiosidad y exclusión sin límites.

A tanto llega y contamina que, al menos en mi caso, debo hacer el ejercicio de tratar de no entrar en esos círculos y, debo confesar, cuesta.

Cuesta no entrar en la lógica de responder “altiro” lo que salga y cómo salga.Lo último fue el dime y direte entre el arquero de la U y el empresario colocolino Mossa; la actuación del diputado Andrade; la conferencia de prensa de la UDI refiriéndose de forma patética a la forma en que la reforma tributaria afecta a la “clase media”. Uff, ¡al fin se acuerdan de nosotr@s!

Pero antes fue lo “livianito” del gabinete de la Presidenta; la inexperiencia de Peñailillo; el acomodo de musculatura de Boric y su alergia a la corbata, la decisión de Vallejo de no levantarse a rendir homenaje a Jaime Guzmán, los panfletos de la UDI pretendiendo asustar y sembrar pánico por la reforma tributaria, en fin.

Y para colmo, la madre tierra, inquieta por estos hijos que no saben reconocerse como tales no deja de reaccionar molesta, con fuerza, castigando a nuestros hermanos del norte.

Por eso no puedo dejar de preguntarme ¿qué onda? ¿qué pasa? ¿Acaso no hemos aprendido a través de nuestra corta historia que cuándo no hemos sido capaces de ser colaborativos, hemos terminado en mares de llanto y, en ocasiones de sangre y dolor?

Parece que ese viejo dicho de que el ser humano es el único capaz de tropezar con la misma piedra es dramáticamente cierto. Injusto sería decir que esto es sólo de ahora, viene incubándose de hace años.

Ejemplos hay muchos, pero me remitiré a uno que los medios de comunicación irresponsables abonan: los comentarios publicados en los diarios o medios digitales.

Insultos, procacidades, errores y horrores conceptuales y ortográficos son realmente escandalosos. Sorprende, por ejemplo, cómo medios escritos “tradicionales”, que exponen públicamente a quienes se salen de los marcos tradicionales en las ideas, en el vestuario, en las actitudes, que no pongan ningún filtro a todos los insultos que publican.

Y, si en el mundo de las personas comunes y corriente como nosotros esto se da con fuerza, para qué hablar del mundo dirigencial y político. Las descalificaciones, los insultos, los atropellos a la dignidad pampean diariamente.

Hay beligerancia en el ambiente, hay poca paciencia, hay mala clase, ordinariez. ¿Es necesario que los políticos se tengan que contestar por los medios cualquier tontera que se digan?

¿Es necesario interpretar y reinterpretar los dichos, para que finalmente palabras saquen palabras? ¿Qué onda? ¿De verdad la apuesta es que fracase el gobierno?

¿De verdad importa más que las fortunas no sigan creciendo exponencialmente en detrimento del mundo del trabajo y de los sueños de los niños y jóvenes?

¿Acaso creen que podrían levantarse fortunas del tamaño que existen en Chile si no fuera por los ilotas que cada mañana nos levantamos, nos subimos al Metro o al Transantiago y paseamos de ida y de vuelta nuestros dolores, nuestras angustias, nuestras rabias, nuestras pequeñas esperanzas y sueños, nuestros dolores?

¿De verdad? ¿Qué onda?

Este es un espacio de libertad, por lo que solicitamos que no lo desaproveches. Contamos con que las opiniones se remitan al contenido de las columnas y no a insultos, ataques personales, comentarios discriminatorios o spam.

Por lo mismo y buscando el buen funcionamiento de este canal de expresión, requerimos de un registro previo utilizando Twitter, Facebook, Gmail o Disqus.

Si tienes problemas para registrarte, haz click acá.

  • Juan Rojas ElDream

    Que te pasoo CHILE … Antes eras cheevereee

  • Sergio Sáez

    Creo que la única forma de progreso es la creación de riqueza, pero de manera justa. A nuestro modelo le faltó eso y como somos un país bipolar, nos vamos todos para el otro lado. ¿Pero realmente hay que cambiarlo todo o este sistema es mejorable? Yo creo que la justicia social se puede lograr con impuestos, pero también para mantener el nivel de crecimiento y por ende el nivel de impuestos, es necesario crear incentivos para la creación de nuevos negocios o incentivos a la inversión. Sólo así mantendremos una recaudación constante. Pero hay que tener cuidado con las platas de todos los chilenos, porque si la torta es buena, habrán muchas manos queriendo sacar su pedazo, antes que llegue realmente a quién lo necesite. Favor Fiscalizar con gente buena.

  • RuizMnica

    La peor herencia … el poder absoluto que hubo hace 40 años , dejaría esto que hoy día a día casi ya no se puede controlar . Es menester de afanarse por el cambio , los tributos son necesarios , si se desea tener una sociedad diferente con un solo semblante, que nos miremos y veamos los unos a otros sin diferencias , esas que se destacan por lo que se tiene o no se tiene . Mejorar la calidad de vida y la calidad de la persona , tiene mucho que ver con lo que está ocurriendo con nuestra sociedad. Estamos formando mal a la juventud , malos ejemplos día a día de personas de nivel alto, que cometen actos impropios … personajes públicos que cometen errores que perjudican a terceros , y no miran a nadie, sólo importan ellos.¿.Qué más queda para el resto de la gente ? todos estamos rodeados de hechos que desagradan conductas inaceptables ,La generosidad espontanea se ha perdido todo se hace por algo a cambio. Realmente nos hemos ido por el camino de la brutalidad.