07 oct 2013

Sexo

Ya es hora, tenemos que hablar de sexo. Pero hablemos en serio.

Basta de aquella pelea de trincheras en donde, desde la cueva, gritan los “retrógradas” sus postulados, mientras los “libertinos” les devuelven consignas. Nuestra sociedad no aguanta más etiquetas vacías, de esas que nos crean hologramas humanos para silenciar a las personas de carne y hueso que viven detrás. La civilización nos llama a conversar pero, en este proceso, lo primero que necesitamos es saber escuchar.

Y antes de iniciar este diálogo autoimpuesto, creo necesario justificarlo: en el diseño de políticas sociales, el sexo ocupa un lugar central.

Uno de los principales problemas demográficos que afectan hoy al mundo son las bajas tasas de natalidad, acompañadas de una mayor esperanza de vida. En resumidas cuentas: menos niños, más viejos.

La falta de recambio generacional es algo que preocupa a gran cantidad de países a lo largo del orbe y Chile tampoco se ha quedado atrás.En nuestro país nacen, según las estadísticas, 1.8 niños por vientre (tasa de fertilidad), cifra que cayó de 2.6 en los años 90.El año 2000 había 17 nacimientos cada mil habitantes, hoy tenemos solamente 14.7 [Fuente DEIS – Ministerio de Salud].

Si a lo anterior le sumamos que, según el estudio de la Fundación Observatorio de la Maternidad, las madres de menores recursos tienen en promedio 3,3 hijos en contraposición a la tasa del 1,6 que tienen las de mayores ingresos, mientras que las madres indigentes (que no pueden costear una canasta básica de alimentos) superan incluso los 3,7 hijos por vientre, queda en evidencia que, en el combate contra la pobreza, las políticas de educación sexual y natalidad son importantes.

Hablemos, pues, de sexo.

En una abismante cantidad de colegios, la educación sexual se reduce a poner un condón sobre un plátano frente a un auditorio repleto de jóvenes que ríen.Varios de ellos ya han tenido experiencias sexuales, por lo que no necesitan clases prácticas.

Otros, aprenden de lo que han visto en internet o de lo que les cuentan sus compañeros más experimentados. Los últimos (y, probablemente, los menos), aún no se enfrentan a la sexualidad ya que, de verse enfrentados a ella, seguirían cualquiera de los anteriores derroteros.

Y con esto no sostengo que enseñar mecanismos de prevención de ETS no sea constructivo, menos que haya que esconder la cabeza bajo la tierra y pretender como que esta no fuera una realidad.Sólo demando prudencia sobre un aspecto del ser humano tan profundo como trascendental.

Muchas veces, cuando se toca este tema, el primer reflejo es centrar la discusión entre el cuello y las rodillas; yo les propongo algo distinto.¿Por qué no hablamos, quizá, del sentido espiritual del sexo? Les aseguro que ni en la mitad de aquellos colegios “bananeros” alguna vez le han explicado a sus estudiantes sobre el fin unitivo y procreativo del acto sexual.

¿Cómo pretenden que los jóvenes se cuiden, escojan bien a su pareja o formen familias duraderas con vínculos emocionales estables, si nunca les han dicho que el sexo es la expresión más profunda del amor entre dos personas, que sólo se consigue cuando se alinean el alma de cada uno y la apertura a ser papás?

¿Cómo quieren erradicar la violencia contra la mujer, cuando se enseña que ella es un mero objeto de goce? Díganme, por favor explíquenme, en qué parte de ese plátano se forja el amor conyugal.Los ejemplos se quedan cortos, es vergüenza lo que nos debiera embargar.

Como se ve, de las deformaciones que han sufrido las políticas de educación sexual y planificación familiar, en donde se las ha transformado -en aras de una modernización mal entendida- en un culto al individualismo y al beneficio personal, surgen gran cantidad de los problemas sociales que, posteriormente, buscamos solucionar.

Cuánta falta nos hace enseñar a las niñas a conservar su virginidad, junto con transmitir al hombre la importancia del respeto de la mujer, a sus decisiones y a su dignidad.Frente a un bombardeo medial que les llama a la infidelidad, ¿por qué no responder con voces claras a favor del vínculo matrimonial?

No sólo necesitamos clases sobre coito o placer sexual, sino también cursos completos que demuestren el valor de la familia y del sexo como complemento insustituible de la felicidad marital.

Pero, sin duda, lo más importante es comprender que nadie puede arrebatar esta función a los padres, que en estas materias por sobre todo juegan un rol fundamental.

Ellos son los primeros responsables de las opciones que tomen sus hijos en el futuro, ya que el colegio, por muchas horas que erradamente le quite a la convivencia familiar, jamás podrá sustituir la confianza que se deposita en el papá o en la mamá.

¡Que nadie nos venga con cuentos! Si queremos paternidad responsable y familias duraderas, es menester comenzar por dar el ejemplo y atrevernos a conversar.

¿No quería hablar de sexo? Parta por preguntarle a sus hijos qué les están enseñando en sus clases de educación sexual.

Este es un espacio de libertad, por lo que solicitamos que no lo desaproveches. Contamos con que las opiniones se remitan al contenido de las columnas y no a insultos, ataques personales, comentarios discriminatorios o spam.

Por lo mismo y buscando el buen funcionamiento de este canal de expresión, requerimos de un registro previo utilizando Twitter, Facebook, Gmail o Disqus.

Si tienes problemas para registrarte, haz click acá.

  • Eduardo Boys Mardones

    El sexo es una excelente herramienta del amor responsable y permanente, transmisor de VIDA……NO un simple goce carnal o genital. Produce placer….y que bueno que así sea, para la mutua donación entre hombre y mujer comprometidos para engendrar un nuevo ser.

  • Víctor Marcelo Vergara Verdugo

    Creo que la tuya es una vista y que hay derecho a tener otras. La educación sexual debería ser amplia en tal sentido. El sexo puede ser todo lo espiritual que señalas o también una actividad de entretenimiento. No acepto que me impongan una sola vista de aquello. El país es de todos y si alguien quiere darle rienda suelta al sexo por entretenimiento con muchas personas, es su problema. No acepto inspectorías éticas en este plano de la vida (¿quién nos da este derecho a cuestionar a los demás en aspectos que no nos incumben?). Actuar responsablemente en este plano significa (1) cuidarse de contagiar con enfermedades venereas a otras personas, (2) actuar sinceramente y no engañando al otro, y (3) no quedar embarazada o dejar embarazada a alguien que no desea – o puede- cuidar a un bebé de manera responsable. Si nos dejáramos de tanta espiritualidad voluntarista en la educación sexual y les regaláramos condones a los jóvenes, tal vez no habría 100 mil abortos al año.

    P.S. Los primates somos gregarios y polígamos. La monogamia es un invento reciente -evolutivamente hablando- ligada a la propiedad y al dominio masculino (ergo, los femicidios que prosperan). Esa vista de la fidelidad no necesariamente debe ligarse con lo más humano ni sublime: cada loco con su tema.

  • Jose

    Un alien en cooperativa. Felicitaciones.
    El cargo de conciencia de la promiscuidad se refleja en que se ataca lo artificial … el apedreo masivo a Monsanto, mientras la mujer recibe cada día dosis artificiales de hormonas, y varios cc de silicona para artificialmente ser joven o más apetecida sexualmente.
    Si el alimento no tiene sello, se devuelve, no es porque sí, pues puede traer enfermedad o ser falsificado. Pero una mujer,la compañera de la vida … un se humano, puede ser reutilizado y ser portador de enfermedades … y después de unos años se cambia por otra más joven.

    Veo como públicamente a las mujeres se les azuza a comportarse como los hombres, en lucha por la igualdad, pero esa es sólo igualdad en la promiscuidad una degeneración que cae a los dos sexos. Pero, atención mujeres, en los círculos tipo club de Toby, no les quepa la menor duda de que el trato a la mujer que pretende ser igual en la promiscuidad el hombre recibe el nombre clásico de la historia.
    El gran fariseismo de la masa, que se azuza a la mujer a ser una cualquiera, como si fuese algo bueno, pero, fuera del club de Toby, basta ver cómo se le trata a la hija de Rodolfo Roth … eso es público. El resultado … miles de niños sin papá, y pobreza. Todo por pasarlo bien.. Pero lo que ignora esa gente, es que se pasa mucho mejor con el amor de una familia. Eso es lo único que llena todas las dimensiones del ser humano …. que incluye el ridiculizado aspecto de lo espiritual.

  • ana

    Ya, ok… de acuerdo con la “espiritualidad del sexo” y la necesidad de rescatarla y promoverla. Ahora, me parece que hay un salto lógico muy grande de la premisa anterior a la conclusión de que la virginidad y la apertura a la paternidad serían algo imprescindible para forjar una sexualidad en torno a un vínculo de amor. Perfectamente se puede creer que es un tema importante, delicado, que hay que cuidar que los niños comprendan que se debe dar en un contexto de afectividad estable; pero no veo en qué te apoyas para afirmar que la virginidad o la apertura a la paternidad son algo necesario para ello.

    Por último, me parece de un machismo grotesco que menciones que hay que enseñar a las niñas a “cuidar su virginidad” y omitas la necesidad de la misma enseñanza respecto de los hombres.

    • nanji_marina

      Estoy muy de acuerdo con tu última idea. Ese concepto de “cuidar” la virginidad refuerza la idea de que el sexo es un “tesoro misterioso” que las mujeres poseen y que los hombres buscan…
      Por qué no aceptar que las mujeres también desean? Por qué no aceptar que los hombres también tienen una dimensión espiritual en su sexualidad??
      Mientras sigamos pensando en esos términos, perpetuaremos las caricaturas colectivas de la sexualidad masculina y femenina que lo único que hacen es crear falsas expectativas y frustración.

  • artepozo

    Para dictar “cátedra” sobre algo tan “espinudo” como el sexo, es necesario primero, SABER cabalmente de lo que se está hablando y, segundo, despojarse de prejuicios, no solo sobre el sexo, sino que también, sobre el sagrado derecho de cada quien a vivir y “experienciar” el sexo como mejor le plazca, siempre y cuando no condicione, limite o transgreda el derecho de otros u otras. Para dejar claro el asunto, cuando me refiero a a vivir y experienciar, estoy haciendo alusión a conceptos de género, orientación sexual e identidad sexual.
    Otro aspecto relevante a considerar es la contemporalidad del análisis. Dicho de otra manera, hay que ubicarse en el contexto social y cultural actual y no en añejos dogmas, cuya opinión puede ser respetable solo en el seno de algunas religiones.
    En consecuencia, destaco, y solo parcialmente, su crítica al proceso enseñanza-aprendizaje institucionalizado, que como muchos otros procesos educativos, siguen anclados en “anquilosados” y caducos paradigmas que dan cuenta de la precariedad de la educación chilena y, la urgente necesidad de implementar visiones modernas, eficientes y efectivas.

    • cristina

      Experienciar….

  • Sofia Huneeus

    Me gusta tu columna, en especial por que quien la escribió
    no escribe todo esto desde arriba como un simple teórico sino que se ha enfrentado
    a todas estas cosas; cuestión que aclaro al que escribió lo anterior desde el
    prejuicio, por que no conoce a quien lo escribe y yo sí.

    No comparto la opinión de Artepozo por varios motivos:

    Primero; el sexo no
    es espinudo, es algo natural presente en todas las personas de diferente forma.
    Lo espinudo es lo que ocurre cuando se usa mal. Así, para poder hablar de él, no
    es necesario haber tenido relaciones sexuales; de la misma manera que un médico
    no tiene por qué ser enfermo para poder hablar de una enfermedad.

    Segundo, creo que es imposible eso de vivir el sexo como se
    quiera sin involucrar a otras personas… de hecho… de eso se trata en
    realidad: Es una apertura , una entrega de la propia persona ( no sólo de
    cuerpo, eso es imposible, las personas no somos un atado de huesos) a otro. Por
    otro lado, aquí no hay dogmas si no opiniones, y la verdad es la verdad, y poca
    importancia tiene la época en la que se haya descubierto… (O es que ahora
    vamos a negar la fuerza de gravedad por que se descubrió hace muchos años).

    Finalmente, me parece
    que el salto lógico entre amor y procreación no es tal. Cuando se quiere de
    verdad a alguien uno no se protege de ese alguien ni se le quiere ni se entrega
    a medias, sino con todas las facultades, sentimientos, sueños preocupaciones,
    cuerpo y alma enteros, sin reservas.

    La vida es un don
    maravilloso, sea en las condiciones que sea y es resultado de amor; la
    existencia de cada ser humano es, o debería ser, (y eso es que lo que
    deberíamos enseñar a todos nuestros niños, para que lo tengan presente a la
    hora de ser padres) la prueba patente del amor que en algún momento se tienen
    sus padres. Dejarlos fuera de ese regalo enorme sin razones proporcionadas (sea
    cuales sean) es un egoísmo. Cuando
    hablamos de sexo estamos hablando de la posibilidad de hacer que dos personas
    se quieran tanto que de su amor surja un tercero con cualidades de ambos y también
    propias; esta es la mayor belleza que tiene el sexo. No digo que sea la única,
    pero sí la más grande, y querer despojar el sexo de esto es como quitarle el
    olor a las flores.

    Por último me atreveré aunque todo el mostrador se ría de mí
    a decirlo:

    Nunca he tenido sexo, y eso puede dar pie a que me digan que
    no sé nada de la vida, y es verdad, y eso aunque no lo crean, me hace feliz,
    porque tengo la confianza de que algún día
    aprenderé esas cosas , ojalá -suena
    iluso pero, también me alegra poder aun soñar esto- con alguien que tampoco
    sepa.

    Gracias a esto he tenido la oportunidad de desarrollarme
    como mujer en muchos ámbitos, y he podido aprender muchas cosas que la gente de
    mi edad no sabe precisamente por este
    motivo:

    He aprendido a vivir
    y a manejarme sin tener que usar de mi belleza corporal para eso, cuestión que
    aunque no lo crean es una gran habilidad, porque la belleza física se acaba
    mucho más rápido que el resto de las cualidades femeninas, como la capacidad de
    acoger, la preocupación por los demás, la perseverancia, la fortaleza o la
    alegría y esas cualidades, duran toda la
    vida, sin mencionar la gran oportunidad
    que he tenido de formar la cabeza en muchos ámbitos y de sacar una muy buena carrera.

    Por otro lado soy una persona independiente. No necesito
    sexo para vivir, y cuando quiera tener sexo va hacer para hacer feliz a otro y
    ser feliz yo, y dar vida en eso a otra persona, y no porque sin sexo no puedo
    vivir. No soy perro ni piojo. No necesito un hombre para ser feliz, pero quizá
    en algún minuto elija a uno por que lo quiero.

    Como mujer, sé cuánto valgo y eso me hace mucho más libre a
    la hora de elegir, porque tengo más libertad para decir que no a quien me plazca:
    Nunca tuve sexo con él, nunca entregué a nadie nada que no se mereciera y que
    no puedo entregar a otro, y por otro lado tengo la libertad de hacer que quien
    elija se sienta único, y eso es algo que cuando uno ama de verdad quiere hacer
    con el amado siempre: Hacerlo sentir como lo que realmente es. Alguien único, irrepetible, irremplazable,
    cuya existencia agradeceremos siempre.

    Tuve la suerte de recibir de mi familia y mi colegio una
    buena educación en este sentido y lo agradezco muchísimo, por que pude
    enfrentarme al mundo.

    No crean que no me relaciono con gente que no es virgen o
    que no le interesa serlo o que no hablo
    con ellos de esos temas porque pienso distinto. Tampoco crean que pienso así
    soy una pobre reprimida que no sabe lo que es coquetear, dar un beso, disfrutar
    el hecho de ser mujer o que soy horrible
    y
    que me lo han dicho tantas veces que mi escudo es decir que no me interesa el
    sexo, porque eso tampoco es cierto. De todas las relaciones amorosas que he tenido puedo decir
    que aunque no tener sexo es difícil, reservarlo es una excelente decisión que
    permite conocer al otro como realmente es, conversar de muchos temas que a
    veces por tocar demás dejan de tocarse y porque terminar una relación cuando se
    ha tenido sexo es muchísimo más doloroso y difícil, y por otro lado es natural
    que eso suceda, porque todos somos distintos y creo que el indicado para cada
    quien es uno sólo y es muy normal que no sea el primero.

    Es mi opinión. Díganme retrógrada; me lo han dicho toda la
    vida; pero al menos aun no me arrepiento de pensar así. Puede que aún no haya
    vivido algo bueno, pero estoy segura de que lo viviré; y por otro lado me he
    salvado de muchos dolores, y penas, y aun guardo algo para entregar a quien yo
    quiero.

    • Jose

      Valiente.

      • Eduardo Boys Mardones

        No solo valiente, también consecuente…..en tres palabras, una gran y verdadera mujer.

  • nanji_marina

    Concuerdo contigo en que la educación sexual no se reduce en aprender a usar condones. Eso no es más que el paso final.
    Pienso que la educación sexual comienza desde que la mamá le enseña a su hijo a cuidar su cuerpo, a tratar a sus pares con respeto y a exigir el mismo respeto para sí, y de ahí en adelante, la forma en que los adultos experimentan su sexualidad se forja con cada experiencia de nuestra vida, no sólo con aquellas que se dan en la intimidad de una pareja.
    Difiero en que el acto sexual sea exclusivamente válido o justificado cuando se sustenta en el amor conyugal o en el deseo de procrear.
    Por qué no aceptar y promover una vida sexual plena y saludable motivada sólo por el placer físico entre dos adultos que consienten con libertad?
    El otro tema es que mientras no haya mecanismos reales y efectivos de apoyo a las familias (especialmente a las mono-parentales), será imposible revertir la caída en la natalidad. Ya nadie quiere tener 3 ó 4 hijos si se puede elegir tener 2 ó 1 y darle(s) una mejor calidad de vida. Egoísmo, dirán algunos, pero creo que el ser padre/madre ya no significa renunciar a nuestra vida laboral, personal, a nuestro tiempo libre y en definitiva a nuestra individualidad por dedicarnos enteramente a esa labor.

  • Martin Hernandez

    Eres virgen?