Con motivo del quinto aniversario de la entrada en vigencia de la Ley 20.084, que concierne a la Responsabilidad Penal Adolescente, la titular de la cartera Sra. Patricia Pérez, se refirió a los ajustes, modificaciones legales y programas de rehabilitación, para estos jóvenes.
De gran importancia nos parece que la Ministra haya iniciado su gestión destacando y priorizando la urgencia que tiene introducirse, con especialistas y expertos en estos temas. Máxime cuando creemos que esta área ha sido descuidada y lo más importante todavía, se echa de menos una política de Estado, donde se prioricen los énfasis que se requieren para profundizar y desarrollar los aspectos que deben conducir a la recuperación, sociabilización y rehabilitación de la persona que comete delito y su entorno familiar.
Creemos indispensable que en esta materia de alta complejidad, nadie más puede generar mejores ideas y más efectivas que personas que han tenido una experiencia en la cárcel y han abordado desde la desolación y la miseria una reflexión propia, que permite conocer de manera adecuada, los elementos requeridos para incorporarse socialmente y dejar de delinquir.
Muchos y muchas son quienes han logrado vencer la adversidad y al salir del penal luchan con ejemplaridad, incorporándose a la sociedad con sacrificio y lealtad en un medio de la más absoluta indiferencia e incluso superando estigmas y malos tratos.
En este contexto cualquier comisión de expertos que pretende plantearse al respecto debería considerar y escuchar a fondo los planteamientos de aquellos que con sus experiencias puedan orientar y ofrecer herramientas viables para buscar acuerdos y alternativas para disminuir y combatir a la delincuencia.
En el universo que la Fundación Paternitas se desempeña hemos incursionado en las diversas maneras, urgentes y necesarias, que pueden ayudar en forma sostenida a una reforma penitenciaria que conlleve al objetivo esperado por todos: a saber la inserción personal, social y familiar.
En múltiples conversaciones con usuarios atendidos por nosotros, que han logrado cumplir las metas y se encuentran trabajando con las debidas competencias, nos han puntualizado la importancia de que al interior de los centros privativos de libertad existan talleres de distinta índole, que capaciten en áreas demandadas por la comunidad, de forma de alcanzar durante el período de pena impuesta, el desarrollo de habilidades que permitan un trabajo bien remunerado cumplida la condena.
Por otra parte, el personal que ejerce funciones de trato directo al interior de estos centros, debería tener amplias destrezas para comunicarse, relacionarse, animar y fortalecer, en un ámbito de respeto y diálogo que propenda a un cambio de vida.
Otro aspecto que se menciona es la importancia de no descuidar a la familia, base fundamental para fomentar los valores que sostienen la comunión, la esperanza y el amor entre sus integrantes. En este aspecto se reconoce la necesidad de redes sociales que tengan como principal foco la generación de puntos de encuentro, acercamientos, apoyo económico y orientación familiar.
Así también se reconoce, como factor importante, en el proceso gradual de inserción social, una vez egresado del penal, el acompañamiento y apoyo en las distintas materias que en libertad se van presentando como desafíos y/o conflictos que necesitan compartir con profesionales idóneos, para no colapsar y avanzar.