Hace poco fui a un seminario en el que se preguntó si la solidaridad creaba justicia, o si no.Intenté luego imaginarme cómo serían los solidarios chilenos, dentro de un país, huelga decir, con varios Chiles cohabitando en el mismo espacio. Uno de los estudios que da muestra de estos Chiles,es la “Encuesta Solidaridad, Capital Social y Equidad”, dirigido por el psicólogo José Antonio Román (1).
En general, el chileno no sería una persona que participe tanto como creemos en la sociedad en la que vive. Pero sí es solidario.
Ellos podrían ser una pareja joven, Angélica, y Fernando. En general, ellos son un poco distintos a sus primos y amigos, que no participan en nada de nada. Cuando lo han hecho, se han involucrado principalmente en actividades de voluntariado.
Ambos son usuarios dependientes de internet: él tiene un Android, ella un Iphone, a pesar de que ella le insiste en que cambie ese teléfono. Han participado en campañas de causas sociales y medioambientales a través de internet. Sus mejores, amigos que son tan prendidos como ellos, José Manuel y Sandra, contaron que se habían involucrado activamente en la campaña donde aparecía el escritor Simonetti, del que seguían sus novelas, y que habían estado de parte de los mapuches en los conflictos forestales.
Ambas parejas, tiempo atrás, habían difundido información en sus páginas de Facebook cuando ocurrió el conflicto de la planta termoeléctrica en Barrancones.También, han hecho donaciones electrónicas a diversas obras sociales, como parte de su idea de responsabilidad.
Hay varios matices entre los que participan, distingue el estudio. Comentaré un poco cómo me los imagino.
El Chile 1: El solidario que da alimentos, ropas, cosas que ya no sirven a gente que pide en la calle, en campañas, en parroquias. En este caso nos encontramos con Ester, una señora de unos 57 años, más bien pituca, si bien hay otras Estercitas que no son ABC1 ni C2 que también son como ella. Va a misa los domingos, tiene a sus hijos bautizados y no discrepa con las políticas sociales del Estado, es más, le parece que están bien. Las dos dan el vuelto del supermercado porque se ayuda a Bomberos y a los niños con cáncer. Sería una maldad no hacerlo, si bien doña Ester tiene claro que el supermercado recibe descuento tributario con la donación. Pero qué le va a hacer.
Chile 2: Aquí están los que se ayudan entre sí en el colegio de los niños, en el trabajo, si viven en barrios más acomodados. Si son pobres, se ayudan cuando ocurren desgracias haciendo bingos, rifas.¿Dónde? en el barrio, la junta de vecino, el colegio, el trabajo,tal vez. Aquí podríamos toparnos con Jorge, comprometido con la política, dice que le importa, como también le importa la religión, y va a la iglesia, católica, evangélica, u otra, pero va. Cree que el Estado es solidario, no se complica con ello. Él se siente que es solidario con todos, esté donde esté.
Chile 3: Este es el solidario de convivencia, es buena gente. Da el asiento en la micro, en el metro, responde cuando le preguntan cómo se llega a tal lugar, le presta atención y tal vez el hombro a un amigo en problemas y le da consejos cuando se los pide. Estos son cabros jóvenes. Mucho de ellos están en la enseñanza media, como Cristóbal y la Nati. A ambos los inscribieron en colegios católicos, y están absolutamente de acuerdo con las políticas sociales del Estado, y en 2011 se unieron a las marchas por la educación.Cuestionan el funcionamiento del mercado, no saben bien cómo funciona, pero no les parece lo mejor del mundo, sobre todo a la Nati.
Chile 4: El solidario de mercado, que da el vuelto en el supermercado y la farmacia, que compra los productos adheridos a la Teletón u otra campaña. A este tipo de solidaridad adscriben los niveles socioeconómicos más altos. En ocasiones, tienen una posición política, pero en general, no les encanta. Aquí podemos toparnos con Armando, que afirma que es de derecha. Eduardo, su compañero de trabajo, dice que no tiene ninguna preferencia. Soledad, que los escucha en el escritorio de al lado, les aclara que ella vota por la DC. Los hombres dicen que son bautizados, ella, se niega a bautizar su hija menor, a la que tiene matriculada en un colegio laico.
Chile 5: Esta es la solidaridad de acción política, con conciencia política que participa en marchas y adhiere a causas de colectivos como la educación, los mapuches, el medio ambiente, entre otros. En general, son más hombres que mujeres, y son profesionales.Por un lado, podemos encontrar a Fernando, José Manuel, Eduardo y al adolescente Cristóbal, amantes de la política.
Al contrario, Armando, doña Ester y Estercita, que no se sientan a hablar de estos temas.Nati, que está en tercero medio, quiere estudiar derecho, dice, y sí se sienta a hablar de política. Discute mucho con sus padres, y con todos en general. El año pasado hizo unas amigas en las marchas, no son de su barrio, pero a veces se juntan y son amigas en Facebook. Ella dice que ya no es derecha, como cuando era más chica, que ahora es cristiana socialista. Va a misa porque la obligan, en el colegio, los domingos ya no va. Ella, como su compañero de clase, Cristóbal, y todos sus amigos de las marchas, creen poco en el mercado.
Chile 6: El chileno voluntario. Es el grupo que mejor se puede describir, son los menos y pertenecen al club ABC1, cuentan con educación universitaria, y seguramente provienen de colegios religiosos en donde se hacía voluntariado. Gente con conciencia política. En general, los pitucos en Chile la practican harto. Fíjense, más que el resto. De chico no eran tan adictos a las obras de los jesuitas, pero en la universidad se enrolaron en las obras de estos curas. Y se comprometen con la sociedad. Todos ellos, a esta altura del año, ya han decidido por cuál candidato a alcalde votar. La mitad de ellos participó en actividades con niños y ancianos en la parroquia del barrio mientras crecían, a veces se organizaban con amigos y se iban en la noche a la Vega Central a darles comida y ropa a algunos sin casa que no dormían en hospederías. En el colegio también les enseñaron conductas parecidas.
Nati, de mayor, quiere postular a América Solidaria, porque se viaja, y se entrega.Nati, Cristóbal y los más jóvenes de Chile creen que participar en política es tan fuerte como el voluntariado. Que la democracia se fortalece, dicen. Creen en los grupos de presión, en Facebook marcaron “me gusta” en Patagonia Sin Represas y en Wallmapuwen. Un punto importante de este segmento que tiene menos de 29 años, es que cree firmemente que implementar una reforma tributaria que aumente los impuestos a los más ricos y a las grandes empresas haría a Chile más solidario, y más justo.
Sin embargo, los que participan en actividades de voluntariado, son pocos. Pero a pesar de ello, ¿serán estas solidaridades componentes de la democracia?
(1) Ver http://mps.uahurtado.cl/noticias/presentacion-de-resultados-del-seminario-crea-justicia-social-la-solidaridad/