Lo conocí personalmente en un Centro Juvenil de privación de libertad, parecía muy dedicado a su trabajo. Gendarmería lo tenía designado como mozo, se le apreciaba contento y con entusiasmo en el desarrollo de esta tarea.
En muchas ocasiones lo llamé para conversar, me manifestaba enorme interés de incorporarse a la comunidad de una forma sana y responsable. Me hablaba de su pareja y de sus padres, que esperaban con ansias y expectación su libertad.
Tenía asidua participación en la Iglesia Evangélica, siempre con una Biblia bajo el brazo, confiaba su vida a Dios y a la oración, que día a día realizaba.
Impactado quedé, cuando en la edición central de las noticias de Chilevisión lo mostraron detenido, por haber cometido homicidio en contra de su pareja, la misma que me hablaba con gran cariño y admiración.
¿Qué te pasó Leonardo que cometiste tan aberrante episodio, en circunstancias que prometiste, innumerables veces, insertarte en la comunidad, trabajar y no volver nunca más a cometer ningún delito?
Al salir del centro penal, luego de haber cumplido su pena, me ubicó para pedirme ayuda en su proceso de inserción social y laboral. Largo rato estuvo en mi casa, en donde planificamos algunas ideas de cómo lograrlo, posteriormente lo llevé para incorporarlo a uno de nuestro programas, que en síntesis, tiene que ver con la capacitación y acompañamiento profesional, por algunos meses, para una vez calificado y debidamente preparado, incorporarlo a alguna actividad laboral.
Lamentablemente, una vez comprometido para continuar su proceso con nosotros desapareció y aunque tratamos de ubicarlo todo fue infructuoso.
Leonardo, qué pena, tomaste una mala decisión pues, al quedar a la deriva con tus demonios y fantasmas fuiste precipitado, en un proceso consciente o inconsciente, hasta lo más hondo de tus propias locuras. Su dolor y agonía nunca se atrevió a expresarlos, tal vez ni siquiera él los conocía.
La Fundación Paternitas previendo estas fuerzas destructivas en el corazón humano, producto de desarticuladas historias, analiza cuidadosamente, desde los ámbitos, religiosos, médicos, sociales y psicológicos, estas posibles fracturas.
Actuando en concordancia con las distintas variables y disciplinas se puede esperar – siempre con margen de error- éxito y eficacia en la propuesta de recuperación e inserción social de estas personas.