18 jun 2012

País de contrastes: SOS educación

Ya estamos a mitad de año y para nadie es novedad que este 2012 ha sido mucho más tranquilo que el 2011. Las paralizaciones y marchas han disminuido de forma evidente y el movimiento estudiantil, que fue principal motor del descontento social, se ha visto debilitado.

Sin embargo, sabemos que los estudiantes influyeron en varias esferas del quehacer nacional, llegando incluso a plantearnos la idea de modificar nuestro sistema de impuestos para poder inyectar mayores recursos a la educación.

El Gobierno recogió el guante y presentó un proyecto de reforma tributaria, el cual está siendo discutido en el parlamento, recibiendo críticas y apoyo de diversos sectores.

Sabemos que la idea es financiar de mejor forma la educación, sin embargo, los argumentos han ido principalmente orientados a la educación superior.

Debo decir que eso, por decir lo menos, me inquieta muchísimo. Ya he manifestado anteriormente que es necesario que la reforma tributaria tenga el objetivo de financiar también la salud, y lo mantengo. Pero la semana pasada, hubo un hecho que me hizo reflexionar profundamente en relación a los recursos destinados a la educación.

Creo que es absolutamente necesario que tanto el Gobierno, como los empresarios, también pongan atención en la educación para personas con discapacidad, quienes están olvidados por la sociedad y necesitan mucha más ayuda de la que pensamos.

Hace casi un mes, recibí un correo de una asistente social que me invitaba a participar en una campaña de recolección de latas, para juntar recursos para el establecimiento donde trabajaba. En el e-mail describía la conmovedora situación que vive su colegio y decidí ir a visitarlo.

Se trataba de la Escuela Especial Renacimiento de Quilpué, que posee una matrícula de 200 alumnos aproximadamente, quienes sufren diversas discapacidades intelectuales, además de problemas físicos y sensoriales. Vi niños con Síndrome de Down, autismo, parálisis cerebral, entre otras dificultades cognitivas y motoras.

Es fuerte, para alguien que no está acostumbrado, vivir experiencias de este tipo, pero creo que nos acercan a la vida y a realidades necesarias de conocer y de dar a conocer a los demás para conseguir la ayuda necesaria. Además de sus dificultades, estos niños provienen de familias en situación extrema pobreza y vulnerabilidad social, por lo cual sus necesidades son muchísimas.

El panorama es la escuela es conmovedor, pero por sobre todo me llamó la atención la gran vocación y cariño con que los profesores enseñan y cuidan a los pequeños. Si todos pusiéramos el mismo amor con el que trabajan estos profesores, en nuestras labores diarias, nuestro país sería muy distinto.

Pero vamos a lo concreto, estos chicos necesitan sillas de ruedas nuevas, material didáctico, equipo de transporte, más que todo ayuda para la implementación de talleres laborales. La labor que cumple esta escuela es loable, una vez que egresan, los jóvenes entre 18 y 24 años tienen la posibilidad de ingresar a talleres que les sirven para desempeñarse en algunos oficios y ser de alguna forma, aporte para sus familias.

Me comentaron que varios han logrado hacer prácticas laborales en empresas, pero faltan aún muchos recursos y confianza de parte de los empleadores.

Es innegable, en torno a las personas con discapacidad se tejen muchísimos prejuicios, pero pueden demostrarnos que trabajan mucho mejor que personas con capacidades normales. La discapacidad está en nuestras mentes y es increíble lo que estos chicos pueden lograr si se les da la oportunidad de desarrollarse y el apoyo necesario.

A lo largo de mi vida he visto varias empresas que se jactan de realizar Responsabilidad Social Empresarial, creyendo que este valor se realiza a través de la plantación de árboles o la construcción de plazas, sin embargo, la posibilidad de inserción laboral, que es una alternativa concreta de hacer RSE, es ignorada.

Me irrita vivir en un país de tantos contrastes, donde decimos estar en vías de desarrollo, cuando tenemos gente viviendo y educando en condiciones tan hostiles. Mientras el ingreso per cápita es de US$ 15 mil, existen estas realidades tan ingratas y que intentamos esconder.

Es inaceptable que nos acordemos de la discapacidad sólo en diciembre, para la Teletón, y que nos jactemos de ser un país solidario, cuando dejamos que muchísimos niños se eduquen gracias a la caridad.

Sin duda hay algo que debemos cambiar. Hay que abrir los ojos y comenzar a hacer cambios de fondo y no sólo de forma. La educación, para nadie, puede ser de caridad. Es un derecho, independiente de las capacidades o discapacidades que tengamos. Los invito a reflexionar.

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  • http://www.facebook.com/people/Víctor-Marcelo-Vergara-Verdugo/1262161046 Víctor Marcelo Vergara Verdugo

    Señor Fantuzzi, dirijo una asociación de padres de personas con autismo en la Quinta Región. Durante casi 30 años hemos trabajado arduamente para sostener un centro de tratamiento. Este tiene variadas terapias, servicios y un acervo terapéutico maravilloso. Sin embargo, siempre vivimos en la fragilidad, en la posibilidad cierta de que todo esto se acabe y nuestros hijos vayan a dar directamente al enclaustramiento hogareño, con la pérdida de sus avances. Nos ha ayudado la subvención educativa, la cual dura hasta los 26 años, aportes de la Municipalidad de Viña y de otras entidades (Club de Golf, Fundación Maluk, etc.) y proyectos de diferentes ministerios. Con todo, nos alcanza solo para sobrevivir. La educación especial, y particularmente la de los autistas, es muy cara. Comparto su inquietud y aplaudo en general su vista de los problemas: manifiesta mucha más humanidad, inteligencia y complejidad que los encomenderos dueños de los grupos económicos. 

  • http://www.facebook.com/people/Víctor-Marcelo-Vergara-Verdugo/1262161046 Víctor Marcelo Vergara Verdugo

    Señor Fantuzzi, dirijo una asociación de padres de personas con autismo en la Quinta Región. Durante casi 30 años hemos trabajado arduamente para sostener un centro de tratamiento. Este tiene variadas terapias, servicios y un acervo terapéutico maravilloso. Sin embargo, siempre vivimos en la fragilidad, en la posibilidad cierta de que todo esto se acabe y nuestros hijos vayan a dar directamente al enclaustramiento hogareño, con la pérdida de sus avances. Nos ha ayudado la subvención educativa, la cual dura hasta los 26 años, aportes de la Municipalidad de Viña y de otras entidades (Club de Golf, Fundación Maluk, etc.) y proyectos de diferentes ministerios. Con todo, nos alcanza solo para sobrevivir. La educación especial, y particularmente la de los autistas, es muy cara. Comparto su inquietud y aplaudo en general su vista de los problemas: manifiesta mucha más humanidad, inteligencia y complejidad que los encomenderos dueños de los grupos económicos. 

  • Pepe Herrera

    Si bien concuerdo en su conmoción al conocer la lamentable ralidad de la educación, en este caso, especial, no puedo dejar de opinar acerca de su miopismo ideológico propio de los empresarios de este país.
    Si Ud. se informara mejor sabría que no es cierta tal aseveración que el movimiento estudiantil está debilitado. Muy por el contrario, las últimas manifestaciones han demostrado que sigue con igual o mayor fuerza que antes, solo que han cambiado las formas y frecuencia de manifestarse.
    Por otra parte, el problema no es como Ud. lo plantea, solo de buscar mejor financiamiento a la educación. Eso indica que Ud. al igual que el Gobierno no han entendido nada. Acá el tema es cambiar radicalmente está pésima educación y volver a una educación pública, gratuita y de calidad para todos los chilenos. El reciente caso de la U. del Mar lo demuestra claramente.
    Y si Ud. quiere seguir pagando por la educación de sus hijos y tenerlos en guettos de gente bien, está en todo su derecho. Pero el tema es velar por la gran mayoría del país que no gana las fortunas que gana Ud. y la gente de los grupos a los que Ud. pertenece.
    Parece que le hace falta darse más vueltas por ahi, por el país de verdad, para ir conociendo las miserias que vive mucha de nuestra gente. Invite a sus amigos empresarios a ver si se sensibilizan.
     

  • Pepe Herrera

    Si bien concuerdo en su conmoción al conocer la lamentable ralidad de la educación, en este caso, especial, no puedo dejar de opinar acerca de su miopismo ideológico propio de los empresarios de este país.
    Si Ud. se informara mejor sabría que no es cierta tal aseveración que el movimiento estudiantil está debilitado. Muy por el contrario, las últimas manifestaciones han demostrado que sigue con igual o mayor fuerza que antes, solo que han cambiado las formas y frecuencia de manifestarse.
    Por otra parte, el problema no es como Ud. lo plantea, solo de buscar mejor financiamiento a la educación. Eso indica que Ud. al igual que el Gobierno no han entendido nada. Acá el tema es cambiar radicalmente está pésima educación y volver a una educación pública, gratuita y de calidad para todos los chilenos. El reciente caso de la U. del Mar lo demuestra claramente.
    Y si Ud. quiere seguir pagando por la educación de sus hijos y tenerlos en guettos de gente bien, está en todo su derecho. Pero el tema es velar por la gran mayoría del país que no gana las fortunas que gana Ud. y la gente de los grupos a los que Ud. pertenece.
    Parece que le hace falta darse más vueltas por ahi, por el país de verdad, para ir conociendo las miserias que vive mucha de nuestra gente. Invite a sus amigos empresarios a ver si se sensibilizan.
     

  • Miguel Ossandón Durán

    Bien Fantuzzi, ¡No te mueras nunca!

  • Miguel Ossandón Durán

    Bien Fantuzzi, ¡No te mueras nunca!