Decir que los profesores son el principal capital con que cuentan los colegios, y que son reconocidos como el factor de éxito más importante para lograr los objetivos de aprendizaje de los alumnos, no representa ninguna novedad y, del mismo modo sostener que la formación de los futuros docentes es un aspecto clave para conseguir lo anterior, tampoco debería llamarnos la atención.
De eso se trata precisamente la prueba Inicia, que en su versión 2011 se tomó a más de 3 mil egresados de las carreras de pedagogía que imparten nuestras universidades y que mide los conocimientos y habilidades para ejercer como profesor.
La mala noticia es que los resultados son francamente decepcionantes. En efecto, el 69% de los egresados de educación básica no están capacitados para ejercer la profesión, puesto que entre otros aspectos no tienen los conocimientos suficientes en lenguaje, matemáticas y ciencias. Esto significa que 21 de las 25 universidades acreditadas tienen a más del 50% de sus egresados en esta condición. Impresentable.
El problema de fondo es que estamos atrapados en un círculo vicioso. Veamos.
A las carreras de pedagogía ingresan alumnos con bajos puntajes, por falta de motivación y porque están mal preparados en los colegios.
Los egresados de pedagogía no tienen las competencias para ejercer como docentes, debido a la mala formación que entregan las universidades. Y los colegios contratan profesores que tienen una mala formación inicial en las universidades.
Entonces, ¿Cómo salimos de este círculo vicioso para convertirlo en virtuoso?, Cuando el problema es de gran envergadura como este, se necesita pensar creativamente y aplicar soluciones innovadoras.
Concretamente se requiere romper este círculo vicioso y para eso se proponen a continuación algunos cortes o interrupciones a esta cadena.
Primer corte. Las agencias de acreditación están mal definidas, puesto que han acreditado muchas carreras de pedagogía tomando como base sus procesos y no los resultados. Esto ha incentivado la proliferación de programas de pedagogía, pero no ha mejorado la calidad de ellos.
Solución: Crear un organismo autónomo del ministerio de Educación de alto nivel, que evalúe los planes de estudio y mida los resultados de las carreras de pedagogía, acreditando sólo a aquellas que cumplan con estándares de calidad.
Segundo corte. Las universidades sólo pueden contratar profesores para hacer clases en las carreras de pedagogías.
Solución: Permitir a las universidades que contraten profesionales de distintas especialidades como profesores de pedagogía, al igual como lo hacen las demás carreras.
Tercer corte. Los colegios están obligados a contratar profesores de las universidades o institutos profesionales, cuyos egresados mayoritariamente no cumplen las condiciones para ejercer la docencia.
Solución: Las universidades deben hacer bien su trabajo y otorgar el título de profesor sólo a quienes aprueben la prueba Inicia.
Al respecto, una investigación a nivel nacional realizada por la Universidad de Chile, demuestra que están mal diseñadas las mallas curriculares de las carreras de pedagogía, las que sólo dedican el 6% y el 8% al estudio de lenguaje y matemáticas.
Cuarto corte. Los colegios educan y forman a sus alumnos sin entregarles los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para postular a las carreras de pedagogía.
Solución : Permitir que los colegios contraten profesionales de distintas disciplinas para que se desempeñen como profesores en sus respectivas especialidades, previo curso de inducción de 6 meses de duración dictado por el Centro de Perfeccionamiento ( CPEIP ) y/o la Fundación Chile, bajo el régimen del Código del Trabajo.
Medidas concretas como éstas u otras similares van a permitir romper el círculo vicioso en el que estamos metidos y dar el gran salto que nuestro país necesita, especialmente en educación escolar pública.
Lo vamos a lograr si todos los actores involucrados suben el nivel de exigencias que han mantenido hasta ahora, poniéndose como meta que los egresados de las carreras de pedagogía obtengan un nivel sobresaliente en la prueba Inicia, en un plazo no superior a los 3 años.