Buenas noticias son para los jóvenes infractores de ley, las 11 medidas impulsadas por el ministerio de Justicia en conjunto con el senador don Alberto Espina. Efectivamente, pueden ser: “revolucionarias, importantes y trascendentes”, si se abordan y ejecutan como una política de Estado.
En muchas ocasiones las ideas necesarias, urgentes y oportunas se pierden en el tiempo, en particular cuando nuevas autoridades asumen responsabilidades,más bien de orden político y no con un afán social y humanitario.
La 11 medidas anunciadas por el gobierno se resumen en tres ejes fundamentales, a saber: dignidad, seguridad y reinserción.
Con el espíritu y deseo de colaborar y de profundizar en el cómo de la dignidad y valorando los aspectos, más bien físicos y estructurales que se mencionan, habría que insistir en el aspecto humano, espiritual y moral de los jóvenes. Elementos esenciales, para quien se encuentra en situación de conflicto, permitiendo valorar su vida, respetar al compañero, a los profesores y los bienes inmuebles.
El ser mencionado por su nombre de pila y no por los apodos que denigran, humillan y descalifican, son un buen comienzo para alcanzar el objetivo planteado por las medidas ya señaladas.
De importancia fundamental es el desterrar el maltrato efectuado por algunos profesores y tíos de trato directo, las groserías, las amenazas, la violencia y los gritos que dañan profundamente la convivencia, el ambiente dialogal y la armonía al interior de los centros.
Sentirse como un objeto o una pieza de ajedrez movida al arbitrio, por quien, muchas veces, carece del criterio, de la sabiduría y del profesionalismo para ejercer una labor profesional de maestro, educador y guía, hace de estos jóvenes una especie de lobo de Gubbio, enemigo de sí mismo, de la sociedad y de los demás.
Normalmente, humanidad, amor, trato digno y esperanza, requiere poco dinero, por no decir nada, y logra más que todo el oro de este mundo.
En relación al segundo eje señalado, es decir, a la seguridad, además de lo mencionado por el Gobierno, habrá que insistir en la liberación de los demonios o amarguras latentes, dispuestas a tiranizar en cualquier instante.
La concepción y gestación de esa vida, muchas veces, en dramática violencia, y posteriormente al nacer, el hambre, las frustaciones, la falta de escolaridad y educación, hacen de este grupo etáreo, un peligro social inminente.
La seguridad y convivencia pacífica, alcanzará sus máximos estándares cuando logremos romper las cadenas y arrancar del alma el miedo opresor, la oscuridad y el recuerdo maldito de ese pasado que violenta y busca venganza.
En cuanto al eje de la reinserción apoyada por instituciones y empresas, la Fundación Paternitas, tienen una larga y reconocida experiencia, por casi 20 años, trabajando con programas revolucionarios, importantes y trascendentes.
Los empresarios nos llaman a menudo a pedirnos fuerza laboral, que le hacemos llegar, luego de un período de capacitación vocacional y apresto laboral en áreas técnicas específicas. Además en este proceso de algunos meses de trabajo, se profundizan los aspectos antropológicos, morales, espirituales, familiares, sociales, de convivencia, de responsabilidad, etc.
El único y verdadero manual de convivencia es nacer de nuevo y esto se logra cuando me siento amado, valorado y liberado. Único, auténtico y verdadero camino para la reinserción.