Extraordinaria la intervención del Arzobispo de Santiago, Monseñor Ricardo Ezzati, en un artículo en el diario El Mercurio, respecto a la problemática que dice relación con los cierres de varios centros de protección a menores.
Como bien lo señala el propio Arzobispo se trata de una subvención inadecuada para poder ejercer un trabajo eficiente, con personal idóneo en beneficio de niños y niñas, que necesitan con urgencia ser protegidos y desvinculados de una vida en riesgo.
Es cierto, como dice el Director del Sename, que algunos centros han sido cerrados por malas evaluaciones de desempeño, pero la pregunta que no se hace es: ¿quién los evalúa a ellos?
Lo que más me llama la atención y no se menciona en el artículo es que los centros directamente administrados por el Sename, cuentan con otra subvención que fácilmente cuadruplican los recursos asignados a las ONGs privadas.
En el mismo artículo el director de la institución, señor Rolando Melo, señala que: “solicitará la modificación del reglamento de subvenciones…”cantinela que ya hemos oído por más de tres décadas a la mayoría de sus antecesores.
La cuestión de fondo, y que muy pocos la conocen, es que muchas de estas instituciones privadas son lejos más eficientes que el Sename, en los tratamiento a sus beneficiarios, y en la administración de recursos ya que ostentan cifras notablemente efectivas en la recuperación de estas personas.
¿Hasta cuándo seguiremos escuchando que se solicitarán modificaciones al sistema de subvenciones, cuando la realidad nos muestra lo contrario…?
¿Será que las madres de estos niños, atendidos por nuestras ONGs, deberían organizarse y hacer un movimiento popular exigiendo, ante quien corresponda, para que de una vez por toda el Estado de Chile respete los derechos de sus hijos?