Chile avanza en materia de legislación antitabaco. Los progresos no han sido fáciles, pues continuamente han sido obstaculizados por la poderosa industria del tabaco; de hecho, British American Tobacco amenazó con cerrar sus instalaciones en Chile en caso de prosperar la última iniciativa legislativa (empaquetado genérico y prohibición de aditivos). Y es entendible, el éxito de su negocio depende de sumar nuevos consumidores, lo más precozmente posible en sus vidas, y mantener cautivos a quienes ya fuman, en lo posible hasta su muerte. Entremedio se sitúan los consumidores, quienes han perdido importantes grados de libertad en su decisión de fumar, por cuanto padecen una poderosa adicción (aunque muchos la nieguen).
Para tener un debate en serio, es indispensable contar con argumentos serios. En esta oportunidad, quiero compartir 10 argumentos para apoyar todo avance en nuestra legislación antitabaco. Los invito a juzgarlos y formarse una opinión informada sobre este tema.
En Chile, la prevalencia de fumadores actuales en población de 15 y más años es 44,2% en varones y 37,1% en mujeres. Chile es el país con la prevalencia más alta de consumo de tabaco en toda la región de las Américas, tanto a nivel de adultos como en jóvenes, siendo éste un problema de Salud Pública.
En el año 2013, 16.532 muertes fueron atribuibles al consumo de tabaco, representando el 18,5% de todas las muertes (45 muertes diarias). Anualmente 7.881 personas son diagnosticadas de un cáncer provocado por el tabaquismo, siendo el tabaquismo también responsable de 20.191 infartos e internaciones por enfermedad cardíaca.
En escolares chilenos entre 13−15 años, 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 4 varones fuman cigarrillos. A nivel mundial (157 países) las escolares chilenas entre 13−15 años poseen un triste récord: somos el país con el mayor consumo de cigarrillos en el mundo.
Los aditivos introducidos al cigarrillo (ej. mentol) se utilizan para aumentar su apetencia, especialmente entre las personas más jóvenes. La disponibilidad de cigarrillos mentolados aumenta la experimentación y la progresión hacia el hábito tabáquico regular, al igual que aumenta la probabilidad y el grado de adicción en fumadores jóvenes. Más de 100 de 599 aditivos reconocidos poseen acción farmacológica.
El empaquetado genérico ha demostrado: (I) reducir el atractivo de la cajetilla y del producto, haciendo parecer las cajetillas menos atractivas y de menor calidad, y debilitando la identidad positiva del fumador y atributos de personalidad asociados a cajetillas con marca; (II) aumentar la prominencia de las advertencias de salud, en términos de mejorar el recuerdo, seriedad percibida y credibilidad de las advertencias; y (III) reducir la confusión sobre el daño asociado al producto que puede resultar del uso de cajetillas con marca. También se percibe probable que el empaquetado plano tenga un efecto disuasivo en el inicio del hábito tabáquico en jóvenes, y que aliente a los fumadores actuales a dejar de hacerlo.
Los fumadores producen humo de tabaco, el cual es inhalado en forma pasiva por terceras personas. Existe evidencia suficiente para inferir una asociación causal entre la exposición al humo de tabaco ajeno y las siguientes enfermedades: cáncer pulmonar en no–fumadores, mayor riesgo de enfermar y morir por patología coronaria, síndrome de muerte súbita del lactante, bajo peso de nacimiento y enfermedades respiratorias bajas en lactantes y niños, entre otras.
El 28% de las embarazadas chilenas fuman durante su embarazo, siendo un factor de riesgo conocido de enfermedad y muerte perinatal. Sus efectos sobre el recién nacido son múltiples, incluyendo un rol en la génesis de bajo peso al nacer, complicaciones respiratorias y muerte súbita del lactante.
El costo directo en el sistema de salud atribuible al tabaquismo es de $1.081.898.801.395 pesos chilenos (2013).
Avances en la norma antitabaco ponen a Chile al día respecto a compromisos adquiridos internacionalmente. El 25 de septiembre de 2003 el país suscribió el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco (CMCT), ratificándolo el 13 de junio de 2005. Este tratado establece obligaciones vinculantes a todos los países firmantes.
La libertad de un individuo termina donde comienza la de otro. La legislación antitabaco no impide a las personas fumar: simplemente regula el ejercicio de este derecho, protegiendo la salud de terceras personas. Asimismo, busca desincentivar la adquisición de esta dañina adicción.