29 ene 2015

Por favor, ¿votar en conciencia?

Hemos sido informadas e informados por la prensa que este sábado se presentará el proyecto de Ley que propone despenalizar el aborto en tres causales: inviabilidad fetal, riesgo de vida de la madre y por violación.

La presentación del proyecto, como parte de los compromisos del Programa de Gobierno de la Presidenta, es algo que a muchos y muchas nos alegra. No obstante, me es preciso plantear algunas preocupaciones.

Preocupa que este proyecto, según se nos informa, se presente a discusión por partes, permitiendo que cada causal se vote por separado. Esto es inquietante.

En primer lugar, a diferencia de las reformas tributaria y educacional, en que el llamado a los diputados y senadores de la Nueva Mayoría fue a que se alinearan de manera obediente con el proyecto del gobierno y a votar todos los artículos relevantes de manera unificada,  el llamado aquí es  dejar en libertad de acción a los parlamentarios, para que puedan votar de acuerdo a su conciencia. Debo decir que este llamado produce una inevitable decepción.

Esto, pues se sitúa el proyecto dentro del marco de las conciencias personales y no en el marco del bien común y del respeto de derechos fundamentales. Es decir, el proyecto que se presentará – que se suponía otorgaría a las mujeres el derecho a decidir por razones humanitarias indiscutidas por la mayoría de los países y organismos de derechos humanos sobre si seguir o no con un embarazo que atenta contra su integridad física o psíquica, no es un proyecto que se conciba en el marco de los derechos.

Algunas esperábamos que este fuese el momento de que nuestros gobernantes tuvieran una postura enfática en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Más aún con la reciente creación del ministerio de la Mujer y Equidad de Género. Todo un avance simbólico, sin duda. Pero no ha sido así. Dejar esta ley en manos de las creencias personales es negociar los derechos femeninos, postergarlos e invisibilizarlos.

Parte de lo anterior ha sido escuchar de parte de parlamentarios de la Nueva Mayoría declaraciones que sorprenden. La que más, es que los votos de la coalición de la Presidenta no están asegurados para la aprobación de este proyecto. El diputado Schilling – jefe de la bancada socialista-  aduce al respecto que “el PS recoge a gente que adhiere al marxismo, (y) hay laicos, católicos, evangélicos, y para los cristianos el aborto es un asesinato”. “No podemos pedirles que se condenen al infierno -aunque no exista- así que habrá libertad de acción”.

Quisiera decirle al diputado que nadie está pidiendo que se asesine a nadie. Ese argumento sólo demuestra simplicidad respecto de los debates actuales que no esperaríamos escuchar en boca de un socialista en el año 2015. Sólo se está pidiendo que nuestros parlamentarios voten en materia de derechos, que otorguen el derecho a decidir a las mujeres (en 3 causales mínimas y en condiciones claramente reguladas) y que cumplan el programa con el que ellos se comprometieron y por el cual muchos chilenos y chilenas votaron. Quisiera recordarle que es el Jefe de bancada del partido de la Presidenta y que sus declaraciones son, a lo menos, inquietantes,en su forma y en su fondo.

Jamás avanzaremos hacia derechos universales si estos están cruzados por creencias personales.El derecho que se solicita, es el derecho a tener garantías de salud mental y física, el derecho a una vida digna, el derecho a decidir. No se pide a nadie que esté a favor o en contra del aborto. Esa opinión es personal y cada quién verá cómo se sitúa frente a esa difícil disyuntiva en caso de tener que tomar una decisión.

Forzar a una mujer a abortar sería una aberración. Forzarla a no hacerlo también lo es.

Una última reflexión. Si todo esto ocurre en base a un proyecto que se hace cargo de 3 situaciones límites en la vida de una mujer, donde resulta incomprensible la falta de empatía con el dolor de esas mujeres y niñas, ni hablar de pensar en la posibilidad de aborto legal en un país que sigue concibiendo a las mujeres como reproductoras de la especie, destinadas a parir, a costa de ellas mismas si fuese necesario.

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