Polémica generó recientemente, la decisión del ministerio de Salud de someter a consulta pública las políticas de entrega de anticonceptivos de emergencia a menores de 14 años, sin necesariamente tener que informar a sus padres o adultos responsables.
Este apartado, importante dentro de las Normas de Actualización de la Fertilidad de la cartera, está siendo sometido a revisión y apunta a resguardar la confidencialidad del paciente y, al mismo tiempo, actuar con la mayor celeridad en la aplicación del medicamento.
Si bien desde los municipios nunca hemos afirmado estar en contra de la ley, que obliga a consultorios y hospitales a la entrega de anticonceptivos de emergencia, es necesario realizar algunas precisiones, respecto a estos casos.
En primer lugar, los municipios, a través de su sistema de salud, deben ser actores importantes en la construcción de políticas públicas de un país. Nosotros somos el organismo que día a día tomamos el pulso a la realidad de nuestros vecinos y como tal, debemos erigirnos como el puente entre las necesidades de ellos y la confección de políticas que sean de utilidad para miles de familias a lo largo de Chile, de las cuales las más afectadas son casi siempre de escasos recursos.
Es por esta razón que debemos dejar de ser meros buzones de la política pública. Es más, nuestro trabajo debe integrar cada vez más las visiones de los actores que forman parte de la sociedad, para así conformar cuerpos legales efectivos y que ayuden a entregar soluciones a la gente.
En el caso de la entrega del anticonceptivo de emergencia, en Maipú el año pasado tuvimos seis casos a quienes se les entregó un apoyo integral para que, a futuro, pudieran evitar conductas de riesgo.
A nivel comunal hemos focalizado nuestros esfuerzos en el desarrollo de una red de soporte, formación e información, para quienes necesiten hacer uso de la llamada “pastilla del día después” y su entorno más inmediato.
También es importante que los colegios impulsen, dentro de sus programas, una educación sexual acorde a la realidad de sus estudiantes, que tenga en cuenta sus afectos, sus relaciones y entregarles las herramientas necesarias para vivir responsablemente su sexualidad.
Otro punto importante, es que más allá de las particulares creencias de los ediles de las 346 comunas que forman parte de Chile, como alcaldes tenemos la obligación de hacer cumplir las leyes. Es por esto que debemos centrar nuestros esfuerzos en abrir los espacios necesarios de participación, para que los vecinos puedan tener un rol relevante en la construcción de políticas que vayan en pos de mejorar su calidad de vida.
Para concluir, es necesario dejar claro que las políticas públicas hechas entre cuatro paredes no dan los resultados esperados.
La entrega de la píldora del día después, implica que los municipios no nos convirtamos meramente en una ventanilla de entrega de medicamentos, sino que seamos actores de la aplicación de una política de salud pública integral, donde el Estado cumple a cabalidad un rol social.
Cuando la familia no está presente o ésta falla en la protección de un hijo, es el Estado quien debe asumir este rol.Y en el ámbito local somos los municipios quienes por definición, debemos cumplir esta función.
Somos quienes estamos día a día, en primera línea y junto a la gente, los que tenemos mucho que decir respecto a este tema. Nuestra interacción cotidiana con ellos nos dan la ventaja y, al mismo tiempo, la motivación para pensar y generar iniciativas que los beneficien y los hagan sentir ser parte de una comunidad que vive y trabaja por ellos.