El año 2012 escribí en este blog una columna muy similar a la que escribo hoy. En esa época, una mujer de 20 años había sido detenida por el delito de aborto en Viña del Mar.
Hoy, nos convoca otra joven. Una joven de 17 años en riesgo vital y que ha sido denunciada por el médico de turno cuando ella recurre al centro hospitalario en busca de ayuda.
Frágil, desangrándose, moribunda, y el médico desconoce el principio de confidencialidad al cual debe adscribir en estos casos. ¿Por qué? Porque tanto él como la ley chilena considera que esta joven es una criminal.
Dentro del programa de la presidenta Bachelet está la consideración de la despenalización del aborto en tres causales. No obstante ya la Ministra ha dejado entrever que, si bien están prestas a cumplir el programa de la presidenta, este tema ha sido desplazado para “más adelante” y “sin fecha precisa”.
Porque, debemos decir, los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres siempre han sido materias consideradas no prioritarias y negociables por los políticos y gobiernos de este país. De todos los colores, es justo agregar.¿Hasta cuándo me pregunto yo?
Las mujeres no pueden seguir siendo tratadas como criminales o asesinas. No pueden seguir muriendo desangradas por abortos clandestinos.
No podemos dejar solas a las mujeres ante esta violencia. Debemos entregarles, como estado, leyes que sean coherentes con ellas. Darles la libertad de decidir, de acuerdo a las creencias de cada quién y de las situaciones particulares que la rodean. Y entregarles todos los cuidados y resguardos necesarios –físicos y psicológicos- para que esta decisión sea tomada en conciencia, en libertad y resguardada.
Como sociedad, debemos asumir la responsabilidad de no permitir que este debate se silencie.
En lo personal, no puedo guardar silencio, mientras sé que esta joven de 17 años no sólo carga con su historia, no sólo carga con la decisión (si es que la tomó ella) de abortar, no sólo carga con el daño físico al cual ha sido sometida, sino que además carga con la criminalización de su país entero.
De las reflexiones subjetivas sobre el aborto, de las complejidades de la maternidad, del costo psíquico del embarazo, de los contextos sociales que acompañan estos momentos, del derecho a la vida, de la dignidad de la vida, podemos hablar en otra ocasión.
Hoy, una mujer en Chile está muriendo y ha sido denunciada, por no tener derecho a decidir ni a recibir un trato digno.