Quienes abrazamos una religión tenemos que asumir los principios y reglamentos de aquella, sobre todo, cuando lo hacemos en plena libertad de conciencia, opción de vida, que nos ayuda a ser mejores personas.
“Religión sin sacrificio”, enseña Gandhi, esto no significa que los cristianos debamos aceptar de buenas a primera, cual rebaño de ovejas, sin discernimiento, hechos que nos parecen repudiables, acontecidos al interior de la Iglesia Católica.
En nombre de un falso cristianismo, se ejecutan todo tipo de fechorías y aberraciones, cuyas consecuencias históricas aún no se terminan de cancelar. Lo peor, se siguen cometiendo los mismos errores del pasado.
Es por ello que los católicos de base, han levantado su voz fuerte y poderosa en todo el mundo, ante la corrupción desenfrenada, entregando una señal clara que no permitirán que la Curia continúe por el despeñadero.
El primer Papa latinoamericano, argentino de nacimiento, jesuita de congregación, se ve enfrentado a una férrea oposición conservadora para reformar la casta de privilegios, poderes y riqueza que hoy ostentan.
Francisco es claro y categórico, “estamos aquí para ser los primeros servidores y no ser los servidos” . Algunos no lo quieren entender. Como príncipes de la Iglesia quieren seguir viviendo en el boato, alejado de su principal función de entregar la palabra de Cristo, cueste lo que cueste, en medio de los excesos de la modernidad.
La iglesia Católica, en este sentido tiene mucho que cambiar para volver a ser madre y maestra en lo moral y espiritual, como el Santo Alberto Hurtado quien fue un comprometido servidor incansable con y para los pobres, dedicando la vida a ellos, sin tapujos ni dobleces.
¿A dónde vas? entonces Reinaldo Sapag con tu compromiso cristiano.
Es la pregunta que me hago, en este laberinto de dudas, cuando veo a un chileno, sanantonino, conversar animadamente con el Papa, antes del Evangelius en la plaza de San Pedro, como dos grandes amigos, de antaño, que necesitaban verse el uno con el otro.
¿A dónde vas? para que Francisco detenga su auto, se baje, sin protocolo ni audiencia previa, reciba de manos del profesor Sapag, un compendio de libros y cartas de la vida y obra del Cardenal del Pueblo, sin duda es un privilegio, que pocos podrán contar . Fue todo un acontecimiento desconocido en Chile, que nos llena de satisfacción.
¿A dónde vas? cuando eres recibido por el Superior de los Salesianos, padre Ángel Fernández, en el Vaticano, compartiendo con todos sus sacerdotes y obispos reunidos para tal ocasión, a fin testimoniar la inmensa labor del Cardenal Raúl Silva Henríquez, la que se pretende dejar gravada para la posterioridad.
Sabemos que el profesor Sapag, escribió un polémico libro “La Iglesia Santa y Pecadora de todos los Días” entre otros de sus escritos y cartas, criticando abierta y duramente el comportamiento inmoral de algunos curas y obispos, pedófilos, que han abusado de sus investiduras eclesiásticas.
Todo esto y mucho más está en conocimiento de la Santa Sede, la postura de muchos laicos que no amparan estos crímenes de lesa villanía. Pienso que Ezzati ni Errazuriz, nada supieron de este encuentro, si no lo hubieran impedido a toda costa, como lo hicieron con el nombramiento en la comisión papal a Carlos Cruz, uno de los abusados por el cura Karadima, el señor de los infiernos.
Francisco, manda un claro mensaje a la grey chilena en ese improvisado encuentro, hay que limpiar la casa grande de todos por dentro, tarea a la que no se puede restar ningún católico, en conjunto con esos miles de Obispos, sacerdotes religiosas, diáconos y ministros que a diario dan testimonio del Evangelio.
Sapag abrió una ancha puerta en el Vaticano, que la diplomacia no había logrado. ¿Se habrá dado cuenta el Gobierno de esta tremenda oportunidad, que tanto la necesita el país?