14 may 2013

Bolivia ¿triunfalistas de qué?

Veo con preocupación la actitud que nuevamente han adoptado políticos, medios de comunicación y la ciudadanía en general frente a la notificación que presentara Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) el pasado 24 de abril. En ella se anuncia una demanda que reclama la “obligación de la República de Chile a negociar con Bolivia, efectivamente y de buena fe, para alcanzar un acuerdo que restituya una salida soberana de Bolivia al Océano Pacífico”.

La notificación presentada por el ex presidente –hoy agente ante la CIJ- Eduardo Rodríguez Veltzé, señala que Chile, más allá de sus obligaciones legales, se ha comprometido a negociar un acceso soberano al mar, mediante la celebración de acuerdos, la práctica diplomática y una serie de declaraciones de sus autoridades de mayor rango. Lo cual habría generado, en opinión de Bolivia, obligaciones internacionales por cuanto crearon expectativas que esto se haría realidad.

Las autoridades chilenas han rápidamente enfrentado la situación, reafirmando la posición chilena que señala que no existen asuntos pendientes entre ambos estados, que el tratado de 1904 es claro y que Chile ha cumplido con sus obligaciones.

Sin embargo, atacar públicamente la posición boliviana argumentando que “no tiene fundamento”, o incluso ironizándola bajo el concepto de los “derechos expectaticios”, no aportan en nada en la resolución de la controversia y sólo contribuyen a aumentar las animosidades entre ambos estados, motivo precisamente por el cual ya nos encontramos en esta situación.

Argumentar que presentarse ante La Haya pueda ser una solución óptima para resolver definitivamente la situación boliviana, rindiendo nuestra capacidad de negociar soberanamente, y sometiéndose a un tribunal internacional que puede o no acoger los argumentos bolivianos, es caer nuevamente en los triunfalismos que no ayudaron en nada en el diferendo con Perú.

Por lo demás, la notificación boliviana no pretende someter su aspiración marítima a discusión, sino los actos del Estado de Chile en la materia.

Tampoco podemos desestimar a priori las cualidades jurídicas de la tesis boliviana. En el derecho internacional existe efectivamente un debate teórico sobre los actos jurídicos unilaterales y la posibilidad de exigir su cumplimiento, aunque tal vez con mayor explicitud y acompañados de práctica y ejercicio de dichos derechos.

Menos podemos desconocer la inteligencia de la contraparte en presentar sus intenciones antes del esperado fallo entre Chile y Perú, sentando el precedente de sus aspiraciones antes de cualquier posible modificación a las fronteras marítimas.

Sentirse triunfadores antes de siquiera comenzar este proceso no sólo es poco cauto, sino que errado. Que dos de nuestros vecinos hayan optado por la vía de la CIJ se debe asumir como una derrota que, si bien está matizada por la naturaleza bilateral de los temas, no excluye la omisión de propuestas concretas para evitarlo o las escaladas discursivas que se dieron, por ejemplo, a nivel presidencial a comienzos de este año.

Será labor del equipo chileno entonces presentar o no un recurso de incompetencia ante la corte, dentro de los tres meses siguientes a que efectivamente se envíe la demanda a La Haya.

En dicho sentido, es rescatable la nominación de un perfil como el del Embajador Felipe Bulnes como agente ante el tribunal, quien deberá presentarse al presidente de la Corte, Peter Tomka, el próximo 12 de junio para fijar los plazos del proceso.

El equipo chileno debe enfrentar  un arduo trabajo de investigación para presentar los argumentos de Chile, trabajo que para algunos de nosotros sería prudente que el Embajador Bulnes encabezase desde ya con dedicación exclusiva, dada la sensibilidad que genera ante la ciudadanía.

Desde ahora, y tal como lo ha hecho con Perú, Chile debe aprovechar la oportunidad de explorar otros temas de cooperación e integración que han sido interrumpidos por la preponderancia del tema marítimo en las relaciones bilaterales.La opción por la solución pacífica de controversias obligará a Bolivia a restarse de campañas en foros internacionales, lo que abre la puerta a una relación bilateral por cuerdas separadas durante los años que se asume durará el proceso judicial.

Con la seguridad de los argumentos jurídicos de nuestra parte, es nuestra misión entonces explorar y proponer soluciones definitivas que reconozcan las limitantes de las relaciones bilaterales, pero con una actitud proactiva, que traiga alternativas viables a la mesa de negociación.

Si la soberanía no es un tema a tratar, debemos seriamente considerar tratos más favorables que los actuales para Bolivia, quedando así establecido entonces que será responsabilidad de nuestra contraparte si no prosperan las negociaciones.

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  • Jos� Luis Valenzuela

    Preocupa tanto lo planteado por el comentarista como el detrimento de la política internacional causado por la prioridad dada a la política vecinal. Quizás es mejor seguir generosamente la idea final del comentario (tratos más favorables), y buscar una política internacional de largo plazo alineada con objetivos-Estado de largo plazo.

  • Mario Cabello

    Cuando una lejana potencia extranjera pacte los recursos de Bolivia, energía, alimentos, especialmente agua dulce y perdamos la oportunidad, de nada servirá decir “…no cedimos un m2 de nuestra soberanía…” o “..la sangre de nuestros héroes…” y otras estupideces. Si de mí dependiera reuniría a todos los niños bolivianos y les regalaría un buen trozo de mar, fin al odio, ganaríamos ambos un país de hermanos. Por muchísimos años el mar “chileno” será explotado por un puñado de avaras familias, que sí son las que se sirvieron la sangre de nuestros soldados y que nunca mandarán un hijo a la guerra. No permitir que otro se desarrolle para poder ser más que él, cuando se puede crecer juntos, es la lógica de los mediocres y miserables del alma.

    • Fernado Martínez

      Estimado, te felicito por tu visión y comentario.

      Lamentablemente la política y los intereses económicos son el cáncer que consume a nuestro pais. Lo anterior repercute principalmente en la ignorancia y bajo nivel cultural de una buena parte de compatriotas que sin argumento alguno despotrican, piensan “pestes” de nuestros vecinos, y no quieren un entendimiento.

      Me cuesta enteder porque tienen que pasar 20, 30 ó 40 años mas para que recien tomemos conciencia que Chile debe tender a la integración con sus vecinos, no somos una isla en sudamérica, tenemos un idioma, tenemos una idiosincrasia y raíces en común. Si bien se debe respetar las normas de cada pais (límites, leyes, acuerdos, otros), esto no implica que busquemos vías de mayor y mejor entendimiento entre nuestros pueblos, de manera que las fronteras sean cada vez mas transparentes, tal como ha ocurrido en Europa después de la segunda guerra mundial (ojo! con millones de muertos de por medio). Debemos aprender ¿o hay gente que todavía se puede creer dueño del suelo que pisa? ja!, o tal como tu propones, sería capaz de mesquinar a un niño el acceso al mar, o mofarse de él porque no lo tiene, solo porque nació al otro lado de la coordillera.
      Soy chileno y siento mucho apego por mi tierra, pero dudo que buena parte del pais, principalmente por su escaso nivel cultural, esté abierto a un cambio de mentalidad al respecto.

    • http://twitter.com/rodcco rodrigo cuevas

      En un país libre, opinar es un derecho, lo bueno que su punto de vista es minoría, y al parecer lo será por mucho tiempo….

  • RaulFernandoAceitonAguilar

    Desgraciadamente nuestros gobiernos, politicos y diplomaticos estan cometiendo los mismos errores que se hicieron en el pasado.

    Bolivia era el pais mas debil de la Alianza y se le trato con desprecio al termino de la Guerra del Pacifico.

    Era mas importante para Chile acceder a todo lo que el Peru DERROTADO le pedia a Chile a traves de mediadores extranjeros en este conflicto.(EE.UU).

    Chile vencedor dejo escapar la posibilidad de cerrar de una vez por todas sus conflictos con dos de sus vecinos.

    Jamas se debio permitir firmar un tratado de paz con el Peru donde se consentia que la ultima palabra en soberania seria dada por ellos.

    Me refiero al cadado que puso Chile a una futura pretension boliviana de una salida al mar dejandole la llave de este candado a los peruanos.

    Podemos ver la inoperancia de nuestra diplomacia y politicos de ese entonces.

    Si Chile queria quedar bien con los dos, era un imposible porque estaba en juego la perdida de grandes y ricos territorios de esos aliados, por lo que deberia habersele dado Tacna a Bolivia por la razon o la fuerza o no haber firmado esa clausula del CANDADO que hasta hoy dia nos mantiene maniatados.

    Si Chile pierde el mar que el Peru disputa sera imposible darle a Bolivia un acceso al mar por el Norte de Arica que es el lugar mas logico, a no ser que Bolivia entre en conversaciones con el Peru para que pueda salir de ese CUL DE SAC que envolveria el derecho de Bolivia de navegar mar adentro.

    Equivocaciones, falta de vision de nuestros politicos del Siglo XIX estan repercutiendo en el Siglo XXI.

    Es de esperar que los conflictos ocurridos a traves del mundo en el Siglo XIX no sean llevados a la Haya por paises que perdieron territorios y comience a abrirse una aterradora CAJA DE PANDORA

    Cordialmente.

  • Juan Emilio Gonzalez

    Me parece un muy buen comentario, y crea que no esta de mas agregar que en nuestro País, existe un gran desconocimiento de la Gran nación multicultural que es Bolivia.

    En vista de aquello, debiéramos unilateralmente comensar a realizar gestos de amistad, partiendo por algo tan simple, como dar el nombre a una importante Calle o Avenida, con el nombre de Republica de Bolivia.