En el Partido Demócrata Cristiano existe una instancia denominada “Los Cardenales”, que se autogenera manteniendo un número de 10-15 integrantes, hombres y mujeres. Las exigencias son esencialmente de carácter ético-moral, y de larga permanencia en el Partido.
En el último tiempo nuestra preocupación ha sido la agresividad de la política, por el momento verbal, y la necesidad de revalorizar la Unidad Nacional concebida como el requerimiento de colocar a Chile por encima del bien particular o partidario, donde las distintas opiniones del espectro político enriquecen el debate y las visiones de largo plazo, pero no entorpecen el sentido de patria o de país de hoy y de mañana.
Esta instancia es particularmente ajena a tendencias internas o corporativas del partido y busca ser un lugar de conversación serena pero no menos atrevida en sus propuestas. No es tampoco un Consejo de Ancianos porque se nutre de invitados de distinta naturaleza para mantener la actualización de sus debates.
En esta perspectiva se diseñó un texto muy inclusivo y respetuoso para las fuerzas políticas, y que sin excepción fuesen invitadas a participar. De ahí el título propuesto:”Un esfuerzo para prestigiar la política en aras de la unidad”, y se encargó a Sergio Molina, Carlos Massad y al suscrito que elaborasen un texto que una vez aprobado por miembros de la institución, se entregara al Partido para buscar su implementación, lo que ya se hizo.
Los puntos centrales de la propuesta.
- Reconocer los cambios positivos y negativos del andar democrático de Chile.
- Asumir que lo positivo y negativo de la política de hoy es responsabilidad de TODOS pero en mayor medida en los que tuvimos o tienen responsabilidad.
-Reconocer la multiplicidad de factores que influyen en este tiempo que ha permitido o ayudado al criticable proceso que vive la sociedad chilena.
- Precisar que esta preocupación la tienen muchos políticos y no sólo los democratacristianos y los valores a reponer son la serenidad del debate, el cambio de las conductas personales, el esfuerzo por colocar al país por encima de todo, la coherencia del discurso y del actuar y morigerar nuestro trato sin orgullo o soberbia.
El llamado es buscar esta revalorización política e institucional para reemplazar la descalificación por el respeto, la agresividad injustificada por la solidaridad y la segregación por la Unidad Nacional.
Ésta o un nuevo Acuerdo ha sido una conducta usada ya en el pasado con resultado positivo.
Es nuestra esperanza.