Conversaba con los hermanos de la Recoleta Franciscana sobre las bendiciones y maldiciones de Cristo en relación a las buenas y malas obras y salió a colación (no a colusión) aquella que dice “maldito, al fuego eterno porque estuve enfermo y no me visitaste” y en antítesis “bendito, pasa al Reino, porque estuve enfermo y me visitaste”.
Al menos por esto el Alcalde de Recoleta, que (¡ánimas benditas!) ¡Es comunista!, tiene pasaje para el Reino, porque sufrían los enfermos para conseguir medicamentos y nadie, ni cristianos incluidos los católicos, los visitaban para llevarles alivio a su bolsillo insolvente para su necesidad.
Ideó una farmacia comunal, pagada con fondos fiscales comunales, que comprara los medicamentos directamente a los laboratorio-empresas productoras, y se los vendiera a los vecinos de la comuna, a precio de costo, varias veces menos al valor de las farmacias especialmente de las tres grandes cadenas, que sabemos se coludieron hace un tiempo para cobrar aún más caro, y fueron sus dueños juzgados y condenados a la infamante y muy aflictiva pena de soportar clases de ética.
Vergüenza eterna para los cristianos que tenían todo para haber ideado esta medida, pero cual vacas frente a un piano no atinaron a elaborar ningún plan similar que se atuviera a las exigencias de Cristo para irse nada menos que al cielo. El modelo ha corrido como reguero de pólvora y prácticamente todas las comunas quieren reproducirlo.
Surgen las voces disidentes, ¡altera la libre competencia del mercado! ¡Es un subsidio del Estado! ¡Hundirá a las farmacias de barrio! ¡Está en desacuerdo con el modelo constitucionalmente aprobado!, etc. etc. En realidad no es nada nuevo y tampoco nada tan revolucionario, simplemente es volver parcialmente a la modalidad de salud dada por el Estado de Chile en el Servicio Nacional de Salud, vigente hasta 1979, y en gran parte en los Servicios regionales de Salud que le sucedieron, hasta que el ahogo por la falta de financiamiento que la Dictadura Cívico-Militar-Neoliberal generó produjo la escasez medicamentosa que todos constatamos en el sistema público en el Chile actual.
Digo parcialmente porque el SNS (el Estado, es decir, el bolsillo de todos los chilenos) pagaba no sólo los medicamentos (gratuidad total) sin que toda la atención, la prevención, el fomento, la rehabilitación y la reinserción social del paciente. La retroexcavadora de la Dictadura destruyó con saña al SNS para poder instalar a la medicina privada. La Concertación, La Alianza y la Nueva Mayoría no han sido capaces de retomar esa atención médica que es una joya de empresa no tan sólo de Chile sino que del mundo entero. Recoleta vuelve a demostrar que el Estado protector y desarrollador es posible.
Este modelo en donde el Estado pone lo necesario para que los servicios se realicen, al más bajo costo, con la mayor equidad posible, respetando toda pluralidad étnica, religiosa, política, ideológica, de la más alta calidad posible, debe generalizarse no sólo en farmacia, sino que en toda acción de salud, educación, energía, etc. Chile debe renunciar al modelo calificado erróneamente como Estado subsidiario y volver y desarrollar el Estado bien común del pueblo chileno.
El modelo Estado subsidiario, fue ideado ideológicamente por los civiles de la Dictadura, atribuyendo al Estado sólo el financiamiento de lo que los privados no pudieren financiar, pero nada dijo, o más bien se calló aquello que el Estado financiaba y podía financiar mucho más barato, más equitativo, justo, plural y de mejor calidad que el privado.
Más aún gastó ingente energía para destruir aquello que el Estado realizaba en esas condiciones para reemplazarlo por sociedades que no le llegan ni a los talones en calidad, equidad, eficiencia y moralidad a esas empresas del Estado, como lo hemos visto y sufrido con apagones, cortes de agua, colusiones, incumplimientos, estafas a clientes, etc. Resulta que el Estado subsidia a esas pobres empresas transnacionales y nacionales, que habitualmente se coluden, con cientos o miles de millones de dólares anuales con los que podría pagar toda la reforma de la educación.
Cuando el Parlamento decide discutir el alto precio de los medicamentos que hay en el país y se propone la asistencia del Alcalde de Recoleta para que presente su farmacia popular, su asistencia es vetada por parlamentarios de derecha de la UDI y RN.
No es necesario ver la experiencia de Recoleta, salga a los países vecinos, para qué decir si va a la India, el precio de los medicamentos puede ser varias veces inferior. Insisto Chile no es una república, democrática, de economía capitalista liberal o neoliberal es una re-privada, oligárquica, nepótica y feudal (examine los términos de la negociación colectiva y poder de los empresarios más cercanos a un feudo que a una empresa capitalista).