Entré a la política a través de la Democracia Cristiana, bajo el llamado nacional y popular para cambiar el mundo y lograr un nuevo orden solidario, comunitario y en un sistema democrático.
Esta definición tiene un profundo sentido de transformación social y económico donde lo esencial es el asentamiento del personalismo – no el individualismo – como eje de los cambios y comunitarismo, como la expresión social de ese personalismo iluminado por el traspaso del poder individual de la economía al pueblo organizado.En este esquema la propiedad privada mantiene su status cumpliendo su rol social que permite el valor ético de su acción.
En este planteamiento no ha sido fácil convencer a muchos independientes, de la real capacidad de reemplazar el capitalismo, menos aún en los últimos años dónde ha florecido nimbado de eficiencia y pulcritud a través de sus propios medios de comunicación.
Los ejemplos de abusos en los viejos regímenes comunistas y la caída de algunos gobiernos Social Cristiano, ha sido aprovechado para dar la razón aparente a los modelos capitalistas.
Desde siempre ha sido para nosotros difícil luchar con este historial de aparente éxito y justicia en sectores importantes del hemisferio occidental.
Hoy el capitalismo chileno se ha mostrado en plenitud y con alfombra roja.
Hoy no es un problema de nombres o personas. Lo que hemos visto es la decapitación de su alma mater. Es el argumento ad homine o argumento desde sus argumentos, que nadie puede negar.
Nadie acusa. Se acusan solos pero aún así logran ventajas comparativas.
Francisco nuestro gran pontífice ha sido moderado pero certero.
La propia Papelera lo ha reconocido.
En pocas palabras de hoy, la Papelera sí.