Hace algunos días leí un libro cuyo título es provocador en el correcto camino de lo que significa esta palabra: movilizar el espíritu o levantarse contra lo inadmisible o reclamar contra las fuerza de lo irracional.
El libro se llama “El concepto de la amistad en Cicerón, ¿un ideal que hemos perdido?” ¿Su autor?(1) Un viejo amigo, que lo adscribe a la definición de Cicerón: “Amistad no es otra cosa que un común acuerdo de todas las cosas divinas y humanas con benevolencia y afecto y no conozco nada mejor, excepto la sabiduría, que haya sido dada al hombre por los dioses mortales”, es la exclusiva sinonimia del amor cristiano para el otro que nos trae diez siglos después el crucificado, el amor benevolente.Todo esto entre personas naturales y antes del internet, el YouTube y el twitter.
Esta es la realidad entre personas únicas e irrepetibles que ya son “amigos”.
Cuando esto empiece en la comunidad nos aproximamos al Bien Común y se traduce en la Política, el arte de gobernar la Polis con respeto a los valores mínimos. Ellos son, libertad para el débil, respeto para la Humanidad Democrática y dignidad en el trato que se exprese en el idioma fraterno de la amistad cívica, porque la autoridad no es más que la copa del árbol que surge de sus propias raíces y su origen etimológico es conducir y enseñar y no sólo mandar.
Si no se cumplen estos paradigmas no estamos en democracia y eso se llama fascismo, triunfo del más duro y no del que dialoga. Por eso es valioso el libro de mi amigo porque nos lleva a la calma espiritual que Chile necesita, cansados de tanta vociferación, altisonancia y lenguaje guerrero que nos recuerda más a Esparta que a Atenas.
Eso no significa que se calle la verdad o se disimulen los errores para que no se repitan.
Chile es una Democracia de hecho y derecho donde Dios nos guarde de perderla porque sabemos del dolor que produce sufrirla del color que sea, parda, verde o roja porque la libertad no tiene color cuando muere.
La libertad comienza a perderse cuando se cree en gobiernos corporativos o cuando se cree que puede adjudicarse sólo por vencerla.
(1) Adrián Torres Canales. R.P.I 243376