¿Por qué es tan exitosa la serie Los Simpson? Sencillamente porque luego de 1989 el mundo se convirtió en un mega Springfield, con países conquistados por el neoliberalismo, clones del pueblo de Homero y Bart.
Es la obra de arte de un hippie llamado Matt Groening, que logró instalar en Fox, un canal de ultra derecha, una serie de protesta social durísima, donde los grupos sociales de la era neoliberal están expuestos con mucho humor.
Homero es el ex ciudadano idiotizado por los medios y el consumo, hay un empresario siniestro como Burns dueño de la energía, un profesorado desmoralizado, profesionales chantas por doquier, un alcalde llamado Diamante y un líder de opinión que es Krusty, jefe de la industria del Show Business.
Krusty es un anti homenaje a Jerry Lewis, quien gobernó el espectáculo de cine y la TV por décadas en EEUU. Pelearse con Jerry era una lápida segura a tu carrera, realidad plasmada en la célebre película El Rey de la Comedia, protagonizada por el mismo Lewis y Robert De Niro.
No simpatizar con Jerry era cerrarse también las puertas al mundo empresarial, que corría a financiar sus “tele maratones”. ¿Les suena parecido a algo esta historia? Bueno, todos sabemos quién es nuestro Jerry Lewis.
Don Francisco, nuestro Jerry, puede hundir una carrera artística (Palmenia Pizarro, Mandolino, etc), movilizar un mercado nacional caído vía Teletón, enlazarte o no con los acaudalados del mundo (es amigo de Carlos Slim dueño de Claro) y ser un mesías en momentos de catástrofes naturales en un país pobre (¡Chile ayuda a Chile!).
¿Quién ha buscado esta vez al zar de los rostros, en el Springfield chileno? No ha sido la derecha. Es esta Neo Concertación, que desde el canal de un empresario poderoso, evitó el procedimiento republicano para informar algo tan importante y recuperar credibilidad.
¿Pero cuál credibilidad? pues hay dos pérdidas de credibilidad actualmente. Una, ante lo que resta de ciudadanía y la otra frente al empresariado. El primer grupo importa poco para la Neo Concertación, es el segundo el importante.
La credibilidad para con los ciudadanos se perdió a poco andar los años 90, por la manera en que Diamante negoció con Burns los DDHH, evitó las reformas del amarre, prometió no investigar el desvalijamiento al Estado, defendió la constitución del 80 y fue a rescatar a Pinochet a Londres.
Para la Neo Concertación, es urgente rescatar la segunda credibilidad, pues fue el empresariado quien permitió en los años 90 la gobernabilidad. Burns necesita saber ahora cómo se seguirá financiando la “Penta políticaSQM”, pues los vergonzosos métodos han sido develados.
Montgomery Burns es clave, pues fue premiando a la Concertación con números azules, altas tasas de inversión, a cambio de cero fiscalizaciones, o nulo pago de impuestos. El milagro económico de Burns en Chile es mano de obra barata y no sindicalizada, AFPs, Isapres y superintendencias blandas, concentración de las fortunas, faenas todas que la Concertación apuntaló desde el Senado.
Este empresariado Burns-pinochetista financia carreras políticas, pontifica gabinetes, y premia a la élite de la Concertación con reclutamientos hacia el mercado.
De la democracia vigilada por los militares se pasó a la democracia controlada por los grupos económicos, que infiltró el alma de una izquierda red set, experta en tragar sapos a cambio del confort, capaz de tolerar un gobierno de Piñera, antes de aceptar enmendar un rumbo.
Los empresarios de Chile armaron rápido un programa de TV (debería llamarse “¿Qué le pasa a mi Chile?”) para las autoridades que gobiernan su país, verlas confesarse y rendir cuentas.
Diamante dio una entrevista a Krusty, para complacer a Monty Burns.
¿Qué le pasa a Chile-Springfield que varios mandatarios, más una autoridad en ejercicio, deben ir a emocionarse, sincerar errores y horrores, e informar de políticas públicas en horario prime, ante el clon chileno de Jerry Lewis?