Hoy al desayuno mi abuela estaba más animada que de costumbre. De hecho, creo que incluso se había levantado un poco más temprano de lo habitual.
Abuela, ¿qué te tiene tan feliz?
Bueno, querido nieto, es que anoche vi la entrevista de la Presidenta en TVN. Me gustó todo lo que dijo. Yo creo que esta aparición debió haberse producido hace algunas semanas atrás y no a las pocas horas de la columna del Rector Peña.
Abuela, yo también vi la entrevista y, si bien no estoy tan optimista como tú, te concedo que la Presidenta es imbatible en esta suerte de “entrevista-confidencia”. Uno la siente muy cercana y lo que dice es de todo sentido común.
Así continuó nuestra conversación, hasta que debí partir con rumbo a mi oficina a una nueva jornada laboral.
Inicié mi trabajo revisando unos documentos y preparándome para realizar unas llamadas, cuando mi secretaria me avisó que en la línea está mi abuela argumentando que es “algo urgente”.
Hola abuela. ¿Qué ocurre?
¡Estoy perpleja! Ayer he leído que el Director del Servicio de Impuestos Internos emitió boletas de honorarios durante el periodo enero 2012 a marzo 2013 a la empresa Asesorías y Negocios SPA. Hoy, después que desayunamos, he leído que dicho funcionario declara que es verdad que emitió dichas boletas, pero que corresponden a trabajos efectivamente realizados.
Mi abuela se escucha muy agitada; por lo tanto, le pedí se calmara un poco, luego de lo cual seguimos conversando.
Ya con una voz pausada me dijo, Jorrat declaró que es falso que recibiera pagos “durante el periodo de campaña de la Presidenta” y explicó que estos dineros corresponden, fundamentalmente, a tres estudios realizados previo a que Michelle Bachelet fuese oficialmente candidata.
El primero de estos informes trata de un “diagnóstico del sistema tributario”, el segundo se llama “lineamientos de la reforma tributaria” y el tercero es “propuestas de ampliación de la base imponible para aumentar la recaudación”.
Bueno abuela. ¿Cuál es el problema que te molesta?
Aquí, por primera vez en bastante tiempo, mi abuela me dirigió unas palabras “poco académicas” que no repetiré para mantener el nivel de la columna.
Con mucha calma me explicó. Mira. El grave problema es que la empresa Asesorías y Negocios SPA está ligada a Giorgio Martelli y está cuestionada por haber emitido boletas a SQM en el periodo 2012-2013.
Bueno abuela. Pero ¿cuál es tu punto?
¡Qué barbaridad! Es cosa de sumar dos más dos. SQM entregó dineros a Asesorías y Negocios y ésta, a su vez, contrató al actual director del SII para que confeccionara las bases conceptuales de la reforma tributaria de nuestro actual gobierno.
Abuela, ¿me estás diciendo que piensas que SQM financió los estudios que dieron origen al proyecto de reforma tributaria del actual gobierno de la Presidenta Bachelet? ¡Eso sería horroroso!
Querido nieto. Todo parece horroroso.
Si bien esto me parece lo peor, es decir el hecho de que el yerno de Pinochet haya financiado los estudios que dieron origen a una de las principales reformas de nuestro actual Gobierno, no puedo dejar de sentir malestar por una serie de otras situaciones.
Y empezó a enumerar.
El que connotados diputados y senadores aparezcan vinculados con pagos de boletas sospechosas de SQM y que al mismo tiempo algunos de ellos hayan sido parte de las comisiones investigadoras que indagaban sobre el controlador de esta empresa, sumado a que enviaron oficios reservados, nunca se inhibieron de participar, opinar e incluso redactar los acuerdos. Me resulta horroroso.
Que el señor a cargo del “fideicomiso ciego” de las empresas del ex canciller Moreno entregara dinero a cambio de boletas ideológicamente falsas a personas vinculadas a políticos de derecha (hoy en proceso de rectificación de las declaraciones de impuesto respectivas), es también horroroso.
Que la señora Compagnón declare que dos importantes operadores de la UDI eran los destinatarios del 50% de las utilidades del negocio de terrenos en Machalí es más horrible aún. Fíjate que estos señores tienen la desfachatez de declarar que ya no tienen que ver con la UDI y que el negocio en cuestión es entre “privados”.
No me he olvidado de la suma de desaguisados que se le atribuyen a los dueños de Penta y del ex subsecretario Wagner.
Todo esto me hace dudar de casi todo y todos. Hasta del síndico vinculado al negocio de Machalí, que según he leído sería sobrino del ex ministro Chadwick. Recuerdo que este señor, que ahora aparece vinculado a los “ex UDI” gestores de la operación, declaró que este era “un negocio muy normal”.
Querido nieto. Además debes considerar que sólo tenemos datos parciales de Penta y SQM. Y mucho me parece a mí que hay más empresas y más personas naturales involucradas en estos entuertos.
Entonces abuela. ¿Qué podemos hacer?
Mira, me dijo, bastante más calmada. Voy a llamar a la mamá de la Presidenta para decirle que es imperativo que aconseje a su hija.
Abuela, ¿cuál sería el consejo que le transmitirás a la madre de la Presidenta?
Bueno, yo creo que todos los esfuerzos de nuestra Presidenta deben orientarse en el corto plazo a reconstruir las bases de la confianza perdida. Debe impulsar normas y leyes que regulen el financiamiento de la política y el comportamiento de los políticos.
Hay que sincerar lo que ha ocurrido exculpando a los buenos y castigando a los malos.
Sólo una vez que terminemos este trabajo podemos seguir avanzando en el proceso transformador.
¿O tú crees que es posible que, en estas circunstancias, podamos seguir impulsando nuevas leyes?, ¿tú crees que con la configuración de este Congreso podemos, por ejemplo, nombrar a un nuevo Contralor General de la República?
¿Estás seguro que ninguno de nuestros diputados o senadores han recibido dinero de empresas que tengan intereses asociados al proceso de reforma laboral?
¿Has pensado, por un instante, si ellos están en condiciones éticas de legislar en materias de financiamiento del sistema educacional?
Abuela. Pero esto es terrible. Muchas de las promesas de campaña quedarán incumplidas. Yo creo que, tal vez, podamos seguir adelante y soslayar este clima de descomposición.
No pude ver a mi abuela por el teléfono… pero escuché sus resoplidos.
Luego me preguntó: ¿qué pasará si se llega a saber que quienes trabajaron en las bases de las otras reformas del programa de la presidenta fueron financiados por otras empresas privadas?
Traté de argumentar algo más con el propósito de suavizar sus argumentaciones, pero fue en vano. Sólo escuché, “mira, hay que recomponer esta porquería para luego seguir adelante”
Pensé que, dicho lo anterior, seguiría con su lista de cuestionamientos y pesimistas análisis. Sin embargo, me sorprendió con un, “lo siento, debo cortar, me siento mal. Tengo un poco de asco. Tal vez esté enferma con tanta información maloliente”.
¡Y me cortó!
Nota. Llamé a nuestra casa para saber de su salud. No me contestó, me transmitió un mensaje, “díganle que estoy ocupada escribiendo una carta para AJ”.