Ayer en la mañana mi abuela me preguntó, tú que has dedicado parte importante de tu vida a estos temas de Universidades, ¿me puedes explicar de modo directo y simple que es una Universidad?
Bueno abuela. Una Universidad es una comunidad de profesores, investigadores, y estudiantes que… Aquí me interrumpió, ¿existe independencia para que los profesores dicten sus cátedras libres de presiones de quienes dirigen la universidad?
Bueno abuela. Uno de los valores de las universidades es lo que los profesores definen como “libertad de cátedra”, es por ello que…. Otra interrupción. ¿Me quieres decir que un profesor enseña lo que se le da la gana?
Abuela. Los profesores llegan a dictar una cátedra luego de un proceso de selección arduo y, además, si bien es evidente que las cátedras tienen una columna vertebral asociada con un tema principal y determinado al que están referidas, es también importante para mí explicarte que el profesor está en su derecho a desarrollar el proceso como a él le parezca adecuado.Debo decirte, eso sí, que esto ocurre en aquellas universidades donde los profesores “dictan cátedra”.
Mi abuela estaba muy excitada y no quería largas explicaciones. Me imagino que por ese motivo me interrumpía con molesta frecuencia.
Dime una cosa. Si un profesor enseña mal, no sabe su materia, ha perdido sus habilidades y capacidades, ¿puede seguir dictando cátedra con esa libertad a la que tú haces mención?
Abuela. Los profesores e investigadores, además de ser un colectivo con gran nivel de autocrítica, están sometidos a una constante evaluación. En todas las universidades existen comités preocupados de estos procesos que están velando permanentemente por mantener la calidad de la enseñanza. Los profesores son evaluados por sus pares y por los estudiantes; y algo similar ocurre con los investigadores, que deben exponer sus avances a instancias de evaluación de publicaciones o comités en los congresos donde exponen sus trabajos.
A ver, me dijo. Explícame. ¿El dueño de la universidad no puede despedir sin motivo a un profesor o investigador?
Bueno abuela. En una Universidad Pública o en una Universidad Privada de cierto nivel o prestigio, el “dueño” es un concepto un tanto nebuloso. Generalmente existe un rector que dirige, y un Consejo Superior, Junta Directiva u otro cuerpo colegiado que representa los intereses de los dueños. Sin embargo, esa imagen del gerente que toma decisiones inconsultas a diestra y siniestra no es propia de estas instituciones.
Bueno, bueno. ¿Me puedes explicar entonces cómo es que el Cardenal Ezzati ha exonerado a un profesor de la facultad de Teología de la PUC de apellido Costadoat?
Abuela. La Pontificia Universidad Católica de Chile tiene una autoridad llamada Gran Canciller y ese cargo es ocupado por monseñor Ezzati. Él tiene el poder de otorgar o negar la condición que le permite a un profesor dictar cátedra.
A ver, a ver. ¿Y eso lo puede hacer por sobre lo que opine el rector y la Junta Directiva?
Es una prerrogativa del Pro Gran Canciller. Tú debes saber querida abuela que, por ejemplo, el rector de esta universidad es nombrado directamente por el Papa Francisco.
De hecho, los profesores de la PUC que están reclamando por la medida que terminó con la carrera académica del profesor Costadoat, no niegan que Ezzati tiene “derecho” a, mediante este mecanismo, exonerarlo; lo que reclaman es lo injusto y arbitrario de la medida. Fíjate abuela que la evaluación del profesor es muy buena.
Dime una última cosa querido nieto. Esta prerrogativa de Ezzati, ¿la puede ejercer sólo en la Facultad de Teología de la PUC o también en cualquier otra?
Abuela. El Pro Gran canciller puede hacer eso con cualquier profesor de cualquier facultad o cátedra.
¡Eso es una barbaridad!, exclamó. Si Ezzati no asiste a clases y si los organismos de evaluación existentes entregan una buena calificación del profesor, ¿cómo es posible que se lo aleje de su cátedra y, en consecuencia, de sus alumnos y colegas?
¿Qué opinan el rector, los alumnos, la Junta Directiva?
Abuela. Da lo mismo lo que opinen: Ezzati puede, en virtud de su cargo, aplicar estas medidas a cualquier profesor de la PUC.
Me quedó mirando con un dejo de incredulidad y me preguntó, ¿estás seguro que la Pontificia Universidad Católica es en realidad una Universidad?
Cuando me aprestaba a contestar, se paró y se dirigió a la puerta. Casi al salir, se dio vuelta me volvió a preguntar de esa manera tan característica, ¿tú crees que el Estado debe financiar una organización con este tipo de normas de funcionamiento, y atribuciones de una autoridad unipersonal?
Y allí me quedé. Ella se fue sin esperar mi respuesta… De eso hace ya media hora. Me he tomado dos tazas grandes de café pensando qué le puedo decir si es que regresa por mi respuesta.