El buen manejo de la reforma laboral nos deja buenas lecciones para las próximas reformas de 2015. Ella fue mejor diseñada que la reforma tributaria y la de inclusión educacional. Creo útil sugerir cuatro lecciones.
La primera es que la reacción de los detractores a cualquier reforma crece con la incertidumbre.Cuando se elaboran con “secretismo” por temor a que se conozca parte de ella, antes de alcanzar la forma definitiva, la gente que está en contra se imagina lo peor.
Algunos empresarios y políticos de la oposición hacen declaraciones destempladas y también contratan campañas comunicacionales para transmitir ideas anti gobierno que penetren en la opinión pública. Así ocurrió con la reforma tributaria y el mensaje de que afectaba a la clase media.
También sucedió en la reforma educacional diciendo que los establecimientos particulares subvencionados cerrarían. Errores de operación o comunicacionales entregaron innecesariamente municiones a la oposición. Después, aunque tarde, estas falencias comenzaron a corregirse.
La segunda lección es que para la reforma laboral se realizó un proceso de consultas amplio, riguroso, más de 100 reuniones, con distintas organizaciones sindicales, especialmente con la CUT, con distintas organizaciones empresariales, de cada sector, de cada tamaño. Y se contó con un buen equipo técnico. No hubo improvisación, ni titubeos, ni contradicciones. Se habló con los partidos de la oposición y con los de gobierno. Se escucharon propuestas y se tuvo conocimiento de las principales objeciones. Cuando uno las conoce está en mejores condiciones para encararlas.
Una tercera lección es que abrir la discusión a la opinión pública es favorable a esas reformas, la gente se puede involucrar y participar. La ciudadanía es más madura, ha crecido el conocimiento sobre los temas nacionales, el debate le hace bien al país y prepara mejor para la política y para la democracia.
La cuarta lección es que esta reforma se ha presentado como un trabajo de equipo, de todo el gobierno. Si bien la ministra Blanco tiene la responsabilidad principal han participado otros miembros del gabinete explicando, conversando, diversificando las vocerías.
En el caso de las otras dos reformas se concentraron en el ministro del ramo, con dos efectos inconvenientes, el riesgo de concentrar en ellos el fuego adversario, debilitándolos y segundo dejándoles un grado de autonomía en el diseño de los proyectos, las gestiones y declaraciones políticas sin suficiente revisión de sus consecuencias colaterales. No hubo una adecuada revisión político técnica de parte del resto del gobierno.
Ahora se iniciará el trámite legislativo. Un manejo unitario y flexible de la NM y un debate serio y amplio en las comisiones facilitará la tramitación, aunque demore un poco más, pues está claro el objetivo y el método.
El horizonte 2015 será más favorable si se aplican estas lecciones. Aprobadas la reforma tributaria, la electoral y la de inclusión educacional, el gobierno habrá logrado en un año dar pasos sustantivos y podrá definir los próximos con más seguridad, reduciendo incertidumbre y mejorando la economía.
Deberá avanzar aún con reformas importantes, en particular las de educación, donde deberá reforzarse la capacidad técnica política para evitar costos innecesarios.