La agenda de descentralización que la Presidenta Bachelet llevará al Congreso a fines de año implica un gigantesco salto para la democracia y el desarrollo de Chile. Se trata de medidas que buscan “empoderar” al Gobierno Regional, dándole las atribuciones y recursos necesarios para que puedan cumplir eficazmente su labor en el territorio, y que son claves para el desarrollo integral del país hacia el futuro, incluido Santiago.
La capital del país no resiste concentrar más gente. Santiago sigue creciendo, falta terreno, y se han generado problemas medioambientales y urbanos difíciles de resolver.Generar polos de desarrollo en todas las regiones del país se hace urgente, y demanda de la clase política una tremenda responsabilidad de acoger estos planteamientos y apoyarlos.
En el documento recibido la semana pasada por la Presidenta, hay cuestiones fundamentales. La más visible y potente políticamente es sin duda la elección de los intendentes.
Una autoridad electa, como la que se plantea, tendrá un plazo fijo, de al menos de cuatro años, para ejecutar un plan de desarrollo integral para su región. No es menor en ese esquema que la representación sea entregada por la ciudadanía, validando ese mandato, y excluyendo la actual situación de inestabilidad del intendente, quien le debe más al Gobierno que a sus gobernados.
Otro propuesta fundamental es que haya al menos tres gobiernos metropolitanos en el país: Santiago, Concepción y Valparaíso, donde la conurbación de varias comunas hace necesaria una coordinación superior a la de otras ciudades de Chile. No es lo mismo una ciudad-comuna, como por ejemplo Antofagasta, que una ciudad con al menos 32 comunas urbanas como Santiago.
También es importante todo lo concerniente al financiamiento de este plan, como el impuesto territorial a la extracción de recursos naturales o la creación de un fondo de compensación regional y de fortalecimiento al financiamiento municipal.
Lo que nos pide la ciudadanía en seguridad, transporte, medioambiente y desarrollo urbano, supone un gobierno supra-comunal. No se puede resolver el problema del transporte en las mega urbes aisladamente. Se debe tener una visión integral. Y eso lo puede hacer solo una autoridad que tiene liderazgo, facultades, y que mire a la región como un todo.
Muchas veces me entero por el diario de las cosas que pasan en la región. Los ministerios anuncian sus decisiones sin consultar a la persona del territorio, porque el intendente es visto solo como un “sheriff” que se encarga del estadio y de las marchas y no como el encargado de la planificación de los distintos ministerios, instituciones y sobre todo ciudadanos para armonizar y guiar el crecimiento de la ciudad.
Más allá de la fecha en que se realice la elección de intendente, la aprobación de una buena ley puede lograr una verdadera revolución en materia de descentralización en Chile. Ya lo dijo la Presidenta, si bien la medida más emblemática es la elección de los intendentes, si a estos no se les entrega más atribuciones ni más presupuesto, va a ser casi más de lo mismo.