04 oct 2014

Inclusión financiera e integración de los sectores sociales

Esta semana se realizó en nuestro país el Encuentro Regional de Inclusión Financiera donde reunió a relevantes actores gubernamentales de America Latina y el Caribe con Organismos Internacionales, Instituciones Financieras, ONGs y Fundaciones para reflexionar y conciliar un trabajo en conjunto que promueva  experiencias sobre la temática.

Qué duda cabe que uno de los desafíos de un Estado moderno, responsable para con su ciudadanía, es que la inclusión financiera alcance a todos los sectores.

Ello significa mejorar el acceso, incorporar la educación financiera a las familias, personas mayores, jóvenes, niños/as, y mujeres donde puedan explorar el uso racional de los instrumentos financieros, reconocer sus potencialidades en el ámbito de la economía doméstica, de subsistencia  y productiva, desde donde además pueda ejercerse con menor asimetría en la información los derechos que asisten a los  consumidores.

Asimismo, un Estado moderno debe incluir y entregar las herramientas necesarias para que las personas más vulnerables, accedan con mayor facilidad a servicios financieros de calidad, adecuado a sus necesidades, cercanos a sus lugares de trabajo o de habitación, proporcionando protección a las familias y entregando oportunidades concretas, cotidianas que permitan mejorar sus condiciones de vida.

El ministerio de Desarrollo Social, que trabaja por reducir brechas sociales y económicas  ha estado sostenidamente involucrándose en esta tarea. A través de diversos programas que lidera el FOSIS, sobre educación financiera y emprendimiento, permite optimizar las decisiones y el uso de los capitales semillas que se entregan y generan herramientas para una toma de decisiones más eficiente, que permitan fortalecer la seguridad de las transacciones financieras y que además  optimicen el bien más escaso de nuestro época: el tiempo.

La evaluación ha sido extremadamente positiva y, por ello, este programa se extenderá transversalmente como parte de la oferta programática a distintos grupos de beneficiarios.

De igual modo desde programas como Chile Cuenta, el Estado, entendiendo la necesidad de impulsar estos procesos de transformación, busca facilitar el proceso de bancarización a beneficiarios del sistema de protección social, permitiendo el desarrollo financiero inclusivo en la población más vulnerable, sin que ello este asociado a endeudamiento.

Al respecto, en el mes de septiembre 72.751 personas recibieron sus pagos directamente en su cuenta, sin necesidad de trasladarse, en forma más segura y evitando engorrosos trámites en una sucursal de pago presencial. Hay allí  todavía un potencial de crecimiento que tenemos que ampliar para este tipo de iniciativas.

Esto obliga, y en buena hora que así sea,  a los gobiernos a re evaluar metodologías, programas y propuestas que hoy tenemos en oferta en las diversas instituciones presentes. Estos aspectos favorecen un Sistema de Protección Social robustecido, donde no solo se plantee el desafío de otorgar una mayor protección de derechos sociales – que es lo que estamos realizando-, sino también representa innovar y modernizarnos en “la forma” de cómo entregamos prestaciones sociales, especialmente referidas a transferencias monetarias del Estado.

La inclusión financiera como estrategia suma también a igualar la cancha social y económica en la que los ciudadanos se mueven día a día.

Es por ello, que el gobierno de la Presidenta Bachelet le ha planteado al país reformas de fondo que aspiran a romper esquemas sociales de desigualdad. La recientemente aprobada Reforma Tributaria apunta a ello, la reforma Educacional  en la que se trabaja también. La inclusión y educación financiera apunta a lo mismo: disminuir brechas de información y acceso, especialmente de los que menos tienen y más necesitan.

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