31 may 2014

El aborto es un drama, no hagamos de ello una tragedia

Cuando hablamos de derechos humanos en nuestro país, debemos expresarlo, y practicarlo. Por eso he celebrado constantemente los proyectos de ley que ha impulsado el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, ya que se están abriendo las puertas hacia el desarrollo no sólo en lo económico, sino que también en lo valórico.

En este sentido, una de las iniciativas que mayor relevancia adquirió durante la Cuenta Pública el pasado 21 de mayo, fue el proyecto que despenaliza el aborto terapéutico en casos de violación, peligro de la vida de la madre e inviabilidad del feto. Situación que se permite en todos los países desarrollados del mundo.

Es más, Chile es uno de los seis países del orbe, que junto a El Salvador, República Dominicana, Nicaragua, Malta y el Vaticano, aún no es una opción, situación que nos deja en el subdesarrollo en temas valóricos.

Debemos entonces legislar con prontitud y con altura de miras, donde todos los sectores de la sociedad estén involucrados en este proyecto, que sin duda abre una opción válida y bajo el concepto de libertad, dando la posibilidad a la madre de elegir cuando se dan estos tres casos antes mencionados, respetando sus derechos sexuales y reproductivos.

Según la encuesta de la organización MILES, el 67% de las chilenas y chilenos está de acuerdo con el aborto terapéutico en caso de violación y aunque se desconocen datos precisos, según aproximaciones, entre 2008 y 2015 la tasa de abortos en Chile sería de 284.804 versus 661.430 embarazos, es decir, 2,2 fetos muertos por cada nacido vivo.

Esto nos indica que es urgente legislar, ya que terminaríamos de raíz con la clandestinidad, dado que aunque ilegal, esta práctica se realiza de igual manera y muchas veces sin los protocolos médicos adecuados, poniendo claramente en riesgo la salud de la progenitora.

Chile posee la mayor cantidad de embarazos interrumpidos de Latinoamérica, y las cifras basadas en registro de arrestos, muertes y egresos hospitalarios por dicha causa, hablan de 40.000 abortos clandestinos al año y una tasa de 50 por cada mil mujeres en edad fértil.

De hecho, durante mucho tiempo, el aborto fue la primera causa de muerte entre las mujeres chilenas. Es más, entre los años 2000-2004, de las 208 muertes maternas ocurridas, el 12% fue por abortos mal hechos.

En este sentido, el programa de la Presidenta Bachelet introduce el aborto en los tres casos que ya hemos mencionado.

En la cuenta pública del 21 de mayo, la mandataria dijo: “Periódicamente conocemos por las noticias casos de mujeres que se practican abortos clandestinos que ponen en riesgo sus vidas y sin duda las marcan con una experiencia de dolor y angustia. Cada aborto en el país es una señal de que como sociedad hemos llegado tarde porque la prevención no tuvo los resultados deseados”.

Por lo tanto, Chile -tal como lo dijo la Presidenta- debe enfrentar en una discusión madura, informada y propositiva esta realidad, debatiendo en el Parlamento un proyecto de ley que despenalice la interrupción voluntaria del embarazo en los tres casos que hemos señalado.

Este es un tema que ha estado presente en nuestro debate legislativo desde la vuelta a la democracia. De hecho, el aborto terapéutico fue legal hasta el término de la dictadura militar, y nunca se levantaron voces de la derecha, ni de ningún credo religioso para oponerse. Sin embargo, antes que comenzara el primer gobierno democrático, este derecho fue derogado por los militares, y hasta hoy, no hemos podido ni siquiera aprobar la idea de legislar.

Más aún, tenemos seis iniciativas legislativas entre la Cámara de Diputados y el Senado. Es por ello que no partimos de cero, y tal como lo ha indicado la propia Presidenta Bachelet, la Ministra de la SEGPRES, Ximena Rincón, y el Ministro de la SEGEGOB, Álvaro Elizalde, más que un nuevo proyecto, el Ejecutivo evaluará las mociones existentes y a partir de ello, definirá el apoyo a éstas.

La discusión ha sido ardua desde el primer minuto, pero creo que el diálogo es imperioso y la pedagogía a la hora de explicar, también. Como Presidenta del Senado propiciaré siempre el consenso y escucharemos cada uno de los planteamientos de la Iglesia Católica, Evangélica y todos los credos religiosos, así como también los planteamientos de la UDI y la oposición en general.

Lo importante es no caricaturizar el debate, sino que alcanzar un acuerdo sensato que el país está esperando.Es un proyecto necesario y urgente.Queremos velar por la salud de las mujeres, y es importante que se entienda que nadie está promoviendo el aborto, sino que queremos que exista la opción en caso de peligro de vida de la madre, inviabilidad del feto y violación, para cualquier mujer que se vea enfrentada a estas tres situaciones dramáticas.

Hemos escuchado muchas voces que se oponen y están en su pleno derecho, pero quienes pensamos distinto bregaremos porque exista la libertad de decidir para las mujeres en Chile. Como ya lo dijeron las mujeres italianas cuando luchaban por este derecho “el aborto es un drama, no hagamos de ello una tragedia”.

Este es un espacio de libertad, por lo que solicitamos que no lo desaproveches. Contamos con que las opiniones se remitan al contenido de las columnas y no a insultos, ataques personales, comentarios discriminatorios o spam.

Por lo mismo y buscando el buen funcionamiento de este canal de expresión, requerimos de un registro previo utilizando Twitter, Facebook, Gmail o Disqus.

Si tienes problemas para registrarte, haz click acá.

  • Cristian Gonzalo Kleinstein

    Vayamos por parte:

    1.- Decir que se esta a favor de los DDHH, y al mismo tiempo, negarle a un ser inocente el derecho a vivir es una contradicción casi biológica.

    2.- Plantear que la despenalización del aborto es un signo de desarrollo es indecente. Y al mismo tiempo, afirmar que el estar en contra del asesinato de inocentes es signo de subdesarrollo valorico es sencillamente criminal.

    Ahora vayamos a las cifras:

    1.- Según la encuesta de la organización MILES, el 67% de las chilenas y chilenos está de acuerdo con el aborto terapéutico en caso de violación…¿Cuando se realizó la encuesta, cual fue el universo encuestado y donde se realizó

    2.- según aproximaciones, entre 2008 y 2015 la tasa de abortos en Chile sería de 284.804 versus 661.430 embarazos, es decir, 2,2 fetos muertos por cada nacido vivo. ¿En que se basan tales aproximaciones?. Donde estan los datos estadisticos?.

    3.- Segun Allende, Chile posee la mayor cantidad de embarazos interrumpidos de Latinoamérica, y las cifras basadas en registro de arrestos, muertes y egresos hospitalarios por dicha causa, hablan de 40.000 abortos clandestinos al año y una tasa de 50 por cada mil mujeres en edad fértil. Sin embargo, a partir de los datos de Miles que la misma senadora entrega, hay una diferencia de 5600 abortos entre un muestreo y otro…a cual de los dos le creo? ¿Donde estan las cifras que avalen tamaña falacia?

    4.- Segun Allende, Cada aborto en el país es una señal de que como sociedad hemos llegado tarde porque la prevención no tuvo los resultados deseados”. Sin embargo, dos de las tres causales que se invocan para despenalizar el aborto NO TIENEN RELACION ALGUNA CON LA EXISTENCIA DE EMBARAZOS NO DESEADOS.

    Raya para la suma= ISABEL ALLENDE MIENTE

  • Jose Heredia

    Que se queden con las tres causas, los otros miles de aborto, enseñen educación sexual, a hombre y mujeres porque los hijos se hacen de a dos. Por favor legalizar el aborto como parte de la planificación familiar es un crimen desdeñable,
    Promueven la sexualidad sin valores, y después quieren cometer un crimen para avalar un sexualidad desnaturalizada y deshumanizada.
    Hablan de sexo seguro, cuando es con un preservativo. Sexo seguro es tener una pareja estable con valores de fidelidad,
    Antes uno veía en los animales la poligamia, hoy el hombre se volvió uno de ellos. Ello contrae consecuencias psicológicas graves.

  • Jose

    El argumento del riesgo de la vida de la madre es Mentira …
    Y respecto a asesinar al producto de la violación, .. esa es la apertura legal para matar por cualquier motivo, pues se legaliza el derecho a matar….
    El resto es eugenesia. En Europa ya casi no nacen niños son Down… Sin comentarios.

  • RuizMnica

    La gran mentira es la suya don José . Su convencimiento es netamente de macho , y que las sabe todas . Es pobre su relato al respecto . No es el relato acorde con las circunstancias que se han `´expuestos para el aborto terapéutico . No tiene remedio , encerrado en su opinión y pragmático , no pertenece a esta época .

  • Valerio Aguayo

    Con mi respeto hacia todas las personas que con sinceridad de corazón evalúan con seriedad y altura de miras todos estos difíciles temas quiero dejar plasmada mi opinión, dejando de lado todo sentimentalismo o argumentos salidos del corazón.

    Dejo de lado cualquier credo religioso u opiniones enmarcadas en una ideología política. En este sentido no importa si soy ateo, católico, agnóstico, judío, budista o satánico, si soy de ultraderecha, anarquista, nazi, demócrata, marxista o anti-político o que me dé igual la política. Y dejo de lado todo esto simplemente porque creo que no es transcendente a la hora de entender el problema.

    Por algún motivo se está centrando el problema en algo que es muy posterior al verdadero problema. Una mamá que aborta en caso de violación, por ejemplo, unos pensarán que es delito, otros que tiene derecho a decidir, otros lo único que piden es que no se penalice a una mujer que ha tenido que sufrir un enorme trauma y luego enfrentarse al segundo trauma del aborto… en fin, pero todas esas opiniones las podemos discutir y es muy importante que se discutan, pero no sin antes resolver el primer problema que es muy anterior a todo eso. Porque podemos perdonar o despenalizar a una persona que está en una situación bajo presión y contra su voluntad (¿quién soy yo para juzgar lo que pasa por su interior?), pero antes que eso habría que delimitar en qué momento un individuo tiene derecho a vivir. Y eso es un tema médico. Así de simple.

    Si entendemos que el individuo tiene derechos desde que sale del vientre materno, entonces todo consiste en que el bebé logre salir vivo del vientre materno para que tenga derechos. Y aquí hay que dejar atrás todo sentimentalismo. Estamos actuando con la razón y punto. Pero si los derechos le vienen desde el primer momento de su existencia, entonces hay que delimitar cuál es ese momento en el que comienza a existir un ser humano distinto numéricamente a sus padres. Y da lo mismo si es un ser microscópico o un feto a punto de salir del vientre materno. Es un individuo diverso a cualquier otro. La razón y nada más que la razón. Es un tema médico y aquí no tienen nada que decir todavía ni políticos ni religiosos ni nadie más. El tema es si hay persona o no hay persona. ¿Por qué? Porque en el momento en el que hay persona, ésta tiene derechos, por mucho que sea un infante de un año o de dos años o acabe de salir del vientre o le falten 10 minutos para salir. Es ser humano. Sólo la razón aquí. Ese es el primer origen que habría que tener muy claro para empezar con el resto de los argumentos.

    Porque si lo miramos racionalmente e insisto en que dejemos totalmente afuera de esto al corazón y a los sentimientos, sería mucho más benigno dejar vivir a un niño o niña hasta los 10 años, por ejemplo, y entonces permitir a sus padres decidir sobre su vida o su muerte, si es que no lo querían, ya que objetivamente (sólo la razón, por favor, sólo la razón) es mucho mejor vivir 10 años que no vivir nada. Tan lógico es esto que cualquiera persona normal si le dan a elegir entre vivir hasta los 30 o vivir hasta los 40, elegirá vivir hasta los 40. Sólo la razón. Evidentemente que es mejor racionalmente hablando, dejar vivir al hijo más años que menos. Cada uno que piense en sus propios hijos. Lógico. E insisto en que luego podemos discutir si a la mamá – Ana, por ejemplo – se la despenaliza o no, pero antes tenemos que ver en qué nos basamos para aplicarle la pena de muerte a Anita, su hija, independientemente de que podamos despenalizar o no a los que le quitaron la vida. Y da lo mismo la ideología, porque Anita podría ser en un futuro atea o creyente, de derecha o de izquierda ya que aquí se va a decidir sobre una persona independientemente de su ideología.

    Uno puede entender perfectamente los dramas de una mujer abusada, como puede ocurrir a cualquier persona. Pero antes que ver su caso, veamos por qué podemos sacrificar a Anita que no tiene nada que ver en esos traumas.

    Por todo ello pienso que es muy importante discutir con altitud de miras el tema de la despenalización, pero cualquier persona puede entender que antes de ello tenemos que discutir en qué argumento nos basamos para poder aplicar la pena de muerte a Anita, una persona que no tiene ninguna culpa en los dramas de sus padres. Y si no es pena de muerte, entonces en qué nos basamos cuando médicamente – y eso no permite discusión porque es un hecho – ese ser es un individuo distinto a sus padres.

    Dejemos de lado los argumentos del corazón o de ideologías políticas o religiosas. Porque todos amamos la vida. Encontrar el momento en el que comienza esa vida es una delimitación que sólo le toca a la medicina.

    Por favor, Senadora, con mi mayor respeto y aprecio, no permita que la Iglesia o la derecha se apropien de la defensa de la vida, cuando es algo que no tiene nada que ver con eso. Sea la primera en defender a todos los seres humanos.

  • Rodrigo Langenbach

    Durante el primer período presidencial de la Presidenta Michelle Bachelet Jeria, se implementó el Sistema de Protección Integral a la Infancia, mas conocido como Programa Chile Crece Contigo, el cual ha contribuido significativamente a proteger, acompañar y apoyar integralmente, a todos los niños, niñas del país y sus familias desde la primera infancia.

    No obstante, cuán lamentablemente contradictorio con lo anterior resulta que, en éste, su segundo período presidencial, se pretenda propiciar o validar una política pública en el sentido absolutamente contrario, cuál es el de la eliminación física de seres, antes que alcancen a tener siquiera el derecho a disfrutar de esta primera infancia.

    Cuán contradictorio es, también, que un gobierno como éste, que ha condenado tajantemente la violación a los derechos humanos, contando entre sus integrantes con desatacadas personas como la propia Presidenta de la República, que han sido víctimas directas de estos inaceptables atropellos a la dignidad humana, en este momento de algún modo impulse un proyecto de ley que busque la despenalización del aborto en Chile.

    Me cuesta imaginar que, en su fuero íntimo, personeros de la nueva mayoría, como valientes defensores de los derechos elementales de las personas, puedan considerar que hay vidas humanas cuyo valor sea mayor respecto a la de otras, pero los últimos acontecimientos estarían demostrando que lamentablemente podría ser así, en el sentido que con el apoyo al aborto “terapéutico” se privilegiaría la vida de una mujer por sobre la vida de su hijo por nacer, así como con el aborto en caso de embarazos resultantes de abusos sexuales, se privilegiaría la vida del violador, respecto a la del indefenso ser procreado a raíz de esta tan desgraciada situación. Esto último lo planteo, puesto que hasta donde yo sé, el gobierno no contempla en su programa el instaurar la pena de muerte para este tipo de cobardes victimarios los cuales, al aprobarse eventualmente la despenalización del aborto bajo las referidas circunstancias, añadirían a las consecuencias asociadas de su horrible crimen, la de privar de la vida a un ser antes de su nacimiento.

    ¿Cómo puede explicar usted al país, que por un lado el estado propicie políticas de protección a la infancia y de condena al maltrato infantil, si por otro en la práctica se intenta consagrar legalmente, con la despenalización del aborto, la violencia con resultado de muerte contra vidas humanas en gestación, es decir contra los mismos niños antes de su nacimiento?.

    Finalmente, hago presente mi preocupación por el asqueroso lucro que algunos profesionales médicos pudieren hacer, bajo el amparo de la ley, si la iniciativa en comento de despenalización prosperara, con esta verdadera industria de la muerte que es la del aborto.

    Espero muy sinceramente equivocarme en mis aprehensiones respecto a las intenciones planteadas sobre el futuro proceder del gobierno, en materias de protección a los derechos humanos de los seres más indefensos, que son los que están por nacer, y que la Presidenta de la República, junto a nuestros parlamentarios con sus decisiones futuras puedan demostrarnos, a los chilenos y chilenas, su calidad humana y espíritu de justicia como hasta ahora.

    Le ruego como ciudadano y padre considerar en el debate legislativo,con la profundidad que amerita, este tema tan esencial para la dignidad humana, e ir mas allá de eslogan que no responden al hecho de que con iniciativas que despenalizan el aborto se está jugando con la vida de seres humanos indefensos.

    Confiando en su consecuencia y valerosa defensa de los temas valóricos que siempre ha observado durante su trayectoria política, para que pueda influenciar la correcta toma de decisiones en el gobierno, se despide muy atentamente