Se comenta con gran insistencia que la Canciller se encuentra sopesando la posibilidad de venir a Chile antes de las elecciones pues se encuentra muy preocupada debido a que se ha tergiversado totalmente su programa de gobierno y, conociendo que este país vive de la farándula, ha estado en los primeros planos del chisme nacional donde ella considera que no es correcto que una dama sea así tratada.
Las causas proceden de las afirmaciones dadas en diversos lugares por Evelyn Matthei respecto a que ella considera que Chile debería ser como Alemania y, especialmente ratificado en el debate Archi, donde la candidata de derecha reafirmó la idea según la cual quería una sociedad muy parecida a ésta mientras que su contendora, Michelle Bachelet, prefería la que había antes de la caída del muro de Berlín.
Luego de leer las respuestas de la oficialista quedó tan sorprendida por la interpretación otorgada que está considerando necesario sacar, además, un aviso publicitario para negar su vinculación con dicho proyecto pues no coincide con el protocolo político de su partido.
Respecto a la educación, lo que propone la Alianza es sostener todo el sistema como está, es decir, donde la inversión es el negocio, logrando que Chile sea el país con la educación más cara del mundo y donde el salario mínimo es muchas veces menor que la cuota mensual en una universidad privada o estatal.
Ante esta barbaridad ha procedido de inmediato enviar un fax y el twiter respectivo, aclarando que en su nación los proyectos educacionales son una prioridad y tiene un alto porcentaje de gratuidad existiendo una proporción muchísimo menor de privatización que en Chile. Ha manifestado que considerar que hay problemas más urgentes no es la forma como se enfoca el proyecto germano deslindándose de la candidata totalmente.
Respecto al número de ricos que han nacido producto de los negocios en este suelo sureño al engrosar la lista de los competitivos a nivel mundial, además de no pagar sus impuestos correctamente y estar claramente relacionados a diversos líos jurídicos vinculados a la falta de transparencia, ella precisó que allá la gente con dinero es gravada , si no en una justa proporción, y tiene que aportar a través de sus impuestos, lo que contradice su pensamiento puesto que Matthei lo que desea es mantener el sistema de privilegios.
Los planteamientos de la postulante al afirmar que no es necesario ningún cambio básico en el sistema de tributación se soporta claramente al decir que “en Chile tenemos que fiscalizar mejor el pago actual, no aumentar impuestos”, lo que es una grave contradicción con su idea pese a favorecer a su clase social.
En el pacto con la Social Democracia, por ejemplo, se otorga al Estado la creación de reglas más estrictas de regulación bancaria:“Ningún mercado, producto y actor financiero sin supervisión”, manifiesta el acuerdo.
La férrea teutona ha reiterado que no se parece en nada la situación previsional que ella sostiene con la planteada por la concursante a la primera Magistratura. Aquí sería adecuado transcribir las palabras del periodista Mauricio Hoffman, quien en dicha oportunidad le aclaró la información ya que “en el Gobierno de Merkel hay un sistema previsional de reparto, no como el de las AFP en Chile…”, a lo que ella respondió con un profundo análisis diciendo: “no estoy de acuerdo, ese sistema no sirve…”.
Es decir, para Merkel es preferible un Estado que se responsabilice de sus ciudadanos y para Matthei dejar todo a un grupo de empresarios que ganen billones de pesos a través del uso privilegiado de los recursos entregados para su administración, además de fijar pensiones que no alcanzan para sobrevivir.
La Jefa de Gobierno también ha ratificado que la República Democrática Alemana tuvo un cualitativo nivel de vida, cifras impresionantes en su desarrollo social, con un sistema de salud y educación gratuito y con los más altos estándares deportivos del mundo.
Es tanto que sectores importantes quieren para Alemania recuperar la estabilidad de antaño.Por ello, la desacertada opinión de la candidata demuestra desconocimiento que hace dudar de su capacidad futura como estadista.
No sin razón, el periodista Hoffman sentenció al final de su intervención (de un modo prudente pues no hizo énfasis en la ignorancia de la información de su entrevistada en ese momento), “en conclusión Sra. Matthei, su eventual Gobierno no se parecería en nada al de Ángela Merkel”.
Pese a ello, está en duda el viaje aunque deseos no deben faltarle. No obstante, para los ciudadanos chilenos tiene que quedar en claro que postular a la presidencia de la República de Chile merece el más alto respeto y no se puede jugar con este digno cargo, pues dar información desprovista de realidad es visto, nacional e internacionalmente como un evento donde la farándula puede más que el trato de estadista que se requiere.
Ojalá en otra oportunidad alcance a llegar nuestra reconocida visitante extranjera.