16 nov 2013

El que pone la plata, pone la música

Todos los días caminando al trabajo o mi casa veía un bombardeo de propaganda política de diferentes candidatos. Plazas, calles, gigantografías y jingle en las radios, son algunas técnicas que utilizaban los presidenciables para lograr un posicionamiento y lograr así un voto que pudo marcar una diferencia.

Sabemos que todas las coaliciones políticas recibieron dinero de diferentes empresarios, para apoyar las candidaturas, pero no tenemos una transparencia de los montos que se asignan para esta actividad.

Las empresas tanto privadas o públicas son entidades transversales, compuestas por trabajadores, dueños y clientes, por ende como instituciones no deberían apoyar a ningún candidato.Las empresas no son las que van a sufragar, sino lo hacen las personas.

Tenemos que tener en claro que no hay delito alguno a que un empresario a través de sus distintas filiales o empresas apoye con montos de dinero a los candidatos que más les parezca, pero sin duda es una de las correcciones que hay que realizar a una ley que para mí es obsoleta y no refleja la realidad política y social.

Otro tema preocupante de la falta de transparencia en los aportes privados en las campañas, son cuando las AFPs tiene participación activa o acciones en dichas instituciones, ya que no sólo hablamos de fondos privados, sino montos de todos los trabajadores y no puede ser aceptable que la decisión de participar en una campaña este en manos del directorio.

Los mismos candidatos saben de donde vienen y para quién van los recursos que se donan a través de instituciones, el concepto de “marido engañado” ya no existe hace muchos años, ellos tiene claro a quién les van a deber favores.

Una de las alternativas para mejorar esta transparencia, es modificar la ley, explicitando que los montos tienen que provenir de las personas y no a través de instituciones privadas.

La segunda opción es que el Gobierno se haga responsable en financiar cada campaña política, siendo más equitativo la repartición y a su vez más transparente.

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  • Alberto10

    De acuerdo con Don Roberto.
    Dos alcances más:
    - En general los letreros y jingles no aportan nada de ideas y valores a la campaña, son como comerciales que ensucian sin aportar
    - Viendo las caras de algunos candidatos a CORE me dejan la impresión que algunos (personas y partidos) ven el CORE el inicio de una carrera política que seguirá en la cámara y luego en el Senado. De ser así creo es una falta de respeto a las regiones y no fortalece su desarrollo.

  • Tesla Terk

    Absolutamente de acuerdo con lo que usted menciona y las soluciones que sugiere. Se hace necesario, en pro de la transparencia e higiene de nuestra cultura cívica, que se reglamente acerca de los financiamientos de candidaturas a cualquier cargo accedido por sufragio popular. Deben ponerse límites, rendiciones y controles adecuados, en lo posible favorecer exactamente el uso de recursos fiscales limitados que obliguen al debate de ideas, no de cantidad de panfletos, papeles , carteles, challas, jingles y demases que realmente no aportan nada y distorsionan lo que es el real sentido de una democracia pluralista, pero seria y debidamente informada. De hecho, lo mas claro a éste respecto debería ser que aparte de limitar y canalizar los financiamientos a presupuestos muy acotados, el Estado podría aportar principalmente en especies valoradas por iguales para todos, como es espacios de debate en TV y Radios , ya sea en canales del estado o espacios arrendados, como así la realización de actos muy definidos para la exposición de ideas y programas. Simple, directo, transparente. Y …que gane el “mas mejor”.