En tiempo de elecciones la mirada de los chilenos se vuelca hacia quienes desean conducir los destinos de la Nación. Este periodo de grandes propuestas programáticas donde se fijan las próximas metas del país, es una instancia en la cual surgen desde distintos sectores de la sociedad demandas legítimas de justicia y equidad que se plantean como prioritarias para el país.
Para el Chile de hoy, es tiempo de grandes palabras como desarrollo, crecimiento, oportunidades, igualdad y justicia, pero también es momento de evaluar las tareas pendientes que tenemos como país.
En este contexto, y a pesar de que en las últimas dos décadas los logros en materia de disminución de pobreza han sido indiscutibles, la vulnerabilidad y la desigualdad que aún afecta a millones de nuestros compatriotas es, sin duda, uno de aquellos pendientes que nos debiese doler a todos los chilenos.
Una herida que todavía sigue sangrando y esparciéndose por todo el territorio nacional, afectando diariamente a niños, mujeres, hombres y adultos mayores que no logran ser parte del éxito que tantas veces nos enorgullece como país.
Para que este desafío pendiente sea tomado en los próximos gobiernos con decisión, es indispensable que en el escenario del Chile actual demos un salto tanto de carácter cuantitativo como cualitativo en materia de reducción de la pobreza y la desigualdad, pero por sobre todo que no sigamos contentándonos con avances modestos.
Por ello, es fundamental que acordemos qué es lo que queremos como sociedad, traspasando las fronteras políticas e ideológicas de cada uno y congregándonos en el gran sueño de un país más justo.
También es imprescindible contar no sólo con recursos económicos, sino además con convicciones que nos permitan generar políticas sociales robustas, que persistan más allá del gobierno de turno y de las dinámicas sectoriales que tradicionalmente han operado.
Soñar en grande, querer en grande, hacer en grande, tal como anhelaba San Alberto desde hace ya hace 69 años.
Convencidos de la trasformación de un Chile más igualitario, en nombre de las Fundaciones Hogar de Cristo queremos invitar a los chilenos en estas próximas elecciones, a cambiar la mirada y realizar un gran voto por la erradicación de la pobreza, apoyando nuevas reformas sociales que garanticen una mejor calidad de vida para todos.