Uno de los aspectos más “débiles” de la “nueva forma de Gobernar” ha sido la enorme distancia que ha existido entre las “rimbombantes”expectativas creadas permanentemente por el Presidente Piñera respecto de su Gobierno y los resultados reales de su gestión política,lo cual ha redundado desgraciadamente en un preocupante debilitamiento y desprestigio de importantes instituciones del Estado de Chile.
Más allá de las disputas entre Oposición y Gobierno, el resultado de esta “debilidad política”, ha impactado negativamente en el prestigio y credibilidad de importantes instituciones públicas, tales como: el INE, la Alta Dirección Pública, la Encuesta CASEN, el SII, la Institucionalidad Medio Ambiental y los estudios en materia de seguridad ciudadana, entre otros.
Por ejemplo, corría el año 2009 y el entonces candidato presidencial Sebastián Piñera prometió en su programa a los chilenos gobernar a través de una “nueva mayoría” que se comprometía con “cosas tan simples y profundas como restablecer en el Gobierno la cultura de hacer bien las cosas”.
Sin embargo, en estos momentos estamos siendo testigos precisamente de lo contrario. El juicio de los expertos que revisaron el Censo 2012 fue unánime y claro “hay que hacer un nuevo censo en el año 2015” y recomendaron “no utilizar dichos datos para hacer las políticas públicas”, es decir los más de 60 millones de dólares que se gastaron en el censo no sirvieron para casi nada.
En sólo unos pocos meses, “pasamos del mejor Censo de la historia de Chile”, al peor.
En otro orden de cosas, el Presidente Piñera nos prometió a todos los chilenos en el año 2009 que “un segundo aspecto de la nueva forma de gobernar propiciada por la Coalición por el Cambio” sería el “fin del cuoteo político…el Estado no será más un botín de guerra ni será capturado por los operadores políticos. Los cargos serán asignados por capacidad y experiencia y no por favores o gracias a la protecciónde un cacique o padrino político. A nadie se le pedirá su carné de militante”.
Pues bien, hoy en julio del año 2013, el mismo Presidente Piñera nos dijo en una tranquilizadora entrevista (para su sector político) que “en este instante hay más ministros de RN que de la UDI, tenemos igual número de intendentes, y un número muy equivalente de gobernadores”, como una forma de reflejar el equilibrio en la distribución de los cargos políticos y administrativos entre RN y la UDI.
¿Qué pasó con la promesa de terminar con el cuoteo político? A confesión de parte relevo de pruebas.
También prometió que iba a haber estabilidad y respeto por la carrera funcionaria, su hermana fue la encargada de entregar una carta en ese sentido a los funcionarios públicos.
En agosto del año 2010 (a seis meses de asumir la Presidencia) el Gobierno le quitó la confianza a casi el 60% de los directivos de primer nivel jerárquico elegidos mediante el sistema de alta dirección pública y hoy la ANEF denuncia más de 11.000 mil despidos en el sector público durante estos tres años.
Al analizar estos ejemplos y otros como el del SII (caso condonación La Polar), Institucionalidad Ambiental (Barrancones), las cifras oficiales de seguridad ciudadana y de la encuesta CASEN, sólo cabe concluir tristemente que el Gobierno en menos de cuatro años logró dañar el prestigio de importantes instituciones públicas que costó mucho trabajo establecer y legitimar durante los primeros 20 años de retorno a la democracia.
Esto pasará sin duda a ser en el futuro próximo parte del pesado legado negativo del actual Gobierno y una tremenda tarea para el próximo.