17 jun 2013

En los zapatos de los migrantes indocumentados

Las declaraciones del candidato Pablo Longueira respecto a los migrantes indocumentados que él, junto a otros, llaman “ilegales”, deben rechazarse. El fenómeno de las migraciones es una realidad en nuestro país como en todo el mundo y hay que parar de raíz cualquier atisbo de nacionalismo simplón y discriminador.

Longueira dice que los “migrantes ilegales” obtienen “(…) fuentes de trabajo que podrían tener mujeres chilenas; están usando infraestructura de la salud y la educación”. Dice además que una nueva ley migratoria tiene que hacer que el desarrollo económico “(…) lo disfruten primero los chilenos y aquellos que ingresen legalmente al país y no como está ocurriendo”.

Ante esto, hay algunas reflexiones que me gustaría compartir.

Ninguna persona es ilegal. Existen actos que pueden ser ilegales, más no las personas. El lenguaje crea realidad. Y la realidad que la palabra “ilegal” genera es la de criminalidad, además de todas las asociaciones que surgen desde ese concepto como narcotraficante, prostituta, ladrón, estafador, etc.

Desde hace años la separación entre “migrantes legales” e “ilegales” es rechazada porque criminaliza a la persona, es un apellido que desgraciadamente se les da a muchos migrantes y que se basa en la ignorancia.

Los migrantes indocumentados cometen una infracción administrativa, están sin documentos o con sus documentos vencidos, es como si un chileno se le venciera su carnet de identidad, esto, en ningún caso es un crimen. Tildar de “ilegal” a estas personas por este hecho es dar un salto cualitativo peligroso de cara a la estigmatización y xenofobia reinante en muchos círculos de chilenos.

Migrar es un derecho humano (Art. 13 de los DDHH) y no migrar también. Los países debiesen generar las condiciones necesarias para que las personas puedan vivir dignamente en el país que nacieron, y si no ocurre así, tenemos el pleno derecho de buscar una mejor calidad de vida fuera del país.

Los migrantes, aún los indocumentados, no quitan trabajos a los chilenos sino más bien, hacen trabajos que otros chilenos no quieren hacer o a salarios que los chilenos no están dispuestos a recibir. Es de una ignorancia mayor que el señor Longueira aluda a este argumento sin citar siquiera un estudio que compruebe sus dichos. Es una afirmación muy recurrente y poco fundamentada.

Con respecto a saturar los servicios, los migrantes, que en Chile no superan el 3% del total de la población, tienen el derecho a recibir salud y educación al igual que los chilenos. La labor del Estado es asegurar que puedan recibir esos servicios y los que no estén regularizados debe facilitar las vías de regularización para que puedan gozar de ellos.

La mirada sobre la migración como una carga social, o desde una mirada puramente economicista (como un producto que si nos beneficia se usa y si no se desecha), va en contra de los convenios internacionales firmados y ratificados por Chile (como la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares), por lo que debería ser repudiado socialmente y a su vez ser modificado por una mirada sobre la migración desde los derechos humanos.

El gran problema de la ilegalidad es la absoluta vulnerabilidad en la que se encuentran los migrantes. Los sin papeles suelen vivir en las peores condiciones de vivienda, muchos alojando por meses en colchonetas hacinados, sin redes de contención ni protección humana; sin contrato, obviamente, y, por lo mismo, recibiendo sueldos muy por bajo lo que ganan los demás, sin ninguna seguridad.

Esos sueldos de hambre sirven para ser enviados a sus países de origen donde “cunden más”, y aquí sufren lo indecible. Sin duda que hay que regularizar la documentación, pero sobre todo en vistas de la protección y dignidad de personas que lejos de ser criminales, suelen ser personas de gran esfuerzo y heroísmo.

Si hubiese que criminalizar a alguien debiera ser a los empleadores y traficantes de personas que se aprovechan de la debilidad de otros para ganar más dinero a menos costos, prácticamente esclavizando a mujeres y hombres que buscan un mejor porvenir para su familia. Los indocumentados están aquí porque alguien les da trabajo, porque se han reunido con su familia o porque buscan mejorar su calidad de vida.

Desde la cultura judía y cristiana, y desde muchas otras tradiciones que alimentan nuestra identidad chilena, la hospitalidad con el extranjero tiene un valor sagrado. Más aún si este se encuentra en una situación de vulnerabilidad, como la que se encuentran los migrantes indocumentados.

Si Longueira, y otros, se pusieran mínimamente en el zapato de los migrantes indocumentados, jamás dirían lo que han dicho.

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  • Ivan Sepulveda

    que quieres decir?. quieres que las puertas de emigracion ilegal se abran al mundo?

  • JoseLuisSilvaLarrain

    El tema da para mas que un anuncio para la cacluladora de un candidato y que este articulo tan centrado en la simple semántica sin ir al fondo. Hay dos politicas de inmigración:
    1 Hacer vista gorda cada cierto tiempo para que entren todos los que quieran y absolutamente mezclados hasta que se sature de patos malos que arman lios y se vuelva a cerrar todo hasta esperar otro ciclo. Es el modelo gringo con los mexicanos y por supuesto el chileno. Es el “politicametne correcto” (por no decir estúpido) porque no hay grandes fricciones con grupos locales.
    2- Filtrar segun se necesita a pesar del costo político, como lo hace Irlanda, Australia, Nueva Zel, etc.. Hay sectores que deberian asumir. Ejemplo: Sabemos que los médicos de sectores rurales son ecuatorianos y colombianos (algunos buenos, otros mejor ni acordarse), lo logico es que se asuma esto para poder filtrarlos y que ejerzan los mas calificados, pero ¿ algun politico tendrá coquitos para encarar al colegio médico ? ¿ o las nanas ? ¿ o los medios pollos portuarios ? etc.. etc…
    Este es el ámbito en que se discute una politica migratoria, no estos discursos populistas (y eso que Longueira es mi candidato) o publicando cuestiones humanitarias que son obvias.

  • Miguel Vargas

    No me sorprende lo pueril de las opiniones vertidas anteriormente. La migración es el gran tema del siglo XXI, lo que en nuestro país comienza a tomar forma a través del discurso político y la práctica social. Más allá de las condiciones establecidas por países de verdadero desarrollo como Estados Unidos o Australia debemos comprender que los migrantes son personas de carne y hueso con una historia detrás, muchas veces una historia de miseria y sacrificio, por lo cual es necesario una política que vaya más allá del simple calculo político, y se acerque a la protección de los derechos y al respeto de los convenios suscritos por Chile. Los migrantes no son fríos números de estadísticas gubernamentales, tampoco se trata de hacer puerta ancha sin ningún tipo de regulaciones. Consiste más bien en actualizar políticas que desde el punto de vista de los Derechos Humanos procurando la relación armónica del país con los migrantes y los respectivos gobiernos de sus países de origen. Se trata de la modernización de las leyes migratorias sin la funesta carga de los prejuicios económicos y raciales. Estamos hablando de personas, seres humanos con un rostro y una historia, no tráfico de mercancías como pretenden expresarlo las opiniones teñidas de la ideología del lucro fundamentadas por el modelo vigente que pretende profundizar el candidato de la udi.

  • Daniel Bolzman

    Comparto plenamente el artículo. La Postura de Longueira me recuerda claramente las políticas migratorias vinculadas a las ideologías neonazis en Europa y Norteamérica.

    Por otro lado, siendo Chile un país donde reina la hipocresía y el doble estandard, me gustaría preguntarle al Longueira y a los que los apoyan, qué postura tendrían si el inmigrante ilegal fuera europeo (español, por ejemplo..), escandinavo o norteamericano…? Apuesto a que no lo criminalizarían, muy por el contrario, lo recibirían con los brazos abiertos.

  • http://www.cec.uchile.cl/~apalma Álvaro Palma

    Estimado, ni se gaste en argumentar con un subnormal como Longuiera. Si es capaz de justificar las atrocidades de la dictadura, dar discursos xenófobos es un pelo de la cola para él.

  • Toño Berrios

    A Chile le hace mucha falta un política relacionada a la inmigración una política que incluya la educación… y la riqueza de la multiculturalidad… el Sr longueria sale hablando estas imbecilidades, pero no dice anda sobre lo empresarios que se “ahorran” plata contratando personas sin documentos…. En chile se discrimina todo y a todos… los inmigrantes son parte nuestra y por tanto son tratados y discriminados como al mapuche, al nortino al pobre o al de plata….. muy buena columna ;)

  • Maria Eugenia Moreira Ceballos

    Muy buena columna, Pablo.
    Una aclaración además: los migrantes en situación migratoria irregular en Chile, salvo en caso de urgencias o riesgo vital, NO tienen derecho a acceder a prestaciones de salud gratuitas y no pueden acceder a ningún tipo de cobertura en materia de salud, ni siquiera como indigentes. Un migrante en situación irregular no puede acceder a ningún tipo de prestación de seguridad social otorgada por el Estado.
    Incluso los migrantes con visa en trámite que pagan su cotizaciones previsionales y de salud y cumplen con todas sus obligaciones legales no podían acceder, hasta hace muy poco, a la cobertura de salud de FONASA, al no contar con cédula de identidad mientras durara la tramitación de sus visas por parte del Departamento de Extranjería y Migración.
    De hecho, cualquiera podría calificar esta privación como un caso de “enriquecimiento ilícito” del Estado a costa de personas migrantes. Recién el año pasado FONASA instruyó a los funcionarios de sus sucursales para que accedieran a autorizar la afiliación a estas personas que pagan sus cotizaciones asociadas a un RUT provisorio y se encuentran en situación migratoria regular.
    Se nota que el Sr. Longueira no sabe las dificultades con las que deben lidiar los migrantes para acceder a cualquier tipo de prestación por parte del Estado, los prejuicios que deben enfrentar y la situación de vulnerabilidad en que se encuentran. No sabe el daño que genera al efectuar este tipo de declaraciones sin fundamento, promoviendo que sigamos siendo una sociedad injusta y discriminadora.

  • http://mundosdisponibles.tumblr.com Pangal

    Buena columna que muestra hasta dónde puede llegar la intolerancia e irracionalidad de un candidato extremo. Y bien por la aclaración de María Eugenia…