El jueves de la semana pasado el Programa de Cohesión Territorial de Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural organizó un taller de trabajo para conocer propuestas de diversos expertos en políticas públicas que incorporaran la mirada de la cohesión territorial, que apunta a que las personas en cada territorio tengan similares oportunidades de desarrollo y que ningún territorio tenga niveles de bienestar por debajo de los mínimos que como sociedad consideremos indispensables.
Además que exista convergencia rápida para que las grandes brechas de hoy se reduzcan hasta niveles compatibles con el de una sociedad que aspira a considerarse desarrollada.
Durante el taller se analizaron cifras alarmantes de desigualdad territorial en diversas áreas que evidencian la necesidad de implementar políticas en esta dirección no sólo porque es éticamente condenable, sino porque en buena medida son el resultado de estructuras sociales y de reglas que perpetúan esas diferencias; y porque constituyen un obstáculo al desarrollo, de las personas, familias y comunidades que viven en los territorios rezagados, lo que afecta también al desarrollo general de nuestro país.
Entre las cifras observadas, en los datos de pobreza, la región de la Araucanía aparece como la más pobre del país con un 22,9%, frente a un 11,5% de la capital.
En empleo, los trabajadores que reciben el salario mínimo o menos corresponden a nivel nacional a un 17,4%. No obstante, por territorio, estas cifras casi se duplican, llegando en el Maule al 30%, la Araucanía 29%, Los Lagos 28%, Los Ríos 25%, Bio-Bío 24%, Valparaíso y Coquimbo 20%.
En educación, también es posible advertir estas inequidades en los resultados de la PSU. El puntaje promedio de los estudiantes de la Región Metropolitana fue de 514 puntos, mientras que en Arica-Parinacota sólo alcanzó los 467 puntos, y en ninguna otra región superó los 500 puntos promedio.
Con esta mirada fresca analicé la Cuenta Pública a la nación del Presidente Sebastián Piñera, constatando que la desigualdad territorial está ausente de la política pública hoy en día.
Es más, el concepto de descentralización aparece sólo una vez en todo el discurso, pero sólo asociado a supuestos avances en estos tres años de gobierno. No hay ninguna palabra que se condiga con propuestas nuevas.
Afirma “hemos dado pasos mucho más largos y veloces en favor de nuestras regiones y comunas, transfiriéndoles más recursos, funciones, atribuciones y responsabilidades. Así por ejemplo, entre 2010 y 2013 el Fondo Nacional de Desarrollo Regional creció en un 55%, y el Fondo Común Municipal aumentó en un 21%. Esto ha permitido que, en promedio, las regiones estén creciendo más rápido que el país, contribuyendo así a una auténtica descentralización de Chile”. Además de la aprobación de la elección directa de los Consejeros Regionales.
A nuestro juicio, Chile más que descentralización, requiere un desarrollo con cohesión territorial, no se trata sólo de transferir poder desde el nivel central de gobierno hacia el nivel regional, sino que en los territorios se potencie una verdadera revolución de capacidades y emprendimientos.
Esperamos que si el tema estuvo ausente en esta cuenta pública podamos tener avances en los programas de los candidatos presidenciales y en el próximo gobierno.