Definitivamente la palabra “abuso” hoy tiene similar peso a la de “lucro”, generando la misma indignación en la opinión pública. Nadie quiere saber de ambos conceptos y con justa razón. Chilenas y chilenos están cansados e indignados por los efectos que generan ambas acciones y su mandato es claro: no hay espacio para colores grises o medidas tibias que, en definitiva, son sólo un maquillaje para intentar apaciguar las aguas.
Los consumidores se han tomado la agenda, y enhorabuena, porque además de adquirir bienes y servicios a diario son ciudadanos que reclaman por un sistema más justo, transparente y simétrico.
Los casos de La Polar, Cencosud, el perdonazo a Johnson y Bancoestado, más la enorme frustración de los usuarios de las Isapres y la banca en general son el reflejo de un modelo que requiere cambios profundos.
En el otro lado de la vereda, los empresarios se atrincheran, se resguardan y se permiten declaraciones arrogantes y ofensivas –como el triste caso de Sven Von Apple, afectando a todo el gremio y sin ninguna voz disidente que ponga cota en un clima de crispación permanente.
Recogiendo estas demandas, y conscientes del mandato de lo que quiere la mayoría de chile, en la bancada de diputados de la DC hemos impulsado numerosas iniciativas que apuntan a correr el cerco y delimitar el poder de los grandes grupos económicos frente a un consumidor secuestrado por un sistema abusivo.
Sin embargo, no hemos contado con el apoyo del Ejecutivo para las urgencias respectivas y tampoco hemos tenido los votos desde la alianza para aprobar indicaciones que apunten a regular y transparentar los mercados. Seguiremos insistiendo, sin lugar a dudas.
Este 21 de mayo el Presidente de la República nada tendrá que decir al respecto, no hay avances y el cumplimiento es exiguo; de hecho, por estos mismos temas, relativos a abusos a consumidores, cayó el ex ministro y abanderado presidencial del oficialismo, Laurence Golborne, a quien su pasado en la implementación de los cobros unilaterales le pasó la cuenta.
Pero esta necesidad de regular los mercados no puede frenarse por las presiones o lobbys empresariales, ni por la pasividad de un Gobierno que no reacciona y que hace la parodia de hacer historia sin mayor fundamento.
Por ello, la próxima semana ingresaremos un nuevo proyecto, que se suma a nuestra batería de iniciativas en defensa del consumidor.Se trata del Sello Sernac, el que pediremos sea obligatorio para todos las instituciones financieras y no voluntario como ocurre hoy. Cabe recordar que hasta la fecha y producto de esta característica, ningún banco e institución financiera ha adscrito sus normas.
El sello Sernac consiste en la certificación o aprobación que otorga el Servicio Nacional de Consumidor a los contratos de adhesión que ofrecen dichas entidades comerciales. Esta certificación demuestra que los contratos se ajustan a la ley del consumidor, que las instituciones que los ofrecen cuentan con un servicio de atención al cliente que atiende consultas y reclamos de los consumidores y que estos últimos, pueden recurrir a un mediador o árbitro financiero que resuelva las controversias, quejas o reclamaciones que se produzcan.
Nuestro proyecto representa un nuevo cerco para frenar el abuso. Y si bien es probable que el actual Gobierno no quiera patrocinarlo o darle urgencia, desde la Cámara haremos todo lo posible para aunar voluntades y tramitarlo a la brevedad.
Necesitamos los votos, pero sabemos que, para empezar, contamos con el apoyo de los protagonistas y principales involucrados: los millones de chilenos y chilenas, quienes ven, como urgente , cercar y exterminar tanta historia de abuso e impunidad.