En el poco tiempo que lleva como candidata, Michelle Bachelet ha realizado anuncios sustantivos en relación a lo que necesita Chile para los próximos años, como cambiar nuestro actual modelo de desarrollo, a partir de una nueva mayoría social y política.
Esto implica un llamado a participar de un proceso que nos permita trabajar por un país distinto al que conocemos hasta ahora. Un país más horizontal y menos vertical. Un país más dialogante y menos autoritario. Un país que se construya desde lo local a lo global. Un país llamado a generar un cambio cultural, de mentalidad, que nos permita terminar con la enorme desigualdad que hoy nos aqueja y rescatar la legitimidad de nuestras instituciones.
Para que este proceso pueda desarrollarse, debemos conseguir una mayoría en el parlamento, pues los cambios estructurales se disputarán en esa instancia. No solo bastará con una mayoría, esta también deberá ser diversa.
Una mayoría que represente a los diversos sectores políticos que hoy son discriminados por el sistema binominal. Por eso es que la candidata Michelle Bachelet ha pedido abrir la puerta para que las próximas primarias de la oposición sean inclusivas, alegres y lo más participativas.
El proceso de cambio al que nos convoca nuestra candidata es un proceso que requerirá más de un periodo presidencial. En esto hay que ser realistas y honestos.
Generar cambios de fondo en el sistema tributario, avanzar hacia la gratuidad universal en la educación, obtener una nueva Constitución, entre otros temas país por los que trabajaremos, nos tomará tiempo y cuatro años no serán suficientes.
Por lo mismo es que hoy requerimos de diversos actores políticos, sociales y ciudadanos. Porque nuestro trabajo no terminará en los próximos cuatro años de gobierno y por lo mismo es que requeriremos de sus energías para continuar cada una de las reformas estructurales a desarrollar.
Los cambios por lo que trabajaremos quizás nos tomen dos o tres periodos presidenciales y parlamentarios. Para ello se hace imperativo sumar a una nueva mayoría joven y dispuesta a protagonizar este proceso por un nuevo Chile. Una nueva mayoría interesada en entrar a la cancha y participar de un partido en el que se necesitarán nuevos jugadores.
Sabemos que muchos miran con escepticismo y desconfianza los anuncios. También sabemos que muchos desconfían de los sistemas de participación democrática establecidos. A ellos les queremos convocar. A ese sector de chilenos jóvenes, influyentes, que hoy se manifiestan desinteresados en la política.
No para obtener sus votos o acallar sus críticas, sino para motivar su participación desde los espacios que mejor les parezcan, pero remando todos para un mismo lado; para el de un país más justo, democrático y con igualdad. Un Chile que nunca más diga que “no está ni ahí” a la hora de construir futuro.
Esta nueva transición política y económica que se avecina deberá hacerse con ciudadanos y jóvenes. Con alegría y creatividad. Con la mirada puesta en un país que se desarrolle en armonía con el medio ambiente, igualdad, respeto a la diversidad y fraternidad.
Nos esforzaremos por demostrar que nuestro trabajo irá en esa dirección. Nos esforzaremos por ganar vuestra credibilidad y sumarles a este nuevo proceso.