26 mar 2013

La verdad de la calle

La actual campaña presidencial tiene la virtud de poner con nitidez la contradicción política fundamental en la sociedad chilena. Como nunca antes desde el llamado “retorno a la democracia”, la movilización social de los años recientes y el tipo de demandas que plantean, así como un creciente “malestar ciudadano” que se expresó como abstencionismo en los últimos comicios, son síntomas que una fatiga política de la institucionalidad que rige al país.

El reclamo por una democracia más amplia e inclusiva que deje atrás el diseño dictatorial, representa la superación de aquellos espejismos del siglo pasado que alimentaron las luchas de izquierdas en toda Latinoamérica, la dicotomía entre el capitalismo neoliberal y el socialismo real.

La contradicción política central en nuestro continente nace en el siglo XIX y persiste hasta el presente bajo la forma de exclusión y miseria para millones de personas en todo el continente, incluido Chile. Nuestro continente, y nuestro país en particular, enfrenta la oposición entre una democracia formal oligárquica y una democracia social y popular.

En el caso de nuestro país, es evidente que la democracia oligárquica ha adquirido su forma más acabada en la constitución de 1980 que consagra el autoritarismo y la subsidiariedad del estado.

Esto explica por qué las experiencias democráticas en Ecuador y Venezuela, por ejemplo, han comenzado por cambiar la carta fundamental de aquellos países. Insistir en el respeto de la actual institucionalidad es negarles a los pueblos el derecho a darse una democracia participativa y real, es, en suma, convertirse en enemigo de la democracia y en cómplice del orden oligárquico.

En el Chile actual y mientras no se cambie la actual constitución de facto, las riquezas básicas del país continuarán siendo un buen negocio para empresas extranjeras, los capitales nacionales seguirán enriqueciéndose, mientras millones de asalariados continuarán con sueldos mínimos, sin una previsión justa ni acceso a la salud o a la educación para sus hijos.

Cualquiera sea el candidato y sin importar sus promesas, lo cierto es que el libreto será el mismo, un sainete escrito por mano militar y los tecnócratas neoliberales.

La verdad está en la calle, en los ciudadanos que protestan y son reprimidos. La verdad está en la calle cuando los sueldos miserables no alcanzan para llegar a fin de mes.

La verdad está en la calle cuando los demagogos de turno segregan a nuestro país entre ricos y pobres.

La verdad está en la calle y no en las mentiras de la televisión. La verdad está en la calle no en las sonrisas de los políticos de cuello y corbata que hablan de “democracia”.

La verdad está en la calle y no en aquellos neoliberales que nos mienten con números en la mano.

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  • http://www.facebook.com/Luchourzua Lucho Urzua Bocca

    Tuve la suerte de tenerlo como profesor de mundo contemporaneo, un grande.

  • http://www.facebook.com/people/Guillermo-Arturo-Barrientos-Ellenberg/1102590800 Guillermo Arturo Barrientos El

    Se podrá o no estar de acuerdo en todo pero es incuestionable que Chile tiene que cambiar sus enfasis políticos en lo distributivo,energético,educacional y administración de recursos propios que vergonzosamente rentan mucho a muy pocos entre extranjeros y nacionales en cantidades descomunales .
    Curiosamente Chile se ha sostenido de crisis internacionales económicas apoyada por un recurso básico nacionalizado por un socialista como Allende y que de sus ventas (CODELCO) se financia hasta las Fuerzas Armadas. Pero Chile a través de esa empresa maneja solo el 28 % del cobre.
    Ha faltado visión y sensatez para crecer como país e invertir en recuperar esa riqueza nacional que a través de CODELCO probó ser indispensable
    Casi semejante es el del agua
    Basta de jugar al país chico e inofensivo que es una soberana tontería. Este es un país grande,con un litoral de los mas grandes del mundo entregado a 7 familias en concesión en la practica eterna y que además posee grandes reservas de agua dulce ,cobre,litio ,energía geotérmica y que gratuitamente tiene los cielos mas luminosos del mundo y que además posee un estado pusilánime e incapaz que no tiene iniciativa para aprovecharlo y que solo contempla y administra status que permanecen per secula, como las antisociales AFP que administran fondos inmensos de chilenos sin acceso a ellos
    Puede discutirse cual es el procedimiento para efectuar los cambios
    Lo que se constata en un país en que el ingreso familiar es desigual hasta lo superlativo es que hay toda una trama para no generar cambios sustanciales
    Algunos lo sostienen por su interés y conveniencia,otros aceptan por miedo a desestabilizarse por la acción de poderes fácticos omnipresentes y siempre temibles para el chileno medio y por que no hay ninguna organización colectiva social y política con fines claros y de aceptación y liderazgo general desagregando grupos anarquistas inconducentes que solo le hacen el juego a la derecha y que en definitiva aglutinen a los chilenos cansados de girar la rueda todos los días y quedar donde mismo o peor
    Creo que hay que optar por un modelo semejante al escandinavo con un estado fuerte ,amplia libertad y además un cambio cultural
    Eso solo se logra con un movimiento transversal que genere mayorías necesarias para fines claros y muy concretos.
    . Sin eso no pasará nada

  • http://www.facebook.com/manuel.martinezpardo.9 Manuel Martinez Pardo

    Está formulada la contradicción y dices que la verdad está en la calle, que cualquier candidato será lo mismo, que los demagogos dividen al país entre ricos y pobres. ¿Entonces no puede haber un programa con un candidato, apoyado por una coalición más amplia que la Concertación y que ponga como eje una Constitución democrática, sin los enclaves autoritarios de la actual, que en materia económica se construyan las bases para una economía basada en la justicia social, en la redistribución del ingreso, una reforma tributaria donde las empresas transnacionales y grupos monopólicos nacionales tributen de acuerdo a sus ganancias, etc?.
    La política de la derecha desde Pinochet a la fecha, ha sido desprestigiar a los todos los políticos que no son de su sector, ellos son los principales interesados que los partidos políticos aparezcan divorciados del movimiento social. Es una obligación moral, que los partidos políticos que están por el progreso social y la democracia real, incorporen las demandas populares al programa del próximo gobierno.