12 feb 2013

Bajo el agua

Veranear sin tarjeta de crédito es una decisión espartana, pero lúcida en un país turísticamente prohibitivo para sus propios habitantes; el panorama es peor aún, si todavía eres peatón, los trenes parecen un espejismo de la ruta, los buses son cementerios con ruedas, los aviones te dejan varado dos días completos en el aeropuerto, te estafan con departamentos costeros que no existen, te expulsan de playas a las que todos tenemos acceso, porque al reyezuelo local se le ocurrió cerrar el único acceso, o te intoxicas con los mariscos con marea roja que insistes en comerte crudos. Sin duda, la estación dorada en su mejor versión camino al desarrollo.

Surto en estas y otras disquisiciones pasé mis merecidos días de asueto, pero no bajo el habitualmente amistoso sol del litoral central (lo único que puedes abordar a precios razonables en la superpotencia que crece al seis por ciento), sino de un mezquino desfilar de nubarrones gélidos que te obligaban a recogerte bajo techo (ni hablar de un mar al que soy tan afecto, pero que hoy agoniza por la contaminación de las industrias de San Antonio o los cuestionables proyectos inmobiliarios de Algarrobo).

A la usanza de los taciturnos personajes de Henry James, opté por dar un breve paseo por bosquecillos y quebradas que, por lo menos, estaban bañadas de salutífero aire marino, aves autóctonas cada vez más escasas e insectos multicromos que lo son aún más.

Entonces fue cuando tres graves accidentes ligados al agua remecieron mi pequeño simulacro de retiro literario.

Dos aluviones provocados, tanto por un clima enloquecido como la imprevisión clásica del chileno privatizado, conspiraron para exponer a casi todo Santiago a un corte total de agua y la extraña destrucción de una matriz que trajo de vuelta las escandalosas inundaciones invernales a habitantes de Puente Alto.

La lenta respuesta de la autoridad privada, Aguas Andinas y su posterior auto exculpación (este clima raro, pues hombre), asimismo nuestra fácil indefensión ante la automática privación (mire, usted los caprichos del lenguaje) del esencial elemento hacen surgir preguntas, muy serias preguntas.

El músico inglés Charles Hayward dijo una vez que el agua es un asunto político. La idea de que el agua será la causa de nuestras futuras guerras ya no me parece un cliché tipo Salfate.

Podemos estar en presencia del comienzo del fin de la extinción de nuestras reservas de agua potable y de la peligrosa monopolización de lo que queda por parte de unos pocos.

Proyectos hidroeléctricos a medida de grandes consorcios mineros, riegos de elefanteásicos jardines corporativos o cultivos no alimentarios parecen ser la única utilidad que le ve el siempre avizor ojo neoliberal. Todo ello tolerado por nosotros.

Las excusas de Aguas Andinas, el organismo privado a quien la Concertación gozosamente le entregó el control de nuestras necesidades vitales, simplemente son inadmisibles. Advertidos hace mucho de la presión de altura y de las precipitaciones líquidas más que probables en la alta cordillera, básicamente optaron por ignorarlo.Negligencia se llama eso y en países que sí son desarrollados de verdad tiene un tufillo a cárcel que no te explico.

Si conozco o creo conocer el entorno donde edifico instalaciones de tan alto valor, lo que me corresponde hacer es construir de un modo más seguro y prevenir en vez de lamentar. ¿Ve?

Yo lo sé y no estudié posgrados de ingeniería ni me regalaron un puesto en el directorio tras ser ministro. Si se llueve mi casa y sé por donde cayó el agua, tapo el lugar donde se produjo la fisura con materiales más seguros. ¿Ve?

Yo lo sé y no salgo vanagloriándome de mi par de palos parados en la Vivienda y Decoración.

¿Qué les pasó, mentes maestras, paladines del libre mercado que todo lo ve y todo lo soluciona? No se arregla todo con decirle a la Carolita Urrejola que anuncie el corte de agua repentino en lugar de hacerlo ustedes con antelación, no se arregla juntando agua en la tina, agotando el agua mineral de los supermercados o caminando kilómetros hasta el camión aljibe.

Despachar más aún, la cuenta más cara del continente sobrepasa el desparpajo y la soberbia.Es hora de que se ponga sobre la mesa una política real sobre el agua.

El mercado que nunca ha sido libre, sino que lo controla un lúgubre grupillo de parientes y amigotes, no puede seguir decidiendo la ética, el destino y la estructuración social del derecho al agua. El agua es un derecho, no un bien de consumo.

No es una tablet, muchacho o una cartera Luis Vuitton, señora. Es parte de nuestro sustento, nuestra supervivencia como especies. Sin tomar agua usted se muere a los dos días, buen hombre, información para corroborarlo no le va a faltar.

Los ciudadanos somos responsables de nuestra agua y debemos recordarles, de una manera clara y unánime que ella nos pertenece y no al bolsillo a la medida de señores de mente cuadriculada e intoxicada de números y gráficos.

La política del agua nos exige organizarnos, debatir y decidir en comunidad, de modo ético y responsable el uso sabio de lo poco que va quedando y quitarlo de manos de escrupulosos que quizás qué estrategias de control social planean con ella.

Ética y responsabilidad social nuevamente. Esto no lo enseñan en la escuela de negocios, claro, parece que en la casa, menos.

Este es un espacio de libertad, por lo que solicitamos que no lo desaproveches. Contamos con que las opiniones se remitan al contenido de las columnas y no a insultos, ataques personales, comentarios discriminatorios o spam.

Por lo mismo y buscando el buen funcionamiento de este canal de expresión, requerimos de un registro previo utilizando Twitter, Facebook, Gmail o Disqus.

Si tienes problemas para registrarte, haz click acá.

  • RodrigoQuintana

    No hay tema que nos afecte como chilenos que no pase por una constitución democrática que deje atrás la impuesta a sangre y fuego por Pinochet. Si se desea resolver este tema del agua o de cualquier elemento esencial para nuestra economía y calidad de vida, los grupos sociales, la comunidad, los partidos y hasta quienes defienden el legado de la dictadura pero de vez en cuando desean jugar a la democracia, se toparán con la imposibilidad debido a los altos quórum que pide la carta para transformar las cosas para mejor. No hay tema que se salve.

  • RuizMnica

    Qué nos queda como recursos en este Chile invadido por empresarios que lo han pescado todo. Los ,Chilenos somos los segundos mapuches, nos están consumiendo cada vez más . Cómo evitar que esto siga ocurriendo , estos jaguares del dinero lo quieren todo . Las represas que tanto ansían dicen que es para el desarrollo del País. Pues yo no lo creo de sólo ver cómo tienen los supermercados en el subterráneo con potente aire acondicionado , , ver tanto producto agrícola y frutas congelados , ver que frutos que no son aptos para ser congelados como las paltas se deterioran y el proceso de maduración no avanza y se queman por el hielo . Para eso quieren más electricidad todo los productos se han visto desmejorados en cuanto a la calidad . Ahora si estos vergeles de los supermercados , están X cantidad de tiempos congelados. ¿ Habrá algún ingeniero agrónomo que controle la calidad de los congelados y el tiempo de congelamiento? lo dudo estamos comiendo cada vez peor . Ni hablar de las carnes y pescados , carnes fétidas y pescados que se vuelven agua . Papas pre fritas congeladas eso sí que es un daño tremendo después se vuelven a freír ,y quedad pasadas a aceite. Realmente si quieren mas energía esos empresarios para eso….. no vale la pena sumemos a todo esto la contaminación. Este País será a futuro una tremenda cloaca y no habrá manera de revertir todas las cosas mal hechas que se han ido dando por los grupos adinerado que seguirán aprovechándose hasta dejarnos el País vacío y muerto .Don Andrés le agradezco su artículo que me ha permitido expresar lo que veo día a día y cómo se va degradando la vida de los Chilenos , algunos menos observadores no le toman el peso a los que está sucediendo , La comunicación en estos hechos es muy importante para detectar la maldad que ha entrado a nuestro País,

  • http://www.facebook.com/Peraka.Up.the.Irons Rodrigo Peraka Perez

    Tipico mensaje del chileno que lo quiere todo enseguida y que no le puede fallar nada…tanto problema son un par de dias sin agua??? no puede estar un par de horas sin celular o internet que inmediatamente culpa al sistema de que nada funciona??? ni hablar si se corta la energia electrica. Estimado: los imponderables siempre regiran nuestra vida de una u otra manera, basta de criticar todo y culpar a todos por que algo no funciona, si queremos un mejor pais y una mejor sociedad, tengamos un poco de paciencia y pensamientos positivos, de esta manera tendremos menos “cortes de agua” .

    • http://twitter.com/anderfrith andrés lopez u

      Oh, no, estimado, es simple lógica de mercado: Usted me ofrece un producto tan pero tan caro (el agua) lo lógico es que me debe dar el mejor servicio. Creo que el 20% debe darse cuenta de que el 80% también tenía derechos. Leyó la prensa hoy, cuarta falla de la empresa en un mes, muy malo el servicio. Saludos y gracias por debatir.