La solicitud de destitución del Director del Servicio de Impuestos Internos ha llegado al seno del propio bloque oficialista, desde el cual se han levantado voces pidiendo al Presidente actuar “a la brevedad”, entre ellas se incluye el candidato presidencial de Renovación Nacional y otros altos dirigentes. Con ello se ha hecho aun más insostenible la permanencia del referido funcionario, ante el hecho público y notorio que son muchas las peticiones para que deje su cargo.
Ante ello, un ministro no ha encontrado nada mejor que embestir contra este amplio concierto de opiniones, manifestando que “la galería” siempre pide sangre.
O sea, la culpa como ya resulta habitual en este tipo de discursos, es de aquellos que piden transparencia y el retorno de la fe pública que, como son muchos, pasan a ser tratados como un grupo descontrolado, una turba que no se sacia sino con una ofrenda, no importando el problema de fondo.
Este es un intento de menoscabar las exigencias de transparencia que en nuestro país se han establecido y de denostar a las opiniones mayoritarias que así lo piden.
Aquí no resulta decir que se debe resolver entre cuatro paredes, por “iluminados” y gente inteligente.Estamos ante una decisión que involucra el interés del Estado: restablecer la fe pública en el ejercicio de las atribuciones decisivas que tiene bajo su responsabilidad el Director del SII.Esa es la razón por la que su alejamiento es ineludible.
El perdonazo de 59 mil millones de pesos a Johnson, claro que le interesa a la galería, son recursos fiscales los comprometidos; se trata de una operación que viabiliza su transferencia al mega-conglomerado Cencosud, beneficiándole con uno de los movimientos financieros más espectaculares que han tenido lugar bajo este gobierno.
Acá no estaban en juego dineros o patrimonio privado sino que cuantiosos recursos del país. Ese es el motivo legítimo y no el griterío de una turba que está detrás del pedido que el Presidente actúe a la brevedad. La galería también tiene derecho a la transparencia y a exigir respeto a los estándares que el país se ha dado.
En este caso, se equivoca el señor ministro, en la galería también piensan y exigen la transparencia y el regreso de la fe pública que requiere la autoridad de este sector, que es donde menos puede haber favoritismo o intereses creados en las decisiones que se adoptan.