Esta semana el Senado se pronunciará acerca si “habilita” o no la propuesta de reforma constitucional presentada el 20 de diciembre del 2005 por el ex Presidente Ricardo Lagos a la Cámara de Diputados, para establecer un procedimiento de efectiva proporcionalidad en la representación popular y, en consecuencia, poner término al sistema electoral binominal.
En dicha ocasión, en sesión del día 21 diciembre, el proyecto recibió 59 votos a favor, 39 en contra y una abstención.
Sin embargo, debido a los quórum constitucionales, 59 votos fueron insuficientes, pues requería 69. En consecuencia, una vez más, la mayoría no logró prevalecer.
Ante ello, el Presidente Lagos resolvió solicitar que se remitiera el proyecto al Senado, para su aprobación general, de acuerdo al artículo 68 de la Constitución.Así ocurrió el 3 de enero del 2006.
El criterio de la Mesa de entonces, encabezada por el senador Romero, fue pedir un pronunciamiento de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia que emitió un informe de mayoría, por tres votos a dos, concordante con la opinión de la Mesa de entonces, haciendo primar la idea que, tratándose de una reforma constitucional, era inadmisible la tramitación del proyecto en la Sala del Senado.
Esta decisión llevó a que 20 senadores presentaran ante el Tribunal Constitucional un requerimiento que, a su vez, pedía la declaración de inconstitucionalidad de lo obrado por el entonces senador Romero, presidente del Senado.
Ante esta controversia, el Tribunal Constitucional dictó fallo el 31 de enero del 2006, en el sentido que el quórum requerido por el pronunciamiento del Senado debía estar en el claro y expreso entendido que se configura con las tres quintas partes de los parlamentarios en ejercicio de cada una de las Cámaras y que, además, que dicho Tribunal carecía de atribuciones para pronunciarse sobre la inadmisibilidad declarada por el presidente del Senado, señor Romero.
En consecuencia, el fallo del Tribunal Constitucional, al establecer un quórum de tres quintos para la habilitación de la propuesta rechazada en la Cámara de Diputados, estaba naturalmente estableciendo que la reforma estaba en condiciones de ser retramitada.
De manera que corresponde ahora, en rigor, que la palabra final en este trámite la diga la propia Sala del Senado, materia que ha pasado a ser el primer punto de la Tabla del martes 22 del presente.
Más allá de lo complejo del trámite legislativo, no cabe duda que en esta materia hay una trascendencia que traspasa ampliamente el ámbito del debate referido a los procedimientos constitucionales que, naturalmente, deben respetarse desde el punto de vista formal.
Hay que subrayar que estamos ante una posibilidad cierta de reponer el proyecto de reforma constitucional en el tema político-institucional más importante que está pendiente en el proceso de normalización democrática de Chile, cual es el reemplazo del sistema electoral binominal.
Se trata ahora de “habilitar” en el Senado el texto que la Cámara de Diputados rechazara. Si así ocurre, el proyecto vuelve a la Cámara habilitado, con el propósito, en consecuencia, que dicha corporación se pronuncie nuevamente en este principal tema de nuestra institucionalidad pendiente.
¿Por qué este es un tema que otorga a la minoría la condición de mayoría? Porque en cada distrito o circunscripción se empata y con empate no hay ley.
Es decir, si en todos los distritos de Chile hay un parlamentario por bloque, el resultado final es que las Cámaras del Congreso Nacional quedan empatadas y, en tales circunstancias, como nadie puede hacer prevalecer su opinión, porque no tiene mayoría, no hay legislación.
Si a esto agregamos que la mayoría democrática, aún en el caso que gane en una o dos circunscripciones o distritos, de todas maneras, al no alcanzar los quórum constitucionales requeridos para las reformas duras del actual sistema en el país, pierde su condición de mayoría.
Lo perverso del sistema electoral binominal es que transforma a la minoría en mayoría haciendo, en consecuencia, primar el interés de una parte del país por sobre el interés de la mayoría de la nación.
¿Cuáles son los temas pendientes? Como he señalado, la reforma del binominal y abrir paso a las reformas pendientes en temas como la salud, la educación, las prestaciones sociales, todas aquellas en que el carácter subsidiario del Estado lo transforma en una entidad que no tiene ni la potencia, ni la eficacia, ni la fuerza para llevar adelante las reformas que nuestro país necesita.
Esperamos, en consecuencia, que el martes el Senado de la República esté a la altura de las circunstancias.