Como casi todas las giras presidenciales en regiones, la última que encabezó el Presidente de la República en Punta Arenas con una fugaz visita al territorio antártico, dejó como saldo las fotografías en el frontis de un par de obras a inaugurarse, alguna reunión con sus cercanos políticos, otra con dirigentes sociales dispuestos a ser parte de la fotografía y el necesario recuento de las inversiones que el gobierno ha hecho la región.
No hay alza de gas pero tampoco matriz energética. El territorio antártico es fundamental para Chile pero en el presupuesto nacional no se ve reflejada una clara política de desarrollo de ese territorio.
En el listado se incluyó además del Liceo de excelencia, polideportivos y el misterioso crecimiento económico que jamás llega al bolsillo del ciudadano común, la reducción de la pobreza y los puestos de trabajo creados. Es decir un recuento que bien puede ser parte de un comunicado.
La entrelinea está constituida por una mirada que no incluye igualdad de trato y el comentario recurrente de lo que costó conocer de manera fidedigna la agenda de la visita en la región y la notoria diferencia en el trato que privilegió a los medios nacionales por sobre nuestros medios.
A los que estamos fuera del circuito de prebendas también nos provocó extrañeza que el encuentro con el mundo social se hiciera sin la presencia de la prensa regional, con invitaciones “personales e intransferibles” lo que impidió cumplir con el ejercicio democrático básico de convocar a las bases de las organizaciones para llegar con el mandato de las mismas.
Para qué hablar del derecho de cada organización a designar sus propios representantes a este encuentro o de cuál fue el criterio de selección de algunas organizaciones sí y otras no.
También llamó la atención la desmedida violencia con la que Carabineros reaccionó ante el intento simple de desplegar un lienzo, a razón de a lo menos tres carabineros por manifestante, caballos, perros, episodio que culminó con cinco detenidos en minutos.
Prosigue el protocolo oficial rindiendo culto a las palabras de buena crianza y al deber ser en la sociedad regional, en donde algunos bailan el vals y muchos el baile de los que sobran.
Lo preocupante es reglas similares marcaron las giras del poder central en las regiones. En donde no sé si hay mayor diferencia respecto del signo político de quien gobierne, porque finalmente hay un equipo que determina las rutas y los interlocutores.
Porque finalmente hay un sistema de seguridad que blinda al rey como en una partida de ajedrez mientras los peones miramos del otro lado de la acera y todos quedan con la sensación del deber cumplido. Conclusión, difícilmente en una gira con estas características algún mandatario se lleve una idea acabada de las necesidades territoriales. Recordando a una monarquía medieval pasó la corte señalando los límites del reino.
Entonces me parece legítimo hablando de partidas de ajedrez y enroques llamar la atención sobre los procesos casi subterráneos que se dan en este verano. Leí con asombro una declaración que decía que este gobierno va ser una suerte de paréntesis.
Debo como ciudadana agradecer a este gobierno el que nos haya permitido a los movimientos sociales instalar temas que hasta hace muy pocos años eran apenas materia de pasillo.
Impensable hablar de cambios constitucionales profundos y mucho menos de asambleas constituyentes, por ejemplo.
Impensable hablar de cambios al binominal. Impensable hablar de educación pública gratuita y de calidad. Impensable cuestionar los contratos de explotación de nuestros recursos naturales a manos de privados. Imposible instalar en la mesa de las decisiones nacionales la falta de equidad.Los problemas en el sistema de salud pública. La perversidad del sistema de AFP.
Y aquí entonces una observación para todas y todos los que tienen las zapatillas de clavos en el bolsillo o la cartera, prestos para asumir los cargos, dando por descontado que volverán a ministerios, subsecretarías u otros cargos.
Los movimientos sociales creemos que es imprescindible que todos los candidatos y candidatas surjan como expresión de elecciones primarias.
Que no se apueste nunca más acuerdos cupulares ni a cuotas políticas para determinar qué región le pertenece a qué partido. O que candidato trasplantamos a qué distrito.
Aquí los partidos políticos deben tener la valentía de ir a primarias, confrontarse primero con sus bases, luego confrontarse por coaliciones y recién allí instalarse como candidatos dejando en claro que no son producto de acuerdos a espaldas de la ciudadanía.
El resultado de aquello sería una vez más una altísima abstención y ese es el baile que quieren que bailemos. A muchos les acomodaría vernos tan desencantados e inamovibles de manera que con su pequeña baza de votos se repitan eternamente el plato.
Pero tenemos novedades, el movimiento social llegó para quedarse. Asumiendo que debe ser capaz de crecer por sobre las diferencias, de instalarse en un espacio ético y solidario.
Asumiendo el desafío levantar programas y solo votar programas. Buscando la consecuencia y los consecuentes.
Participando en cada instancia para respaldar candidatas o candidatos que representen intereses ciudadanos, que hayan sido capaces de sostener posiciones aún a riesgo de sus propios intereses.
Entonces estudiantes, respaldemos en todas las instancias posibles a quienes hayan sido coherentes con sus demandas.
Entonces pescadores artesanales voten por quienes hayan sido coherentes con sus intereses.
Entonces representantes y simpatizantes de cada causa social no se resten de expresar su opinión con su voto en todas y cada una de las instancias en la que se nos dé la posibilidad.
Es el momento de no permitir ser un espacio entre los paréntesis, es el momento de tomar las cuotas de poder que necesitamos para cambiar las reglas del juego.
Porque muchos de los que hacen que las giras presidenciales sean bastante parecidas, o que el tratamiento de los problemas país no difiera sino en matices, están enquistados en lógicas permitidas hace demasiado tiempo.
Cada segundo cuenta porque va en contra de nuestra calidad de vida y de nuestras expectativas de futuro y del futuro de nuestros hijos.