09 ene 2013

Una gran mayoría de los chilenos quiere a Bachelet

Una vez más la encuesta CEP ha revuelto el ambiente político, generando expectación a poco menos de un año de las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias. Esta vez ha confirmado lo que no era un misterio para nadie, por una parte, la baja popularidad del Gobierno, que no logra remontar pese al discurso complaciente de la Moneda y, por otra, el sólido liderazgo de Michelle Bachelet.

Respecto del Ejecutivo hay un hecho que revela nítidamente las causas de su baja popularidad, su baja sintonía con el Chile real. Veamos, un 44 por ciento cree que Chile está progresando, en cambio un 46 lo encuentra estancado y un 8 por ciento en decadencia. Un 28 por ciento cree que la situación económica es buena, en tanto un 46 la ve ni buena ni mala.

El Gobierno, en cambio, aprecia algo muy distinto. Comentando la encuesta el Ministro Chadwick ha dicho “las personas empiezan a valorar lo que estamos haciendo.” ¿Dónde vio eso? Sólo le falta resucitar el jingle “hoy vamos bien, mañana mejor…” de la Dictadura, mientras la gente observa un país estancado y una situación neutra.

Lo que pasa es que ellos ven las transformaciones que han hecho o están haciendo, pero que escasamente apuntan a ese Chile real, al ciudadano de la calle, al pequeño campesino o productor, sino que se dirigen directamente a los grandes empresarios, como la ley de pesca, la carretera eléctrica, el subsidio forestal, las rebajas y perdonazos tributarios, las licitaciones de terrenos públicos, o sea grandes obras para los mismos de siempre.

Frente a esto, emerge el liderazgo de Michelle Bachelet. Ahí está, pese a la campaña orquestada en su contra, el cariño y adhesión de los chilenos permanece inalterable. ¿Por qué? Porque representa un Chile distinto, más inclusivo, más tolerante, más justo, un país para todos.

Sin embargo, no se debe caer en la complacencia. La oposición no puede girar a cuenta de Bachelet antes de tiempo. Como se dice en el campo, no hay que tomarse la leche antes de comprar la vaca.

De lo que se trata es de generar las condiciones para que en caso de decidirse a competir y ser candidata, la ex Presidenta Bachelet gane y pueda hacer el gobierno de cambios profundos que todos esperamos. No necesitamos ni queremos un nuevo Gobierno como los de antes, sino algo muy distinto.

Para eso se requieren dos cosas indispensables. Por una parte, construir un programa de gobierno serio y concreto, con propuestas claras y precisas, que puedan realizarse en un período corto de tiempo, orientados a introducir profundos cambios a un sistema económico y social lleno de abusos e injusticia.

El propósito urgente es una educación gratuita y de calidad, mejorar la salud, una reforma tributaria de verdad, cambiar el injusto régimen previsional y modificar el Código del Trabajo, junto con un cambio en la Constitución que elimine el binominal y de este modo avanzar hacia una institucionalidad más democrática y participativa.

Por otro lado, es fundamental elegir a un parlamento que respalde este programa y sea impulsor de estos cambios. Debemos construir una mayoría amplia y sólida.Este es el gran desafío de la Oposición.

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  • http://twitter.com/p_ramirezzz Pablo Ramirez

    Estimada, si bien las encuestas muestran una amplia ventaja de la ex presidenta Bachelet en esta carrera presidencial que recién comienza, es dificil prever el resultado de las elecciones sobre la base de encuestas, sobretodo considerando que para estas elecciones presidenciales el universo de votantes será totalmente distinto al de pasadas elecciones. La abstención será mucho menor a la de las municipales. Además, sabemos que Bachelet tiene esa ventaja principalmente porque ella como individuo político es muy querible, pero la gente también sabe que quienes la rodean son los mismos incompetentes que han ayudado a generar el escenario legal que hoy regula la vida de los chilenos, y nos tiene sometidos a los grandes grupos económicos.
    Cuando la carrera presidencia esté realmente en marcha, con candidaturas definidas, las encuestas mostrarán grandes cambios, y sin dudas la elección dará sorpresas.
    Creo que aún falta que el candidato del PRO Marco Enriquez Ominami adquiera mayor protagonismo en los medios, y en ese entonces, sin dudas el apoyo de los jovenes y por ende, del nuevo electorado, será el que generará la sorpresa a la que hago alusión.
    A los jovenes no nos incomodaría un nuevo gobierno de Bachelet, pero si un nuevo gobierno de los mismos que nada hicieron cuando estaban en el poder para terminar con la inequidad.
    Marco Enriquez Ominami tiene todo lo que les falta a las demás candidaturas, y desde ya vaticino que este candidato será la peor pesadilla de las grandes coaliciones.

  • http://twitter.com/rodcco rodrigo cuevas

    La señora Bachelet es
    una bonapartista intuitiva. No debe saber qué es esa categoría política del
    bonapartismo, pero lo aplica como Luis Napoleón III. Se queda quieta hasta que se note escandalosamente su ausencia
    genial. Para después aparecer con el aura de salvadora para nostalgiosos y las
    hurras de admiradores que la querrían de vuelta reivindicada.

    Napoleón III dice: “Mí prensa tendrá cien
    brazos, y esos brazos darán la mano a todo matiz de opinión sobre la faz del
    país. Se pertenecerá a mí partido sin saberlo. Quienes creen hablar su lengua
    hablarán la mía, quienes crean obrar en pro de su partido lo harán en pro del
    mío, quienes crean marchar bajo sus banderas marcharán bajo las mías.”

    Y Bachelet sabía que
    su ausencia se iba a sentir, aunque Chile sea primero. Hay un espacio enorme en
    el liderazgo de la concertación, pero se minimiza porque los otros equipos son
    peores de mediocres…