06 ene 2013

No hay justificación

Hace pocos días valoramos la acción de la Justicia en la investigación del terrible crimen de Víctor Jara que, después de casi 40 años, procediera a identificar y encauzar a sus autores; manifestamos que no hay consideración alguna que pueda paralizar y detener la acción penal que corresponde a los Tribunales en ese crimen de lesa humanidad.

Ahora es necesario bregar con una infatigable voluntad de justicia ante el cruel asesinato del matrimonio Luchsinger-McKay. Sus autores deben ser debidamente castigados por el Estado de Derecho democrático imperante en nuestro país.No puede haber justificación alguna ante el crimen que se presenta o intenta excusar por supuestas razones políticas. Sus consecuencias en la historia de Chile han sido trágicas y de un incalculable costo social.

Aquellas que lo intentan justificar por las razones de injusticia imperante no hacen sino que provocar un clima de venganza y represalias que corroe y destruye el tejido social.

Se ha demostrado ya tantas veces que los que propician “el ojo por ojo” terminan arrastrando a la espiral de violencia a víctimas inocentes. El que pretende ser paladín de una noble causa auto designándose para ello termina transformado en autor de crímenes de la peor especie. En este caso, un atentado incendiario y la violencia descontrolada llega a la ejecución de un doble y feroz homicidio.

Frente a estos crímenes irracionales no puede haber doble estándar. No hay víctimas de primera o segunda categoría. No importa si cuentan o no con afiliación partidaria, si son independientes o si tienen preferencias de izquierda, centro o derecha; si son parte de un credo religioso, son agnósticos o no hacen suya ninguna creencia en el ámbito de la fe.

Por encima de cualquier causa, razón o motivo está la persona humana. La inviolabilidad de su dignidad personal y en su derecho a la vida.

Aceptar cualquier “pero” o matiz en este criterio esencial significaría no asumir cabal y definitivamente las lecciones de la lucha del pueblo de Chile durante casi dos décadas por el respeto a los Derechos Humanos y el restablecimiento de la democracia.

Lo que fue válido ayer en dictadura lo es también hoy en democracia. Nadie tiene el derecho de arrogarse para sí la facultad de disponer de la vida de los demás.

Ninguna organización criminal de esa naturaleza puede ser permitida. Este crimen efectuado con crueldad y alevosía debe ser sancionado con todo el rigor de la ley. Sus ejecutores no tienen justificación posible.

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    estimado señor Escalona, como muy pocas veces pasa, le encuentro toda la razón en lo que afirma, la rigurosidad de la ley debe ser pareja y actos como el de Vilcún debe ser castigado con toda la ley, pero, además, me permitiría agregar que, con la misma rigurosidad deben ser castigados todos aquellos que atenten contra el estado de derecho imperante, incluyendo aquellos que, con la excusa de protestar, saquean y destrozan por doquier, los cuales reciben apoyo, incluso de sus correligionarios políticos. Fin, de una vez y para todas, con el doble estándar.

  • http://www.facebook.com/lucas.quinonescelis Lucas Quiñones Celis

    Estimado Rex: Primero que nada dejo establecido que estoy absolutamente de acuerdo contigo en lo que señalas, no podemos quedarnos callados en complicidad con una banda de delincuentes que salen a la calle a destrozar y saquear propiedades particulares y tampoco puedo dejar de acuerdo con el señor Escalona, ¿era necesario asesinar a Victor Jara y ademas asestarle 44 disparos? Creo que eso solo puede estar en la mente de asesinos profesionales, pagados por alguien, en este caso el estado chileno.

  • Miguel Ossandón Durán

    Hay que tener cuidado cuando la derecha se desespera políticamente…además, ese poder de terror, quién lo tiene y lo ha tenido.

    Saben que perderán, son capaces de cualquier cosa. Y además, fracasaron absolutamente… claro, no para llenarse los bolsillos