El 6 de diciembre de 2012 se materializará el traspaso de mando con el cual Recoleta iniciará una nueva etapa en su desarrollo social, cultural, urbano y económico.
Comenzaremos a dejar atrás un modelo de gestión centrado en el establecimiento de una relación clientelar con la ciudadanía y daremos paso a una forma de entender el desarrollo local, basado en la participación temprana y vinculante, en la puesta en valor de nuestro patrimonio arquitectónico, urbano, ambiental y cultural; y en la mejora continua de los servicios y la atención municipal como eje central de nuestra relación con nuestros vecinos y vecinas.
Dejaremos atrás ese modelo que somete todo a la ley de la oferta y la demanda y que todo lo que solía ser público, lo convierte, en un negocio, para dar paso a la recuperación de la infraestructura social de tal manera de que esté siempre disponible para las y los recoletanos y especialmente para nuestros jóvenes y adultos mayores.
Sustituiremos esa forma de entender la relación con la comunidad que busca mantenerla cautiva de las dadivas de la administración de turno por una en que la ciudadanía sea protagonista principal y co-responsable de la gestión municipal.
Terminaremos con la transformación de dirigentes sociales en funcionarios municipales: con la entrega en comodato de la infraestructura social de nuestros barrios a los mismos dirigentes para que las conviertan en sus negocios privados; con la entrega de canastas de alimentos y ayuda social a los amigos y familiares de los clientes privilegiados; con la entrega discrecional de beneficios y paseos a los adultos mayores que se identifican con el sector al mando de la municipalidad y por supuesto, con la entrega de patentes y permisos, a esas verdaderas mafias que cobran por conseguirlas, como si fueran dueños de la vía pública.
Todas estas prácticas y otras que seguramente olvido en este instante, son las que, de una u otra forma, han llevado a nuestra comuna a una desafección profunda del quehacer político, llegando a estar entre las de mayor abstención a nivel país.
Hoy el desafío es revertir estos procesos de descomposición del tejido social, terminando de una vez y para siempre con la intervención de las autoridades en las organizaciones sociales, entregando apoyo a las mismas en infraestructura y recursos para que puedan asumir cada día más y más responsabilidades, convirtiéndose en socios estratégicos del municipio, velando por la democracia y la transparencia en las mismas organizaciones y desarrollando políticas participativas de desarrollo para las juntas de vecinos, para los adultos mayores, para los jóvenes, para los agentes culturales y para los clubes deportivos, de manera que ellos se conviertan, no en clientes sino en protagonistas de su propio desarrollo.
Hoy el desafío es terminar con todo gasto innecesario y superfluo, para poder revertir la situación de deuda estructural que 12 años de gobierno de la UDI le dejan a nuestra comuna.
Hoy venimos a terminar con los beneficios y prebendas de algunos que más que venir a desarrollar una vocación de servicio social, vienen a servirse del aparato público, poniendo por sobre los problemas más urgentes de la ciudadanía, sus mezquinos intereses económicos y políticos.
La tarea no es fácil pero estamos preparados para ella y tal como nuestros vecinos y vecinas cuentan con nosotros, el nuevo gobierno comunal cuenta con ustedes.
Manos a la obra.