Se ha informado que los ministros del gobierno pinerista salen de vacaciones para hacer campaña electoral. Como si no hubiera tareas que atender y el país marchara perfecto.
Nada más alejado de la realidad. Parece que los ministros no salen a conseguir votos sino que hacen el quite a los problemas y se las arreglan para eludir sus obligaciones con la excusa de apoyar sus candidatos, en todo caso, burlando el decoro y un mínimo criterio de buen gobierno que les aconsejaría no emplear su condición de altos cargos ejecutivos para proselitismo de corto plazo.
Lamentablemente hay materias graves que no tienen respuesta de las máximas autoridades.
El caso de la Brigada Criminal de Investigaciones en la comuna de Pudahuel, reviste una gravedad de alcance incalculable que no es asumida o simplemente eludida, con un balance penoso: en el ámbito de las responsabilidades políticas, nadie se hace cargo. Ante esta situación la autoridad del sector brilla por su ausencia.
No puede ser que en una unidad policial de una comuna atacada duramente por el narcotráfico se trastoquen de tal forma sus valores y se vulnere la vocación, la preparación profesional y los controles internos para que se coludan efectivos de distintos grados en una peligrosa organización criminal, articulada para efectuar exactamente lo contrario de lo que el país espera de ellos, delinquir en lugar de perseguir el delito.
Además, abusando de su carácter policial, este grupo mafioso se permitía chantajear, involucrar terceros e incluso aplicar tormentos para acceder a la ubicación de la droga. En suma, una muy desafortunada y riesgosa penetración del narcotráfico en un espacio en el cual su presencia puede ser fatal.
Hay que cortar de raíz estos brotes del narcotráfico en Investigaciones de Chile y la autoridad política está ausente. Más aún después que se ha sabido, hoy domingo 21, que el Ministerio Publico, en abril pasado, había advertido que se registraban señales necesarias de esclarecer.
Cuando lo anterior coincide con la pérdida del 10% de los decomisos de droga la situación se torna altamente preocupante.
No me explico que la autoridad esté pasiva, sin una respuesta convincente, enérgica y decidida. Lo menos que esperamos los chilenos es que los ministros se vayan de vacaciones.
Los problemas no dejan de existir por evitarlos. Las responsabilidades no se extinguen por el solo hecho de no asumirlas. El país espera que la autoridad rompa su pasividad y entregue la réplica necesaria ante las interrogantes que están pendientes.