El Gobierno llamó a licitación para explotar la minería del litio. Le señalamos hasta la saciedad que eso debería hacerse a través del Congreso, como corresponde a todo lo que es la gran minería como parte de Chile.
Nuestra posición ha sido clarísima: no es una política adecuada a las necesidades y ventajas comparativas del país.
Le hemos señalado al Gobierno que había disposición en la Concertación para llevar adelante un proyecto que transfiriera, a través de una ley, la propiedad de la minería del litio a Chile y luego en la misma ley fijar las condiciones en el Congreso, en concordancia con el Ejecutivo para hacer operativa su explotación.
El Gobierno se negó a esta fórmula y licitó conforme a la normativa actual, y esta licitación fue ganada por Soquimich. Si uno pusiera en un orden correlativo los errores que esta definición del Gobierno tiene podríamos señalar.
1. El Ejecutivo perdió una hermosa oportunidad de pasar a la historia como el gobierno que escuchó al pueblo de Chile, y nacionalizó la riqueza más grande que aún no está explotada en el país.
2. Sebastián Piñera prefirió pasar a la historia como el Presidente de Chile que, pudiendo hacer las cosas bien, prefirió el peor de los caminos porque fue una negociación entre cuatro paredes que abre las dudas sobre su transparencia.
3. El negocio que ha hecho el Gobierno con el Litio es perjudicial para los intereses de Chile puesto que el 7%, que es lo que ganará el Estado, es impresentable frente a las utilidades que obtendrá Soquimich.
4. La licitación la ganó una empresa que tiene “mala nombradía en el país” y que la pone entre las que más se favorecieron con la dictadura.
5. Se ha expuesto además a que la Corte de Apelaciones de Santiago en el próximo tiempo, le obligue a anular la concesión dado los juicios pendientes que tiene Soquimich.
6. La empresa que ganó la licitación tiene un margen de utilidades 10 veces mayor que lo tendrá que pagar al Estado chileno, y eso al nivel de los montos de dinero que se discuten, es francamente un regalo sin nombre.
7. No nos parece un camino adecuado para concretar los llamados de unidad nacional que ha hecho el Presidente de la República y que hemos respaldado con toda nuestra fuerza.
8. No es verdad que hoy no exista alguna posibilidad de deshacer lo que se ha hecho.Aún es tiempo que modifiquemos las normas de común acuerdo entre el Gobierno y la Oposición.
9. Está pendiente algún mecanismo mínimo y elemental que el Gobierno, si nos escucha, corrija para que la penumbra ética que se ha producido en la materia se termine con plena claridad para los chilenos.
El futuro de nuestro país parece estar condenado por los errores del pasado que significó la pérdida de nuestras riquezas naturales en una medida importante.
Esta novena de razones la hacemos con la limpieza de corazón que hemos manifestado en esta materia. No hay ningún agravio hacia las personas que integran el Ejecutivo. Si existe, la convicción entre nosotros que, un consenso sobre esta materia con el Gobierno habría abierto un camino de confianza y de trabajo en común que Chile mucho necesita.
No sólo las palabras deben expresar disposición a trabajar en conjunto, sino fundamentalmente los hechos como Gobierno y Oposición.
Aún espero y confío que la cordura de todos nosotros y el bien superior de Chile que a todos nos guía, den fruto en un proyecto de real acuerdo en la política nacional.